POESÍA CONTRA LA VIOLENCIA

POESÍA CONTRA LA VIOLENCIA

En 2022 ganó el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes la antropóloga Maricarmen Velasco Ballesteros por su poemario “La muerte golpea en lunes”. En la ceremonia de premiación, realizada el 6 de mayo pasado, Velasco Ballesteros señaló que su trabajo estaba dedicado a una humanidad violentada, doliente, ofendida; un poemario que denuncia la situación de violencia que mata al país; que padecemos todos, con diversas intensidades, de manera periférica en el mejor de los casos, pero muchos, demasiados, de manera muy cercana.

En fin. “La muerte golpea en lunes”, y en martes, miércoles, en navidad y viernes santo -por señalar dos días que culturalmente son para nosotros de paz y arrepentimiento-; todos los días. Es complicado celebrar la belleza del máximo género literario con un tema como este; con este trabajo, ¡y qué lejos estuvo esta ceremonia de aquellas jornadas de poesía que celebraban la belleza de la vida; de la mujer, de la ciudad y de la feria, etc.!; y más aún de las veladas de los juegos florales, que se caracterizaban por la cursilería.

Porque con su libro Velasco Ballesteros recupera la humanidad de la violencia, si esto fuera posible, es decir, saca los crímenes que son el veneno nuestro de cada día de la inhumanidad de los noticieros, de este morbo que acompaña frecuentemente la emisión de noticias en torno a estas situaciones, para dotarlos de este aliento que necesitan, la humanidad que requieren, para que sean algo más que un número; una estadística.

Sobre la poeta habría que decir que para ella la poesía lo es todo, su pasión de vida, y sin embargo debió hacerla a un lado durante muchísimos años, por criar a su hijo. Así que cuando éste terminó la prepa pudo dedicarse a la poesía de tiempo completo.

Hacia fines de los años ochenta ganó un premio en los juegos florales nacionales de San Juan del Río Querétaro. Además ha publicado Declaración del agua (1993) y Atalaya (2019). También participó en el premio Jaime Sabines de Chiapas, y ganó una mención honorífica.

Por razones que no vienen al caso tuve la oportunidad de conversar con ella el año pasado, antes de que recibiera el galardón. He aquí algunas de las cosas que me dijo: “el tema del libro tiene relación con la violencia en México, con los desparecidos y las desaparecidas, y la chamba de las mujeres, buscando, peinando los montes, el territorio completo, dejando sus familias, sus labores, etc., medio mal viviendo porque no pueden trabajar, no pueden ganar nada.

Intenté escribir este libro entre 2009 y 2011, y no tuve la entereza, la fuerza; no tuve lo que necesitaba para poderlo hacer, me deprimía mucho, me angustiaba el tema. Investigué muchísimo, hasta que decidí dejarlo, y cuando empecé a escribir este libro me di cuenta que era el que había tratado de escribir hacía varios años. Creo que cuando lo intenté la primera vez no estaba preparada para eso, hasta ahora, y cuando lo empecé a escribir y se me empezó a formar la estructura del libro en la cabeza, me dí cuenta que estaba escribiendo el libro que no pude en aquel primer momento. Leo mucho las noticias, y me provocaba una enorme angustia porque parecía la nota roja el periódico todo el tiempo, la guerra contra el narco, y me provocaba una angustia enorme darme cuenta que se estaba convirtiendo a nuestro cuerpo en estadística, en números, y yo decía ¿qué pasó con ese sufrimiento? ¿qué pasó con las familias, los amigos, las novias, que los están buscando? Yo quiero hablar de esos que se quedan; de los no fueron levantados, torturados, asesinados. Entonces, eso fue lo que traté de escribir, sobre los que se quedaron”.

Maricarmen Velasco no tiene una formación literaria formal, digamos de carrera de letras, sino la de antropología, pero hizo un diplomado en literatura mexicana por el ITAM, aparte de participar en talleres literarios conducidos por los poetas Oscar Oliva, Efraín Bartolomé, y en los últimos años María Baranda, todos ellos ganadores del premio Aguascalientes. Además estuvo año y medio en la SOGEM.

La ceremonia de entrega del premio fue como cualquiera otra, los discursos, los agradecimientos, los aplausos, la lectura de poesía, etc., salvo por un detalle. Maricarmen Velasco estuvo acompañada -¿cobijada?- por personas que han sufrido, sufren, aquello que la poeta evocó con su poesía. Ahí estuvieron algunos de los que se quedaron, la señora Dora Galván Estrada, madre de Andrea Noemí Chávez Galván, asesinada en julio de 2017, por ejemplo, y alguien -quizá debiera decir alguienes-, deudos de los desaparecidos del -¿bar, antro, cantina?- Maverick, trabajadores que cometieron el pecado de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, y fueron levantados y desaparecidos precisamente hoy hace 16 años. Ellos portaban un pendón con las fotografías de seis de las 10 víctimas y una brevísima historia de lo ocurrido.

También de manera excepcional en la historia del premio, se reconoció a los ganadores del certamen en 2020 y 2021, Elisa Díaz Castelo y Rubén Rivera, respectivamente, dado que por pandémicas razonas no hubo feria, pero independientemente de esto, veo en la realización de este concurso en las condiciones que vivimos, así como el Encuentro Nacional de Arte Joven, una metáfora virtuosa; gozosa: mientras el mundo casi se detenía, casi, las artes seguían adelante, con el ímpetu de siempre, en tanto “expresión artística de nuestra humanidad”. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).

Carlos Reyes Sahagún
Carlos Reyes Sahagún

Profesor investigador del departamento de Historia en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Cronista del municipio de Aguascalientes.

Carlos Reyes Sahagún

Profesor investigador del departamento de Historia en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Cronista del municipio de Aguascalientes.

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