Un regalo para AMLO
Gane o pierda México ante los tribunales, Andrés Manuel ya ganó. Si gana la demanda, dirá en las mañaneras (en plural, porque serán muchas) que todo es resultado de la gran defensa que realizó el Estado Mexicano y que ha logrado lo que nadie, reivindicar la soberanía de México ante el mundo; si pierde, solo tendrá que decir que el sistema está al servicio del imperialismo y las grandes corporaciones…
Hace unos días, trascendió la demanda que Estados Unidos y Canadá interpusieron ante los tribunales internacionales, en contra de la política energética del gobierno de López Obrador.
Mientras los principales socios comerciales de México aseguraron que las leyes energéticas favorecen a los organismos del Estado y violan el tratado de libre comercio, el jefe del Ejecutivo mencionó en su conferencia mañanera que solamente está defendiendo la soberanía energética.
La política energética del gobierno de la 4T sí ha favoreciendo visiblemente a la CFE, pero ya será trabajo de los tribunales determinar si esto ha sido o no violatorio del Tratado vigente.
Lo cierto es que, desde el punto de vista político, la demanda constituye oxígeno puro para el Gobierno. Si la narrativa de los conservadores en México (el PRIAN, la mafia del poder y los fifís) ya luce bastante desgastada a casi 4 años de gobierno, la narrativa del imperialismo aún tiene mucha tela de dónde cortar, porque ha sido poco explotada y porque, esta vez, es el propio imperialismo el que accionó el gatillo, a diferencia de otras ocasiones en las que el Presidente ha jugado a ser la piedra en el zapato de Biden, aún sin provocación de por medio.
Gane o pierda México ante los tribunales, Andrés Manuel ya ganó. Si gana la demanda, dirá en las mañaneras (en plural, porque serán muchas) que todo es resultado de la gran defensa que realizó el Estado Mexicano y que ha logrado lo que nadie, reivindicar la soberanía de México ante el mundo; si pierde, solo tendrá que decir que el sistema está al servicio del imperialismo y las grandes corporaciones, que no existe respeto a la soberanía de las naciones, pero que él seguirá en la lucha de los países menos favorecidos y en defensa del principio de no intervención.
Sin intención, Estados Unidos le ha regalado un gran molino de viento con el cuál pelear a López Obrador, y seguramente él sabrá muy bien cómo vender la épica batalla.
