BARRUNTOS EN LA IZQUIERDA

BARRUNTOS EN LA IZQUIERDA

En la pasada reunión ampliada del Núcleo Nacional del MCM del sábado 26 de octubre, se discutió en el primer punto del orden del día, la coyuntura política nacional, enmarcada en una movida Latinoamérica al punto de la insurrección en algunos países. Y aquí en México, con rasgos preocupantes en la gestión de la administración de la llamada Cuarta Transformación.

Se mencionó durante las intervenciones que, era evidente que en la cúpula gubernamental transcurría una lucha férrea e intensificada, donde se habían recrudecido las presiones de los aliados provenientes de la derecha y no se habían presentado acciones en contrapartida desde la izquierda. Por su parte, Andrés Manuel López Obrador soportaba su postura y proyectos, a partir de sus programas y acciones, sin recurrir a la movilización de la gente ni prever como una necesidad ésta.

En mucho ello tiene que ver con la desideologizada afirmación del Presidente de la República que, la situación de desigualdad y reparto inequitativo de la riqueza se debe a la corrupción y que, acabando con ésta, se sentarían las bases para la justicia social. No tiene razón y hay que decirlo con toda firmeza y argumentaciones debidas.

El neoliberalismo afincado en las últimas décadas en el país, como expresión del capitalismo salvaje, impone vivir bajo la lógica del libre mercado, con lo cual, no sólo ha permitido que se ahonde la desigualdad, la miseria y pobreza en los mexicanos, también se naturalice la corrupción y la impunidad. Corresponden a manifestaciones hegemónicas capitalistas en una lucha de clases incomprendida por el Presidente.

Y esa lucha se ha intensificado. Empiezan a emerger diversos actores y a manifestarse. El más reciente que es necesario no dejar pasar, son las fuerzas armadas, donde está claro hay diversas posturas, algunas críticas con respecto al actual gobierno. De ellas sobresale el discurso del general Carlos Gaytán Ochoa, quien señaló que, “la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda que acumularon durante años gran resentimiento, y afirmó que los frágiles contrapesos existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que propicia decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad”, (conforme nota publicada este miércoles 30 de octubre en La Jornada).

Subrayó además que, “ello nos inquieta, nos ofende eventualmente, pero sobre todo nos preocupa, toda vez que cada uno de los aquí presentes fuimos formados con valores axiológicos sólidos que chocan con la forma con que hoy se conduce al país”.

Son tiempos entonces en que se acelera el acomodo de las distintas fuerzas, cada una se supone que está siendo lo suyo. No todos, rectifico. Los partidos están perdidos, todos, ninguno se salva, ni de izquierda ni de derecha. Esta última se encuentra muy activa, a partir de las cámaras patronales, de los hombres del dinero, al igual que los medios de comunicación y la iglesia.

La izquierda por su parte, pareciera que no ha entendido la gran oportunidad que tiene para avanzar en sus propios proyectos, en la intención de radicalizar la Cuarta Transformación hoy apoltronada en el centro, a partir de un contrapeso alternativo, en independencia que una parte de ella acompañe el actual proceso de cambio en el gobierno federal. Y si en el fondo eso sucede aquí, menos aún va a hacer eco de lo que sucede en el Cono Sur, donde se construyen alternativas al modelo neoliberal impuesto en las últimas décadas.

La vista de la izquierda mexicana está en otros lares, no en el que amerita una postura más responsable y protagónica, en la cual no sólo contrapese sino influya. No busca la unidad, con sus acciones alienta la dispersión. Sigue divorciada del movimiento de masas y éste, está empecinado a la defensa de sus demandas inmediatas, sin darle un sentido político y de mayores expectativas a su entorno focalizado.

La izquierda no se da cuenta las enormes posibilidades para su emergencia como opción, a partir de todos los efectos provocados por el agotamiento del modelo neoliberal, que permitieron el año pasado un triunfo incuestionable del frente representado por López Obrador. Pareciera remar en sentido contrario. Morena se cuece en sus propios jugos autodestructivos, convirtiéndose en un obstáculo más que un apoyo para un gobierno que proviene básicamente de sus filas. Quienes intentaron buscar el registro legal como naciente partido que quedaron en el esfuerzo. Las decenas de grupitos que se autocalifican como vanguardia viven en el soliloquio de la marginalidad y quienes por “principios” se oponen a las nuevas circunstancias, reivindican su verdad dogmática, incongruente con la realidad.

En el MCM tenemos la obligación de adoptar otra postura. Debemos acelerar nuestra definición política a partir de la elaboración de las 51 Tesis planteadas, así como darnos mayor organicidad, desplegando más actividad, para no ser como los demás. ¡Si se puede!

Daniel Carlos García

Aguascalentense de nacimiento, comunista por convicción y médico por estudios en la UNAM. Militante activo de la izquierda marxista desde la década de los 70’s; fue miembro y dirigente de los partidos: PCM, MAUS, PSUM, PMS Y PRD. Periodista por vocación y colaborador de diversas publicaciones. Ha escrito diversos libros, entre ellos: “Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes”, “El perredismo en Aguascalientes” y el “Diccionario de la Izquierda en Aguascalientes”, “Historia y situación del cooperativismo en el DF” y “Las mujeres en la Revolución Mexicana”. Fue Director de Capacitación para el Empleo del Gobierno del Distrito Federal (2000-2005); asesor del Srio. de Gobierno del GDF y Director de Estudios y Estadísticas del Trabajo (GDF 2007-2012). Actualmente es Gerente de Saludo en CENFES, AC, así como organizador y dirigente del Movimiento Comunista Mexicano (MCM).

Daniel Carlos García

Aguascalentense de nacimiento, comunista por convicción y médico por estudios en la UNAM. Militante activo de la izquierda marxista desde la década de los 70’s; fue miembro y dirigente de los partidos: PCM, MAUS, PSUM, PMS Y PRD. Periodista por vocación y colaborador de diversas publicaciones. Ha escrito diversos libros, entre ellos: “Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes”, “El perredismo en Aguascalientes” y el “Diccionario de la Izquierda en Aguascalientes”, “Historia y situación del cooperativismo en el DF” y “Las mujeres en la Revolución Mexicana”. Fue Director de Capacitación para el Empleo del Gobierno del Distrito Federal (2000-2005); asesor del Srio. de Gobierno del GDF y Director de Estudios y Estadísticas del Trabajo (GDF 2007-2012). Actualmente es Gerente de Saludo en CENFES, AC, así como organizador y dirigente del Movimiento Comunista Mexicano (MCM).

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