LAS 100 VIDAS DE DEPÓSITO 2-15
Confieso que soy cliente principalmente de la hemeroteca del Archivo Histórico del Estado. En efecto, mantengo una adicción incorregible por la prensa antigua, aunque frecuentemente deba cantar aquella de “miénteme más, que me hace tu maldad feliz”, pero me las arreglo y sigo adelante porque señora, señor: deslizarse por las páginas de un periódico antiguo es como otear por la ventana de un mundo perdido; exactamente así, aunque la visibilidad sea mínima, y frecuentemente borrosa; eso mejor que nada.
Ahora que lo pienso, bien podría asumirse que tanto el archivo como la carrera de Historia son contemporáneos. El primero de 1982 y la segunda 6 años después, en 1988, aunque ciertamente ocurrió que hacia 1981 egresaron los primeros sociólogos, que realizaron trabajos históricos para obtener el grado académico, y algunos se quedaron en esta última disciplina.
A lo que voy es a que tanto el archivo como la universidad, han propiciado un auge de los estudios históricos y del interés por la historia, y estimulado el interés de las personas por la Historia, que se pone de manifiesto en programas de radio y televisión, en páginas de Facebook, etc.
En fin, que el archivo resguarda los materiales que servirán a los historiadores para armar su discurso, conectar una cosa con la otra, clarificar aquello, construir el relato de procesos históricos, etc.
Pero también se lleva a cabo la difusión de los materiales que resguarda. Imagine, por ejemplo, a un empleado, procesando documentos. Debe ver de que va el escrito, esto en términos generales, para saber en qué apartado temático debe ubicarse. Se abre un expediente, si es que son varios los documentos que corresponden a ese asunto, se inscriben en el catálogo y se guardan; se archivan, hasta que alguien los requiera y vuelvan a recibir la luz del día. Hay mucho de rutinario en esta labor, pero luego resulta que de cuando en cuando aparece algún documento particularmente interesante, que merecería una difusión inmediata… La colocación de la campana sobre el balcón central del Palacio de Gobierno, los pormenores de una visita presidencial, la clausura de departamentos del taller del ferrocarril por contaminación, el aterrizaje del primer avión de propulsión a chorro…
El hecho es que temas hay los que guste y mande pero, insisto, hace falta difusión, y la difusión cue$ta. Hay que producir, buscar, hacer llegar, etc. En este sentido, el archivo parece más bien una institución de beneficencia pública, que vive de la caridad. Como que luego hay quienes no comprenden para que sirve, qué sentido tiene mantenerlo, dotarlo de personal, pagar las suscripciones a los periódicos, etc., y bueno, ahí va la institución, casi en una inercia que raya en la inanición. Además hay que tener en cuenta a quienes lo dirigen, su visión de las cosas. En este sentido, poco bien le han hecho quienes asumen que el archivo está ahí, cosa de que la gente se acerque a buscarlo. Pues sí, pero no….
En materia de difusión ha tenido distintos momentos, y si visualizamos este tema en el contexto global de las actividades de la institución, realmente se ha hecho muy poco; muy poco comparado con lo que podría hacerse, claro. Algunos esfuerzos editoriales han sido La Gazzeta histórica, Mascarón, Ecos del terruño, algún boletín, y no más…
Ahora se vive un buen momento de difusión, mejor que otros, pero de ninguna manera lo que se podría si… Si lo que se hace fuera más algo institucional que personal, pero bueno, y lo que se hace actualmente es gracias a la decisión de la aplaudida maestra Dolores García Pimentel, y su mozo de espadas, el jurisconsulto Joaquín Chávez Pérez.
Desde hace algunos años la maestra ha hecho acto de presencia en algunos medios de comunicación, en la Hora Nacional, para difundir las actividades del archivo. El año pasado -¿o fue el antepasado?-, iniciaron ambos un programa de radio que denominaron Depósito 2-15, Un paseo por la Historia de Aguascalientes, en lo que mi amigo Enrique Rodríguez Varela califica como la lucha de la memoria en contra del olvido y que inició su andadura en Alternativa 92.7 F.M. de Radio y Televisión de Aguascalientes, pero a principios de esta administración gubernamental, inopinadamente “les dieron las gracias”. Digo inopinadamente porque me parece que por su naturaleza, el programa se inscribía claramente en el concepto de radio pública.
En fin, haya sido como haya sido, posiblemente otros se habrían encogido de hombros, y a otra cosa, pero Dolores y Joaquín le dieron nueva vida a su esfuerzo, ahora en Facebook (Depósito 2-15), que también ofrece interesantes posibilidades de difusión.
Depósito 2-15 debe su nombre a la naturaleza del archivo, en tanto depósito de documentos, y al hecho de que 215 es el número de la casa que ocupa, en la calle Juan de Montoro. Es un programa de difusión de la historia, en el que se desarrolla un tema, se invita a personas que desarrollan algún asunto que dominan, etc.
Hace unos días celebraron con bombo, platillo y pastel, las 100 vidas del programa, y ojalá y le esperen 100, 200 1000 ediciones más. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).