“MORBIUS”

“MORBIUS”

Con esta producción, la Sony Pictures viene a confirmar que el catálogo de personajes del Universo Marvel en su apartado sobre el Hombre Araña es por demás limitado en cuanto a personajes capaces de sustentar una cinta propia, ya que siendo el Arácnido el único con una historia enriquecida por años de titularidad en su propio cómic donde se le ha explorado cada recoveco de su personalidad y psique, quedan tan sólo sus antagonistas y ciertos antihéroes que pueblan su ficticia Nueva York, incluyendo a los villanos como es el caso de Morbius, un científico que termina transformándose en chupasangre al buscar una cura de un mal sanguíneo que lo carcome.

El problema no es ése, ya que un buen guionista puede sacarle jugo a cualquier personaje por secundario o terciario que sea (como ejemplo ahí está “Peacemaker” quien logró levantar toda una serie para él sólo aun cuando nadie daba un pepino por su estampa en las historietas), pero aquí tenemos a un remedo de “Venom” tanto en estructura como en línea narrativa, y eso no produce una mala película, más bien una muy aburrida que no aguanta ni de broma una segunda revisión. La historia como se plantea es tan básica y sencilla que se cuenta en pocos renglones: Un bioquímico llamado Michael Morbius (el siempre distante Jared Leto) quiere curarse de una enfermedad hemoglobínica empleando un suero extraído de murciélagos. Por supuesto al inocularse se convierte en uno ya hora debe combatir tanto a un policía que lo persigue (Tyrese Gibson) como a un viejo amigo de la infancia (Jared Harris) que también se ha infectado. 

Al igual que en el filme sobre el simbionte alienígena, Morbius por sí solo no funciona a menos que se le ponga enfrente una némesis a su nivel, pero si además no hay elementos que lo justifiquen como personaje llámense motivación, complejidad psicológica o las más mínimas emociones, entonces sólo tenemos a un robot con cara de Leto que vuela, usa careta digitalizada de vampiro y pelea contra otro hematófago que se supone muy malvado. NO es que el director sueco Daniel Espinosa (“Life: Vida Inteligente”) dirija mal, simplemente lo hace en automático, sin aplicar la ley del mayor esfuerzo para sacar de la rutina esta trama tan sobada que no aporta algo ni al espectador que hemos visto películas basadas de cómic hasta el gorro ni al subgénero. “Morbius” sólo logra chuparnos el tiempo y la paciencia.

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

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