LA RELACIÓN CON ESTADOS UNIDOS
[bctt tweet=»El gobierno norteamericano no entiende que no es obligación de los mexicanos atender cuestiones que a su interés particular convenga.» username=»crisolhoy»]
Han transcurrido los dos periodos de cuarenta y cinco días cada uno, en que el gobierno mexicano impuso una estrategia de contención de la migración hacia los Estados Unidos, iniciada en la frontera sur, pero además, a través de política de fomento al desarrollo en algunos países centroamericanos. Aun los cuestionamientos sobre la política seguida a partir de la utilización de la naciente Guardia Nacional y del propio ejército, los resultados son significativos, reflejándose en la contención de más del sesenta por ciento del flujo migratorio.
Recordemos que estas acciones se dieron después de que el gobierno norteamericano de Donald Trump, amenazó con imponer aumentos a los aranceles, si México no hacía algo para contener el paso hacia su país. En su momento algunos críticos del nuevo gobierno cuestionaron la postura mexicana, aun cuando las cosas fueran planteadas con una pistola en la frente, no diciendo que no, pero si señalando que las cosas tenían que hacerse conforme a las leyes mexicanas.
Ahora la Delegación mexicana encabezada por el canciller Marcelo Ebrard se encuentra en Washington para evaluar lo realizado, junto con sus homólogos de aquel país. Un día antes (lunes 9 de septiembre) un funcionario norteamericano había señalado que México no había hecho lo suficiente para contener la migración, pero sin el menor dejo autocrítico.
El gobierno norteamericano no entiende que no es obligación de los mexicanos atender cuestiones que a su interés particular convenga. En todo caso correspondería a una preocupación regional que como tal debiera debatirse y buscar soluciones conjuntas, sin presiones ni chantajes, como si operan ellos, intentando sobajar al igual.
El gobierno mexicano ha llevado a cabo no sólo lo comprometido, sino aquellos que se desprende de un sentimiento solidario y de mancomunión con los países centroamericanos, que por pobreza, inestabilidad política y social o de plano violencia, orillan a que sus habitantes dejen sus regiones y busquen mejores horizontes.
La esencia de la política mexicana para la región, es atacar el problema desde la raíz, para actuar en consecuencia. Así han cabildeado con otros gobiernos, tratando de que destinen recursos para apoyar el desarrollo de regiones centroamericanas, fomentando que la gente se quede en sus territorios y no tenga la necesidad de irse de ellos.
Al respecto el propio gobierno norteamericano se comprometió a destinar una buena cantidad de dinero en ello, cuestión que no ha cumplido salvo en una mínima parte. Si en este acuerdo bilateral se puede criticar a alguna de las partes, es a ellos.
Esta situación le da una fortaleza grande a la parte mexicana, en una no fácil mesa evaluatoria y de nuevas negociaciones con la administración de Donald Trump. Aunque está claro que éstos persistirán cínicamente en una postura evidentemente parcial y con la “obligación” mexicana para actuar como ellos desean.
No sólo se debe exigir el respeto a un gobierno que se debe ver como iguales, también el cumplimiento pleno y en los plazos que ellos mismos impusieron de los compromisos contraídos. Tampoco ir más allá de lo que permite el marco legal mexicano, por ello es inaceptable la propuesta norteamericana para que México se convierta en tercer país seguro, además de que, no tenemos por qué hacerle su trabajo a los norteamericanos.
Ante todo debe prevalecer el trato entre iguales, por ende el respeto mutuo, que implica dignidad. No dudo que esa sea la actitud con la que acuden los representantes mexicanos, pero si tengo dudas fundadas de como acuden los norteamericanos, cuyo presidente es alguien que no tiene como características las antes mencionadas.
Es tiempo que ahora la representación mexicana pase a plantear temas que si son prioridad nuestra, como la contención norteamericana de paso y/o tráfico de armas hacia nuestro país, que están yendo a dar a las organizaciones del crimen organizado. Pero de igual manera, se requiere exigir la adopción de políticas no coercitivas, racistas y xenófobas, con que se operan en el vecino país hacia los connacionales que viven allá.
Estemos atentos cómo se dan las cosas en estas nuevas pláticas iniciadas este martes en los Estados Unidos, reaccionando el país conforme se den las cosas. La defensa de nuestra soberanía es central, nadie la puede poner en entredicho. Los mexicanos somos los únicos que podemos determinar el camino que debemos seguir.
