Migrantes deportados en Aguascalientes ¿PROBLEMA O MISTERIO DEL SER? Tercera parte
Luego de analizar el irresponsable homicidio cometido hace unos días en contra de 40 Migrantes centroamericanos en Ciudad Juárez, Chihuahua, dentro de la “cárcel migratoria” del Instituto Nacional de Migración (INM), quiero abordar el dilema de una política pública que trata a la migración humana como un problema de seguridad y cataloga a los migrantes como entes, cosas o instrumentos de negociación política internacional, y no como seres humanos.
Abordaré este asunto desde la filosofía existencialista y visión del Ser que Gabriel Marcel estudia en “Diario metafísico, Ser y Tener, El Misterio del Ser, y Prolegómenos para una metafísica de la esperanza”, para proponer una revisión de política pública, más solidaria y protectora, centrada en el Ser.
La administración del Gobierno de México, que se ha autocalificado como “humanista” y “Esperanza de México”, con los homicidios de Ciudad Juárez, demuestra exactamente lo opuesto. Lo mismo que los gobiernos locales de Aguascalientes y Chihuahua, al postular una política del Bien Común y solidaridad cristiana, mientras los migrantes son tratados como entes o cosas.
Para Gabriel Marcel, “el hombre que trata a los demás como objetos, todavía no llega al nivel del Ser. Todavía no ha llegado a la auténtica existencia humana”. Desde su óptica, con relación a la política migratoria, el Estado mexicano podría ser calificado como inhumano, pues trata a los migrantes como cosas o instrumentos de negociación política internacional.
El dilema es una política migratoria que ha sido tratada como problema de seguridad y no como misterio existencial. Desde la visión de Gabriel Marcel, hay dos formas de resolver este dilema, primero: “a través de las ciencias y técnicas que como instrumentos objetivos involucran a sujetos indiferentes y no comprometidos con la existencia de Ser”. Y segundo: “sí la migración humana es entendida como misterio existencial, entonces se puede resolver abordando las causas y obligando a los sujetos involucrados a reconocer el problema y tratar de aproximarse más a él y reflexionar sobre datos a su alcance, así, el sujeto se envuelve en el problema y lo soluciona como resultado de la reflexión personal”.
Esa “reflexión personal” consiste en definir correctamente el Ser y Tener. Según Gabriel Marcel, “Tener, separa y distingue, y el poseedor es distinto a la cosa poseída. Quien posee algo tiende a someter el objeto, hacerlo un instrumento y excluir a los demás en esa relación de posesión”. Por el contrario, “el Ser, es el ambiente propio de la existencia personal, pues no separa sino une; el Ser no se puede expresar ni objetivar, tan sólo se puede experimentar”. Marcel afirma: “el hombre que todavía no llega al nivel del Ser, trata a los demás como una categoría del Tener: como objetos, o instrumentos”.
Dicho lo anterior, bien cabe la pregunta: ¿cómo podemos modificar una política pública del Estado mexicano, hoy orientada al sometimiento físico de las personas migrantes? De acuerdo con la filosofía de Gabriel Marcel, eso sucede “al pasar de la mera existencia a la conciencia del Ser”. Acontece cuando surge el “Nosotros” como una vivencia en comunidad, como personas unidas que dejamos de ver a los otros, como instrumentos u objetos”.
En síntesis, las personas migrantes merecen ser “Nosotros”. Disponer de un albergue donde pasar la noche y cubrirse de mal tiempo, y de maleantes. Un pequeño espacio de solidaridad y comunidad humana, donde no se les mire como objetos o instrumentos de negociación internacional, o de políticas públicas inhumanas. Marcel dice que “la filosofía de la esperanza, implica una secreta convivencia con el Ser, unidad desinteresada y humilde, cuyo lema universal sea “yo espero en Ti, para Nosotros”.
Señor Andrés Manuel López Obrador y Señora Teresa Jiménez Esquivel, los migrantes no son objetos, ni deben ser utilizados como instrumentos de confrontación de intereses en políticas públicas. El Estado mexicano tiene que obligarse a reflexionar y revisar esa errónea política pública, a pactar convenios de colaboración con los Gobiernos de los EUA y Canadá, y organismos internacionales para ayuda humanitaria en México.
Las personas migrantes de centro-américa, deben tener acceso a la atención de salud, oferta laboral, defensa Legal, estancia segura de sus familias en albergues adecuados; ellos no son delincuentes, pero están obligados a permanecer en Aguascalientes para gestionar y obtener la Visa Humanitaria durante semanas y meses frente al Instituto Nacional de Migración, acompañados de sus familias, soportando mal tiempo, lluvias y atracos sobre calles y camellones de la Ciudad.
Algunos afortunados migrantes extranjeros han sido auxiliados con los muy escasos recursos que brinda, desde 2021, el improvisado albergue gratuito que funciona frente al INM en Aguascalientes, dispuesto por la familia de Jesús Antonio Maya y sus hijos Jesús Antonio y Cecilia Maya Lara, en solidaridad para su larga espera de Visa Humanitaria para seguir el viaje hacia los EUA.
Continuará…. davidperezcalleja@gmail.com