Como dos ciudades
Dejaste sobre el escritorio las gotas para las gotas de tus ojos, el celular donde ulula el viento de tu voz, y te fuiste a dormir otra vez a destiempo, cuando la mañana de abril salía apenas del horno. Ríos y rayos anaranjados sobre los papeles donde escribiste algunas líneas acerca de las estaciones que pasan de largo. Ahora dormirás mientras los pájaros picotean esas semillas en la tierra, su silencio. Mientras arriba el pasto añil cubre los surtidores del cielo.
Deberías salir por la noche, como el viejo Li Po, a cantar por esos rumbos, a ver la congestión de los deseos, a respirar el aire que circula y no acaba de agotarse entre las bocas.
Coplas para que despiertes y se duerma la herrumbre. Copla para los hornos que ululan, para el destiempo y los pájaros, y las semillas que arden también de primavera y montañas, de mares y polvo de dos ciudades, de pasto añil, de archiveros y radios y cocinas donde el desamor se sirve siempre a la misma hora. Donde el amor no duerme sino hasta que los ríos y los rayos anaranjados. Coplas
De: Tardes y adelfas
Fragmento.