El pensamiento liberal (3)

El pensamiento liberal (3)

Bobbio (Liberalismo y democracia) apunta que el iusnaturalismo parte de “una concepción del hombre que prescinde de toda verificación empírica y de toda prueba histórica”, pero su utilización por el pensamiento liberal establece límites al poder: “primero está el individuo con sus intereses y necesidades, que toman la forma de derechos en virtud de una hipotética ley de la naturaleza y luego la sociedad”. Este individualismo liberal –opino— contrasta radicalmente con Aristóteles (“el todo es primero que las partes”), quien subraya que el individuo (no es “el buen salvaje” de Rousseau), sino ante todo un ser social, producto de la interacción humana –trabajo, enseñanza, pensamiento, acuerdos para la coexistencia (animal político) —sólo puede vivir y adquirir su plenitud dentro del contexto de la comunidad sujeto a reglas de convivencia cívica y moral, el bien común.

En su origen, el liberalismo radical explicaba la sociedad –incluso hoy día– sólo integrada por individuos, lo cual era la forma ideologizada de evadir la desigualdad o interpretarla como algo “natural” o propio de toda comunidad a lo largo de la historia, derivado de la capacidad o habilidad de cada quien. Asimismo, al ignorar la implícita condición de clase de los subordinados (supeditación a otros al carecer de propiedad, derecho al sufragio y a la representación), en contraste con aquellos que se identificaban por poseer propiedad, derechos políticos y privilegios, reducía la problemática socioeconómica y política a litigio entre sujetos “libres”, y no a controversia social, ya que el necesario siguiente paso es represión (económica, ideológica, policiaca, psicológica) o su contraparte: rebelión. En el fondo ha sido el temor a la revolución: que el ciudadano de veras se crea que la democracia es el poder para el pueblo.

En Estados cuya democracia es entramado de relaciones y acuerdos pecuniarios que controlan economía y política, evidencian el carácter meramente ideológico de esa concepción clasista de la libertad. Ha sido la interpretación “en sentido restrictivo [de] la soberanía nacional, la negación del sufragio universal; sólo poseen derecho de voto los grupos con determinado nivel de riqueza o de cultura [o condición de raza], la burguesía del dinero y del talento … sufragio censitario, igualdad jurídica y desigualdad social” (Adrián Villegas Dianta), típicos de las sociedades políticas del liberalismo europeo y de la América anglosajona.

Jeremy Bentham (1748-1832) en “Principios de la ciencia social o de las ciencias morales y políticas” enfatiza que la “intervención del gobierno es perfectamente inútil … Los impuestos no deben tener otro objetivo que … producir una renta disminuyendo el gravamen tanto cuanto sea posible”.  Incluso la aplicación de los impuestos “como estímulo o restricción”, sólo “consigue desviar el curso natural del comercio y dar la dirección menos ventajosa a los negocios”.

 

A su vez, Benjamín Constant (1767-1830), en “De la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos”, explica el liberalismo político no sólo como libertad política sino como el derecho de “nombrar funcionarios” que tienen la obligación “más o menos de tomar en consideración las peticiones” de los ciudadanos (propietarios).

Adam Smith (1723-1790. La riqueza de las naciones, 1776), fundador del liberalismo económico (Locke del liberalismo político), pretendió demostrar que, para enriquecer al Estado, el camino más adecuado es trabajar para sí mismo, y con ello se sirve a la sociedad “con más eficacia que si trabaja para el interés social”. Es su axioma de la armonía entre el interés particular y el general. Omite que el secreto de “trabajar para sí mismo” es contratar a otros que trabajen “para sí mismo”.

El aspecto medular es la acumulación de capital, “rector y benefactor de la sociedad”. Smith escribe:

“La industriosidad de la sociedad sólo puede aumentar en proporción al aumento de su capital”. De esta forma se consagra la doctrina del beneficio ilimitado.

El pensamiento liberal centra su preocupación en la trilogía ganancia, ahorro, capital. El interés individual y el social coinciden siempre, según Adam Smith, en la inteligencia de que ese “interés individual” no es el de todos los individuos, sino el de los propietarios, cuyo beneficio, suponen, es el de la sociedad. Para Malthus la felicidad general no sería posible “si el principio motor de la conducta fuera la benevolencia”.

La aportación histórica del liberalismo económico es haber favorecido “el proceso de industrialización, la creación de mercados mundiales, la acumulación de capitales, el surgimiento de empresas gigantescas, dimensiones todas que se reflejan en la segunda fase de la Revolución Industrial; pero separó la ética de la economía y se despreocupó de los problemas sociales de la industrialización”. (Villegas Dianta)

Si para los fisiócratas el origen de la riqueza es la explotación de la tierra, para los mercantilistas es el comercio exterior, en tanto que para el liberalismo económico el origen de la riqueza es el trabajo: “para producir esas mercancías debe trabajar, por lo tanto, el origen del progreso económico es el trabajo”. Trabajo, mercancías y comercio son la base de la reproducción y la acumulación de capital. Esta teoría del valor basada en el trabajo fue desarrollada por la economía clásica y por Marx.

“La cantidad de trabajo que se emplea para producir un producto es el precio natural o el precio mismo. La ley de oferta y demanda determina el precio efectivo de ese producto”. El mercado se auto-regula de forma transparente, es «como una mano invisible» que va acomodando los precios de las mercancías en venta. (www.profesorenlínea). [Ello equilibra la competencia entre productores, pero no explica ni resuelve el problema de la desigualdad económica y social. Fija el precio del pan, pero no satisface el hambre de los desposeídos: Julio Boltvinik]

Jorge Varona Rodríguez

Ex Presidente del Colegio de Ciencias Políticas y Administración Pública de Aguascalientes

Jorge Varona Rodríguez

Ex Presidente del Colegio de Ciencias Políticas y Administración Pública de Aguascalientes

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