2020, año crucial para la 4T
2020
I
Este año será crucial por todos los lados que se le vea, sobre todo para un nuevo gobierno, el cual no acaba de convencer en todas las expectativas que había provocado desde el momento mismo del triunfo el 1 de julio del 2018. No se si será el de la consolidación de la Cuarta Transformación, como algunos han empezado a afirmar. Lo que sí, será central para lo que pudiera ser el resto del sexenio
No la tiene fácil el gobierno de López Obrador, aún manteniéndose en altos vuelos el apoyo popular hacia su administración, más con una oposición (no necesariamente partidaria) activa, que no deja pasar nada para reaccionar en consecuencia.
Vayamos por rubros analizando la situación nacional, para señalar cuáles serían los aspectos que necesariamente debiera atender el nuevo gobierno, que no son pocos y algunos de ellos muy complicados, requiriéndose el esfuerzo y participación de sectores más allá de la administración en sus tres niveles de gobierno.
En lo económico el gobierno ha podido mantener el control macroeconómico, sin disparos inflacionarios ni recesiones, pero ha registrado un crecimiento nulo, en mucho ello se ha debido a la desconfianza en el sector privado y a la excesiva tramitología que subsiste en la apertura de algún proyecto productivo y/o inversión.
Miguel Pineda menciona en La Jornada este 31 de diciembre que, “en el caso de México, la discreción que existe en cada oficina para otorgar un permiso y la falta de periodos precisos para liberar un trámite se han convertido en fuentes de corrupción, ya que quien no ofrece dinero puede tardarse meses o años para que le entreguen los permisos para operar, lo que se traduce en mayores costos de producción que paga el consumidor final.”
Este sería en todo caso un tema por atenderse en el marco de la lucha contra la corrupción y lo que debiera ser una constante en el despliegue de medidas de simplificación administrativa. Sin embargo, lo principal en los primeros años es la confianza del sector privado, lo cual no quiere decir que solamente se lograría siguiendo las propuestas de éste, que ya hemos visto que se deriva de la apreciación de que el Estado sólo de todas las facilidades para los inversionistas, dejando al mercado que regule todo lo demás. definitivamente por ahí no va el asunto.
El gobierno de AMLO considera a la corrupción como el principal promotor de la desigualdad en México, además de la necesidad de fortalecer al Estado en la estrategia de fomentar el desarrollo y crecimiento (en ello estamos de acuerdo), pero como lo señala el economista de izquierda Arturo Huerta, se sigue aplicando la política económica igual a hace diez años, con políticas monetarias y fiscales restrictivas, sólo para mantener el control inflacionario y de estabilidad cambiaria.
Coincido con el economista de la UNAM, en la propuesta que “el Estado mexicano retome el manejo soberano de la moneda y de la política económica; que regule el movimiento de mercancías y capitales y al sector financiero también, para favorecer, de este modo, el desarrollo tecnológico y productivo y reducir el déficit de comercio interior.”
El problema es que no está solo López Obrador. Al interior de su equipo inciden personajes ajenos a la izquierda y más coincidentes a posturas conservadoras, como en este caso vemos al empresario Alfonso Romo, que sin duda influye y ha impulsado hasta ahora una postura más de centro.
Con el escenario actual tampoco podemos asegurar que el crecimiento económico se dispare en algo, ya no digamos a ese cuatro por ciento planteado desde el principio por López Obrador. Pues no es suficiente el dinamizador incremento al salario mínimo, que no lo vemos sólo como respuesta a las negociaciones del T-MEC, sino a la visión de convencida necesidad de alentar al mercado interno y como feed back positivo a la inversión. Este es un punto que tampoco podemos dejarlo pasar y si considerarlo en una política económica integral.
La izquierda debiera estar más proactiva y propositiva sobre el tema, debatirlo, definir una postura y elaborar una propuesta alternativa, la cual hay que darla a conocer en medio de la movilización de sectores interesados, de especialistas y de trabajadores al igual de sus agrupaciones gremiales. Cerrarle el paso al conservadurismo y a la derecha.
2020 no será un año fácil ni para la izquierda ni para el nuevo gobierno, es necesario tenerlo presente y actuar en consecuencia.
Aguascalientes, Ags. 1 de enero del 2020 m