Llegó la prepotencia a Los Vergeles

El texto de hoy es una buena combinación de narración y cotilleo para evidenciar que en la óptica del gobierno panista a los recurrentes homicidios dolosos. La violencia sexual (abuso, acoso y violación). Y el vertiginoso ascenso de la incidencia delictiva. Es necesario alterar la tranquilidad de los vecinos del fraccionamiento Los Vergeles, con la llegada de la gobernadora de Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel, y su marido, Alberto Villarreal García, el muy cuestionado político nacido en San Miguel Allende, Guanajuato.

El tiempo, escaso interés y marcado abandono de los gobernadores panistas Felipe González González y Luis Armando Reynoso Femat, ocasionó un enorme deterioro en la Casa de Gobierno, hasta que llegó el gobernador priista Carlos Lozano de la Torre, quien ordenó la millonaria restauración integral del inmueble público y la compra de muebles en diciembre de 2010, con cargo al contribuyente. El gobernador Martín Orozco Sandoval abandonó a su suerte la finca.

La remembranza sirve de pretexto para enterar a la aldea que la administración de El Gigante de México ordenó que la Casa de Gobierno fuera remodelada desde la azotea hasta los pisos. Por dentro y por afuera. Las áreas comunes y los espacios privados. Los jardines interiores y exteriores. A estos últimos se le instaló el riego automatizado que funciona —abrase visto semejante ignorancia—, a la hora del Angelus, a las 12 horas, para evaporarse minutos después, al fin, el agua no la pagan ellos. Nada se ha informado del costo de esta obra pública.

Los vecinos esperaban que el Primer Matrimonio del Estado observara las buenas maneras recomendadas en El Manual de Carreño, para contribuir a la sana convivencia en Los Vergeles del municipio de Aguascalientes, pero no es así.

Revisemos la arrogancia generada ante la mirada atónita de la seguridad privada resguardada en su pequeña caseta, desde donde impávida juega a las estatuas de sal para no intervenir.

Camiones y camionetas que descargan insumos en la puerta principal, sobre Isabel la Católica, bloquean la salida de los vehículos y congestionan las vialidades, sin importarles que sobre la calzada de las Américas haya dos puertas amplias de servicio.

Las comidas son un verdadero suplicio porque los asistentes invaden las calles aledañas, como si estas formaran parte de un estacionamiento público, a pesar de que la Casa cuenta con su propio estacionamiento, vacío casi siempre; pero, además, los ayudantes dejan a los esponjados funcionarios públicos en la puerta principal, ocasionando el desmadre vial y la obstrucción de la entrada y salida al fraccionamiento.

Y, el colmo del atropello, se presentó recientemente al mover el contenedor de la basura que durante sexenios permaneció afuera de las entradas de servicio de la Casa, sobre calzada de las Américas, por instrucciones de los prepotentes Luis Mejia Moreno y Ricardo de Alba —acatando indicaciones de la señora de la casa, supongo—, quienes ordenaron al alcalde de Aguascalientes, Leonardo Montañez Castro, como si fuera su empleado doméstico, la reubicación en cuestión.

Tan pronto concluyó la maniobra vino la rechifla y el aireado reclamo de los vecinos de la Casa y de los colindantes de la nueva caja metálica, que, por cierto, no tiene tapas para fortuna de los gatos muy bien comidos y de los desechos que con la lluvia nadan como peces multicolores en su acuario.

La medida es irracional porque el contenedor reubicado presta servicio, solamente, a dos casas habitadas y un lote baldío; en este momento, los contenedores están casi juntos, sin importar que para el municipio “se requieren más contenedores”, declaró recientemente el alcalde Montañez Castro (ver fotografía al final de esta columna).

En su texto Una sociedad desintegrada y descompuesta, el maestro Román Revueltas Retes se refiere precisamente a esas actitudes que rayan en la impunidad: “El segmento corrompido de la sociedad está ganando terreno y amenaza con instaurar un siniestro modelo de extorsiones, secuestros y asesinatos, pero también, un mundo sin reglas y sin garantías, un entorno incierto donde ni siquiera el orden público más elemental está asegurado” (Milenio, 21/09/08).

¿Qué se joda el vecino? ¡Que se joda!

Porque alguien tiene que escribirlo: La gobernadora de Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel, anunció que su administración dotará a los estudiantes de educación básica de una nueva plataforma educativa, Pasos Gigantes, aderezada con “la enseñanza de técnicas budistas”, y cuyo costo total será de 400 millones de pesos.

¡Bendito Dios! Mi querido nieto acaba de ingresar a primero de primaria. Es muy inteligente —como yo comprenderé—, dice la miss. También es un pingo, monumental y superior, al desnutrido Gigante de México. Confío en las “técnicas budistas” para atemperar el comportamiento travieso de este Miura aguascalentense, a quien le regalé una figura del señor don Buda.

marigra1954@gmail.com