LA “PRIIZACIÓN” DE MORENA

No es una cuestión nueva, de hecho lleva varios años este fenómeno, no obstante la corta vida de Morena. Me refiero a su decantación ideológica para un partido que es considerado por muchos como de izquierda. En lo personal no lo caracterizo así, aunque si la ubico como progresista y declarativamente antineoliberal.
El punto es que su proceso evolutivo y su consolidación fue rápida y súbita, al grado que a pocos años de su formación como partido-movimiento, accedieron al gobierno federal, con la supremacía en 23 Estados de la República y un aval popular de más del 70%. Con ello han logrado refrendar su proyecto, el de la 4T, con Claudia Sheinbaum a la cabeza, en una etapa que ella le llama “segundo piso”.
Este escenario tienta a muchos, sobre todo para aquellos que siempre han vivido al amparo del poder, que no les importa ni partidos ni ideologías, sino sus propios intereses. El problema no solo está en ellos, sino en el que los acepta y solapa. El pragmatismo de Morena por avanzar electoralmente, ha abierto la puerta a saltimbanquis, y vividores de la política. Ambos son responsables del deslavado ideológico de un partido que se ha ubicado como opción, ante la carencia de una alternativa legal de corte de izquierda socialista.
Recordemos que en esa lógica Morena le dio cabida a personajes como Lilly Téllez o Germán Martínez, que hoy afortunadamente regresaron a donde pertenecen: la derecha mexicana. Pero hay otros personajes asociados al PES (con registro legal perdido), integrantes de la iglesia La Luz del mundo, cuyo líder, Naasón Joaquín García (actualmente condenado en EU por abuso sexual o el exgobernador de Chihuahua por el PAN Javier Corral o el expresidente nacional de ese partido, Manuel Espino. Y así una larga lista.
No es nuevo entonces lo que sucede ahora, al amparo de la campaña de afiliación en Morena, donde aspira a llegar este año a diez millones de afiliados, que permitió que personajes como Miguel Ángel YunesMárquez y Alejandro Murat Hinojosa, se integraran a Morena, lo que provocó la reacción contraria de la gobernadora de Veracruz Rocío Nahle y el de Oaxaca, Salomón Jara, respectivamente.
El problema es que el partido guinda está dando los pasos para ser un partido “plural y diverso” pero no necesariamente de izquierda. Recordemos que incluso el PRI era parte de la Internacional Socialista, aunque en los hechos defendiera otra propuesta programática. Morena está haciendo lo mismo, lo que no se podría concebir solo por alcanzar la meta de afiliación.
No es solo la laxitud ideológica y política, sino también a la vuelta a culturas que debieran estar erradicadas ya en el país. Esperemos además que no se vuelva a los tiempos del corporativismo, como se empieza a vislumbrar con la afiliación partidista en el SNTE, anunciada por su dirigente nacional, convertido en diputado de Morena.
Con todo esto no recorre buen camino Morena, debe recordar lo que fue el PRI y su descomposición o la trayectoria de los últimos años del PRD, hasta la pérdida de su registro legal. Que ponga sus barbas a remojar.