LA PROCESIÓN DEL SILENCIO: El Regreso
La primera persona que planteó la posibilidad de realizar de nueva cuenta la Procesión del Silencio fue el maestro Jorge Campos Espino. La palabra, como en la parábola evangélica del sembrador, cayó en tierra fértil, y la idea fructificó con todo el esplendor; con toda la fuerza de que muchos fuimos testigos el viernes pasado. En verdad os digo que fueron muchas las fuerzas, de organizaciones y personas, las que se pusieron en juego para alcanzar ese objetivo.
Por principio se eligieron los momentos y/o imágenes a representar en el cortejo, todas evocadoras de diversos pasajes de la pasión y muerto de Jesús. Aquí recuerdo algo que me dijo Christian Medina López Velarde, historiador de profesión, subdirector del Centro INAH en Aguascalientes, a propósito de las funciones que esta institución desempeña en el país; en nuestro estado: ¿qué sería del INAH sin el patrimonio asociado a la Iglesia Católica?, templos, pinturas, esculturas? De entrada la afirmación me pareció… un tanto violenta; excesiva, pero de salida… Si lo piensa uno bien, al menos para el caso de la Suave Matria, resulta cierta porque, ¿qué otro patrimonio importante, antiguo, tenemos, que no sea religioso, aparte de las naves industriales del ex taller del ferrocarril, el puente de San Ignacio? La verdad medio me quedé en blanco, pero en fin, hoy el tema es otro.
Señalo lo anterior porque a lo largo de la historia, la Historia de la Salvación; las historias bíblicas y aquellas otras asociadas al cristianismo, han dotado a los artistas de un material inagotable, que se ha traducido en obras literarias, pinturas, esculturas, música, etc. En este sentido, postulo que muchas de estas obras, las que guste y mande, son, han sido, hijas del fervor de los artistas: la catedral que alza sus torres en busca del cielo, la imagen que busca alimentar la fe de quien la observa; su admiración, etc.
Entonces, para esta procesión del silencio se eligieron 8 momentos específicos de la pasión de Cristo, de la Oración en el Huerto de los Olivos al principio, a la Soledad de la Virgen al final, y en el medio, el Señor de la Columna, en evocación al momento en que Cristo es azotado y coronado de espinas. Luego Jesús con la cruz a cuestas, la crucifixión, la Santa Cruz, la Piedad y el Santo Entierro.
Luego de la definición de estos 8, que son los momentos principales de la pasión, el equipo encargado de la confección de las andas, liderado por Campos, procedió a conseguir en préstamo las imágenes, ubicarlas en plataformas, agregar flores y telas, asegurar la tracción de las mismas, todas ellas a través del impulso humano dado a través de una serie de vigas atravesadas que fueron debidamente empujadas.
Por cierto que me llama la atención el uso de este término, andas, y no el de plataforma, cuadrilátero, e incluso el español paso., pero la palabra es correcta. Dice el Diccionario de la Real Academia Española que andas significa “1. f. pl. Tablero que, sostenido por dos varas paralelas y horizontales, sirve para conducir efigies, personas o cosas.” En cuanto al término paso, la misma fuente dice en sus acepciones 21 y 22: “21. m. Cada uno de los sucesos más notables de la pasión de Jesucristo. 22. m. Efigie o grupo que representa un suceso de la pasión de Cristo, y se saca en procesión por la Semana Santa.”
En fin… Sutilezas de la lengua; quehacer de quien no tiene ninguno, por lo menos no obligatorio.
Cada imagen fue llevada en estas andas por grupos de hombres y mujeres que cubrieron su cara y que son llamados “nazarenos”. Las túnicas y capas que utilizaron son símbolo de penitencia, mientras que los capirotes que cubrieron la cabeza, estos conos en forma de cucuruchos, indican, con su elevado pico, la sincera intención de elevar el alma al cielo por medio de la penitencia realizada en el camino procesional. De ninguna manera se trató de un alarde o gesto teatral. Por el contrario, semejante gesto se llevó a cabo en señal de arrepentimiento por los pecados cometidos y a manera de penitencia.
La procesión, en la que el único sonido a escuchar fue el redoble solemne y lúgubre de los tambores acompañado del lamento plañir de las trompetas, salió del lado norte del Parián, justo en el antiguo arco de entrada del templo de San Diego, y tomó hacia el oriente por Pedro Parga. Llegada al templo de Zaragoza, giró hacia el sur por Zaragoza, hasta Primo Verdad. Ahí tomó esta calle rumbo al poniente, hasta el templo de San José, en donde se internó en la calle de Hidalgo hacia el sur, hasta Madero, por donde siguió hasta Morelos. Ahí viró al sur y en Juan de Montoro lo hizo hacia el poniente, rumbo a la Plaza de la Patria, el Palacio de Gobierno y Catedral, en donde concluyó.
La procesión involucró una serie de símbolos, Cruz de Guía, cruces veladas, estandartes de parroquias y equipos diocesanos participantes, pendones pasionarios… Participaron además, el obispo Juan Espinoza Jiménez, miembros del cabildo catedralicio, el titular del grupo de pastoral de la Cultura, el presbítero Jaime Silva Castañeda, que también se desempeña como párroco de Rincón de Romos.
En cuanto a las agrupaciones, estuvieron los tamboreros de Danza de Matlachines de Aguascalientes, los matlachines Los Venados, los custodios del Señor de las Angustias de Rincón de Romos, las Hermanas Maestras Católicas del Sagrado Corazón, la Banda de Guerra del Tecnológico de Aguascalientes, y los grupos de danza Termal, El Ombligo de la Luna, Mellaly, Danza Española de la Escuela George Berard, y folclórica de la UAA. Finalmente, se contó con la participación del Ensamble coral Mirabile y el Grupo Musical Malinche. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).