Regreso a clases: Entrar al laberinto de la Nueva Escuela Mexicana

Por Salvador Camacho Sandoval, Pamela Padilla Macías y María Guadalupe Contreras Cervantes
La educación como prioridad
El pasado lunes primero de septiembre, la vida cotidiana de muchas familias en las ciudades y el medio rural de Aguascalientes se alteró: regresaron a las aulas cerca de 300 mil estudiantes de educación básica para iniciar el ciclo escolar 2025-2026. A esta cifra se sumaron aproximadamente 120 mil jóvenes de bachilleratos e instituciones de educación superior, conformando un sistema educativo estatal de aproximadamente 420 mil estudiantes. Ahora, en educación básica, nuestro estado cuenta con más de mil 800 planteles educativos públicos y privados, así como con más de 13 mil docentes. Las autoridades señalan que se tiene una inversión cercana a 500 millones de pesos para este año 2025, aunque se requiere mucho más para atender tantos rezagos que aún tenemos.
En educación básica y educación media, el gobierno federal viene impulsando una reforma importante, que ha nombrado Nueva Escuela Mexicana y que ha provocado controversia, porque para unos tiene contenidos y mecanismos que no deben de existir, mientras que para otros la reforma abre esperanzas para transformar la sociedad y lograr tener un país con justicia y mejores condiciones de vida para la población, sobre todo para las familias que más lo necesitan.
Esta reforma, por diferentes razones, aún no es clara para docentes, directivos y autoridades del sistema educativo mexicano, y Aguascalientes no es la excepción. En un sondeo, maestras y maestros de nuestra entidad expresaron en entrevistas sus opiniones, intereses y deseos. Aquí compartimos sólo una muestra.
La confusión
Cuando llegaron los nuevos planes y programas de estudio, lo que se vivió fue una gran desorientación y confusión sobre lo que se debía hacer en el salón de clases. También hubo, desde el inicio, apreciaciones encontradas sobre los nuevos contenidos, puesto que maestras y maestros de educación básica se mostraron receptivos y aceptaron el cambio, otros los rechazaron; pero más que entrar a discusiones fundamentadas de contenidos, en Aguascalientes hubo confusión.
Al respecto, la maestra Ana María Ponce Luján(*) señaló lo siguientes: “ciertamente, estábamos muy confundidos, inseguros, no conocíamos bien cómo se iba a lleva el trabajo, estábamos totalmente desorientados”. Por si fuera poco, ante la negativa de las autoridades del gobierno estatal de no repartir los libros de texto, a finales de 2023 e inicios de 2024, las y los docentes tuvieron un “desafío más difícil”:
Estábamos muy confundidos, inseguros, pues no conocíamos bien cómo se iba llevar el trabajo, estábamos totalmente desorientados. Y cuando llegó el nuevo ciclo escolar, los nuevos libros no se repartieron. ¿Cómo trabajar con lo nuevo si ni siquiera teníamos los libros de texto? Entonces teníamos un desafío más difícil.
Por su parte, la maestra Lizbeth Romero Vásquez, de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 011, también mostró su desconcierto con la reforma y todo lo que implicaba su instrumentación, sobre todo para quienes iban a formar a las nuevas generaciones de docentes. Ella recuerda los inicios.
Estamos todavía en un proceso de cómo asimilar el nuevo programa, debido a que apenas el año pasado inició la repartición de los nuevos libros de texto gratuito, además de que no nos los dieron iniciando el ciclo escolar, sino ya a mitad del año escolar, todo por cuestiones políticas.
No se puede hablar de logros, porque -dice la maestra- estos cambios se van a ver con el tiempo: “Ahorita está muy, pero muy en el inicio de la implementación de estos proyectos, prácticamente la nueva Escuela Mexicana tiene muy poco como para decir que ya hay logros”. Esto se comenzará a conocer cuando salga la primera generación que le tocó la Nueva Escuela Mexicana.
Para la maestra la mejor manera de saber si hay o no buenos resultados hay que conocer el grado de aprendizajes obtenidos en las y los alumnos. Hay que ir viendo a los niños si saben o no lo que se plantea en los planes de estudio, si el desarrollo de los contenidos por medio de proyectos está dando buenos resultados. “Ya, entonces, sabremos si los cambios son los mejores y si los alumnos tienen buen aprovechamiento”.
Lo que molesta a muchas personas es el constante cambio de planes y programas de estudio sin que se evalúen resultados y que, además, ello dependa de factores políticos y partidistas y no de criterios académicos, educativos. Una maestra de muchos años de experiencia, Ana Saldivar Guerrero, dice que es “frecuente escuchar que no está bien que periódicamente estén cambiando los planes de estudio”. Luego habla desde su perspectiva personal: “yo, con tantos años de servicio, he pasado por muchos cambios en los programas y, cada vez que se cambian, los maestros tenemos que volver a empezar”. Concluye un tanto resignada: “finalmente, no hay más que acatar las nuevas disposiciones que vienen desde las autoridades de la SEP. En la marcha, poco a poco te vas adaptando y adecuando tu trabajo a las nuevas indicaciones”.
La presencia de Morena en el poder ha sido percibida como una fuerza no bien recibida en Aguascalientes, un estado gobernado por el PAN, pero, en cuestión de continuidad de la reforma educativa, tiene sus ventajas, ya que se asegura que no va a darse otro cambio radical. Al respecto, la maestra Saldivar Guerrero opina: “tal vez sea una ventaja, o desventaja, el hecho de que ganara nuevamente este partido, porque habrá continuidad y ya no un nuevo plan de estudios”.
Es un error, según esta maestra, que las autoridades de la SEP no den tiempo para hacer evaluaciones y con ello saber si las reformas dan o no buenos resultados: “hay que ver si lo que están proponiendo funciona, porque sale un partido, entra uno nuevo y hacen todo un cambio; ni chance se da de que salgan las generaciones de alumnos para ver si la reforma está o no funcionando”. Luego, concluye: “lo cierto es que todo ese cambio que representa Morena y todas las nuevas políticas sí nos están afectando”.
La capacitación
Se va aprendiendo en el camino. Quienes diseñaron los planes deben capacitar a quienes luego serán capacitadores de directivos y docentes. La dinámica es de “cascada”, en el sentido de que hay una serie de intermediarios entre quien elaboran los planes y programas de estudio y quienes los aplican en el salón de clases. La transmisión de información puede ser clara y efectiva, pero también, en no pocos casos, imprecisa e irregular, al grado de que se vicia y se distorsiona. Esto se asemeja al juego del “teléfono descompuesto”, en el cual el primer participante da un mensaje a un compañero y, luego, éste lo transmite a su manera a su compañero inmediato, y así cada uno de los participantes comparte el mensaje como lo recibe y lo interpreta hasta llegar a convertirse en un mensaje completamente diferente al texto inicial.
Lo cierto es que han sido insuficientes los cursos de capacitación, según los señalan algunos docentes. Para la maestra Laura Torres de Lira, hay que hacer más, mucho más, y nos cuenta su experiencia:
Por parte del instituto de educación hay muy pocos talleres, son muy poquitos. Yo nada más, en todo este ciclo escolar, he tomado uno y fue sobre lo de la planeación, pero son muy poquitos, o sea, no ofertan o los ofertan, pero se llenan los grupos… Los que no alcanzamos, pues ahí andamos investigando, improvisando.
El trabajo para los capacitadores fue intenso, porque en poco tiempo tuvieron, y aún tienen, que seguir preparando a las y los docentes de educación básica y educación media. En particular, los consejos técnicos escolares siguen atentos a continuar y mejorar la práctica docente con capacitación. El profesor Ernesto Dávila Ramos mencionó que han sido insuficientes los cursos para comprender los contenidos de los nuevos planes, que no son nada fáciles. Textualmente, señala:
En esta reforma nos estuvieron capacitando durante los consejos técnicos escolares, pero yo siento que sí faltó como algo extra, porque apenitas le estoy agarrando la onda, porque yo ya trabajé con los libros, pero antes no se sabía muchas cosas, que campo formativo, como que no lo podía entender, porque ya estaba mi mente bien acostumbrada a la otra reforma.
Ahora se pretende trabajar en equipo, pero no se está preparado para ello, pues la Nueva Escuela Mexicana está poniendo énfasis en la participación colectiva no sólo entre docentes sino también entre profesores, padres de familia y gente de los barrios y comunidades, todo con el propósito de involucrarse en la resolución de problemas de los lugares en donde están ubicadas las escuelas.
Se está capacitando para que la enseñanza sea ahora por “proyectos” y que éstos estén relacionados precisamente con situaciones que demandan solución en esos lugares en que las y los alumnos habitan. Por tanto, los planes y libros de texto no están elaborados con las lógicas de las disciplinas que por muchos años se tenían. Debido a ello, maestras y maestros están descolocados. Uno de ellos dice: “Considero que los programas con respecto a los temas o los contenidos que se tienen que dar no están muy bien estructurados o no están muy bien señalados para cada campo formativo”.
Los contenidos
Las dificultades que tienen algunos profesores también las tienen los mismos alumnos y alumnas. La maestra Ana María Ponce dice: “los alumnos confunden la libreta de Lenguajes, que plante el nuevo modelo, con la de Español, asignatura que propiamente ya no existe. Todos estamos en un proceso de familiarización”.
Ciertamente, existe un reconocimiento que hay materias que no se están enseñando como anteriormente. Las matemáticas es una de ella. La maestra así lo expresa: “Se dejan de lado muchos contenidos que no se ven; por ejemplo, ya no tenemos la materia de matemáticas, se está viendo mucho menos, no hay ejercicios como tales para practicar, entonces eso hace que los niños pues tengan menos habilidad en lo que es el pensamiento matemático”.
Las dificultades no siempre hacen que las personas rechacen la reforma. Por el contrario, hay quienes están de acuerdo con ella y gustan de los nuevos contenidos. La maestra de primaria Sabina Ramos Salazar, si bien reconoce un inicio turbio, porque no se repartieron los libros a tiempo, por “razones políticas”, está de acuerdo con la reforma y el modelo por proyectos: “ya empecé a trabajar con los libros de texto, y me ha gustado mucho el modelo por proyectos. Sí, sí, la verdad sí me ha gustado mucho, y a los niños también”; luego, agrega: “veo que manejan mucho la parte humana, la parte cívica, lo de los valores, el cuidado del medio ambiente”.
Como ella, hay quienes aceptan el cambio. El maestro Joel Ramírez Sandoval, dice: “El trabajo en equipo para desarrollar dichos proyectos que marca el nuevo modelo, tanto de maestros como de estudiantes, es positivo, y esto nos está obligando a tener más actividades de colaboración con los compañeros”. En este tipo de trabajo “los alumnos tienden a tener trabajo en comunidades escolares, lo cual permite compartir conocimientos y, en general, lograr un enriquecimiento mutuo”.
El nuevo plan de estudios plantea un cambio radical en la forma de evaluar, ya no es la evaluación tradicional que no considera las condiciones particulares de las y los estudiantes viviendo en situaciones diferentes, muchas veces en contextos desfavorables. En este sentido, los exámenes estandarizados no son bien venidos, aunque hay quien, apelando a su experiencia, hace lo que sabe. La maestra Enriqueta Valdivia Rosales dice al respecto: “El cambio de modelo tiene implicaciones diversas, uno de ellos está en la evaluación, porque se examina por campos formativos, aunque algunos retoman lo que antes se venía haciendo”. Otra maestra comparte su experiencia:
Bueno, yo sí hago lo que anteriormente se evaluaba, que es la participación, el trabajo en clase, las tareas. También hay que hacer lo que se nos pide: evaluamos diferente, qué son los proyectos, y le damos más peso al producto final del proyecto de cada materia. En esta tarea, hay cierta libertad para que las y los maestros tomen ciertas decisiones, asumiendo autonomía en su quehacer pedagógico: El producto final se promedia con lo demás… si el docente lo considera, haciendo evaluación objetiva, y si no es necesario, pues con las puras actividades realizadas se evalúa.
Nota final: siguen las interrogantes
La reforma educativa ha iniciado y es obligatorio seguir con los planes de estudio y demás indicaciones. Así lo marca le ley, aunque existen escuelas, sobre todo las particulares, que no obedecen. De hecho, no usan los libros de texto gratuitos que el gobierno distribuye. Como ha ocurrido en otras etapas de la historia de la educación en México, el Estado mexicano hace como que no sabe y deja que la ley no se cumpla.
El hecho es que la reforma educativa plantea una filosofía que no conviene a ciertos grupos de la sociedad, más allá de que dicha reforma tenga errores en cuanto a su estructura curricular. Sus objetivos sí son sociales y políticos, y como sociedad estamos obligados a conocerlos antes de favorecer un clima de arrebatos ideológicos y partidistas. La discusión sigue siendo necesaria, pero con fundamento y siempre pensando en el beneficio de las nuevas generaciones y del país. Y en este análisis crítico y diálogo permanente, las y los docentes tienen mucho que decir.
(*) Se cambiaron los nombres de las personas por razones de privacidad.




