Privatizar el sufrimiento y el miedo
El hiperconsumismo, la autoexplotación y el miedo al otro son algunos de los rasgos distintivos de la civilización moderna, de acuerdo con los postulados que el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, una de las voces más reputadas para diseccionar la sociedad del siglo XXI, expone en su último ensayo, ‘La expulsión de lo distinto’.
Entre los puntos importantes de esta nueva aportación, se señala que la escucha tiene una dimensión siempre política. Es una acción, dice Chul Han, una participación activa en la existencia de otros, y también en sus sufrimientos. Es lo único que enlaza e intermedia entre hombres para que ellos configuren una comunidad. Hoy oímos muchas cosas, pero perdemos cada vez más la capacidad de escuchar a otros y de atender a su lenguaje y a su sufrimiento. Hoy, de alguna manera, cada uno se queda a solas con sus sufrimientos y sus miedos, se lee en la reseña que ethic.es, nos trae en su nueva edición-
En su libro, editado por Herder Editorial, el filósofo oriental educado en Alemania, sostiene que el sufrimiento se privatiza y se individualiza, pasando a ser así objeto de una terapia que trata de curar el yo y su psique. Todo el mundo se avergüenza, pero cada uno se culpa solo a sí mismo de su endeblez y de sus insuficiencias. No se establece ningún enlace entre mi sufrimiento y tu sufrimiento. Se pasa por alto la sociabilidad del sufrimiento.
La estrategia de dominio consiste hoy en privatizar el sufrimiento y el miedo, ocultando con ello su sociabilidad, es decir, impidiendo su socialización, su politización. La politización significa la transposición de lo privado a lo público. Lo que hoy sucede es más bien que lo público se disuelve en lo privado. La esfera pública se desintegra en esferas privadas.
La voluntad política de configurar un espacio público, una comunidad de la escucha, el conjunto político de oyentes, está menguando radicalmente. La interconexión digital favorece este proceso. Internet no se manifiesta hoy como un espacio de la acción común y comunicativa. Más bien se desintegra en espacios expositivos del yo, en los que uno hace publicidad sobre todo de sí mismo. Hoy, Internet no es otra cosa que una caja de resonancia del yo aislado. Ningún anuncio escucha.
La sociedad sorda
Para el también profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín y autor de más de una decena de títulos, entre los que destacan ‘En el enjambre’, ‘Psicopolítica’ o ‘La sociedad del cansancio’.La alborotadora sociedad del cansancio es sorda. A diferencia de ella, la sociedad venidera podría llamarse una sociedad de los oyentes y de los que atienden. Hoy es necesaria una revolución temporal que haga que comience un tiempo totalmente distinto. Se trata de redescubrir el tiempo del otro. La actual crisis temporal no es la aceleración, sino la totalización del tiempo del yo. El tiempo del otro no se somete a la lógica del incremento del rendimiento y la eficiencia, la cual genera una presión para acelerar.
La política temporal neoliberal, se afirma en el ensayo, elimina el tiempo del otro, que por sí mismo sería un tiempo improductivo. La totalización del tiempo del yo viene acompañada de la totalización de la producción, que hoy abarca todos los ámbitos vitales y conduce a una explotación total del hombre.
La proliferación de lo ‘igual’
En este nuevo ensayo, Byung-Chul rastrea el violento poder de lo igual en fenómenos tales como el miedo, la globalización y el terrorismo, que son los que caracterizan la sociedad actual.
Los tiempos en los que existía el otro han pasado. El otro como amigo, el otro como infierno, el otro como misterio, el otro como deseo van desapareciendo, dando paso a lo igual. La proliferación de lo igual es lo que, haciéndose pasar por crecimiento, constituye hoy esas alteraciones patológicas del cuerpo social. Lo que enferma a la sociedad no es la alienación, la sustracción, la prohibición ni la represión, sino la hipercomunicación, el exceso de información, la sobreproducción y el hiperconsumo.
La expulsión de lo distinto y el infierno de lo igual ponen en marcha un proceso destructivo totalmente diferente: la depresión y la autodestrucción.
LA UAA, DIVORCIADA DE LA SOCIEDAD
La Universidad Autónoma de Aguascalientes debe replantearse una nueva conducción de la Rectoría que devuelva dignidad a los universitarios y respete sus derechos. Es imperiosa la vuelta a una universidad plural, incluyente, participativa, transparente, libre de ataduras a grupos de interés político y económico. No más rectores como Cervantes y Avelar, que han convertido a la UAA en patrimonio de un grupúsculo que ha divorciado a la Institución de la sociedad.