CRISIS CLIMÁTICA, DE BIODIVERSIDAD Y ENERGÉTICA.
Vivimos ya en el interior de una crisis climática muy grave. Desde finales de los ochenta del siglo pasado, he seguido en algunas revistas científicas y otras secciones científicas de periódicos como Le Monde, El País o el New York Times, las informaciones correspondientes a la degradación del clima. Desde aquellas épocas se predecía lo que está ocurriendo ahora, pero había una diferencia, lo presentaban que podría ocurrir en los alrededores del tercer cuarto de este siglo y lo daban sólo como probable. Hoy, la crisis climática grave es una realidad presente cincuenta años antes de las predicciones.
La crisis climática proviene fundamentalmente de un uso desmesurado y descomunal de la energía que se desató fundamentalmente a partir de la revolución industrial que surgió en la segunda mitad del siglo XVIII, principalmente en Inglaterra.
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La energía es fundamental para el hombre, no en virtud únicamente, de que el trabajo que es indispensable a la vida humana es, según la tesis doctoral en Ciencia Económicas (UAM) de Elvis Díaz Díaz, un uso de energía humana que contiene energía mental (reflexión, decisión, hábitos, etc.), sino también como lo veremos en esta reflexión, es vital, no sólo para el ser humano sino para la biodiversidad y la reproducción del medio ambiente.
La sola energía no es suficiente para la vida siguiendo un libro muy interesante de Spyros G Tzafestas intitulado, “Energy, Information, Feedbac, Adaption and Sef-organization” (Springer International Publishing, 2018), él señala que la vida en general, requiere la interacción de cinco factores clave, éstos son la energía, la información, la autoorganización y el control, la retroalimentación y la adaptación. Yo le agrego que, para el caso de los seres humanos, la necesidad de utilizar el conocimiento y reflexión.
Según Spyros G. Tzafestas, la energía es movimiento y capacidad de transformar algo y es indispensable y fundamental para todos los procesos de la vida. Para las plantas, las células, y todo tipo de la biodiversidad existente. La información es también muy importante, todas las células requieren captar la información existente en su entorno para evadir los daños y buscar los alimentos y elementos necesarios para conservar la vida; se necesita también una información interna para que éstos puedan relacionarse y organizarse adecuadamente. La vida requiere una autoorganización, ya que la vida celular, vegetal y animal, tiene muchos componentes que entran en relación entre sí y de ellos se requiere que tengan una organización adecuada para que la vida continúe, los neurólogos han denominado a este hecho como homeostasis, ya que el cuerpo humano necesita integrar la actividad de miles de millones de células de distintos tipos para que la vida de una persona pueda mantenerse y desarrollarse; a este proceso se le denomina homeostasis que corresponde a lo que Spyros señala como autoorganización. La retroalimentación implica que los componentes de la vida se relacionan entre sí y se retroalimentan unos a otros. La adaptación es el resultado de que las condiciones de la vida no son estables sino cambiantes y por lo tanto se requieren procesos adaptativos permanentes.
Spyros trata de la vida en general. Yo agrego que la vida humana es mucho más compleja interna y socialmente y por ello se requiere de conocimientos y reflexión.
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Todos ellos forman un sistema complejo en el que interaccionan unos con otros. El uso de la energía requiere de información en procesos autoorganizados; la autoorganización y la información necesitan energía y todo el proceso implica retroalimentación y adaptación.
El hecho básico es que , la información, la autoorganización y el control, la retroalimentación, la adaptación y la reflexión, requieren de energía para funcionar. Todos los factores son importantes, pero sin energía no hay nada.
Aunque es cierto que se puede hablar de energía en general, es indispensable distinguir que existen diferentes tipos de energía que requiere en ser humano. Como principio general se puede decir que la energía proviene del sol, pero únicamente de sol, el ser humano no puede vivir ya que éste necesita energía de productos alimenticios vegetales y animales, requiere de energía para cocinarlos, necesita transporte, etcétera.
La energía que requiere el ser humano, es de diversos tipos y entre ellos se configura un entramado que conforma un sistema complejo adaptativo, tal y como aparece en el siguiente recuadro.
En el esquema, el ser humano se encuentra en el centro y está rodeado en forma de interacciones con distintos tipos de energía: energía física, energía biológica, energía físico biológica, energía humana individual y social y energía organizativa.
Presentaré brevemente a cada tipo de energía, lo haré por separado, pero a sabiendas que se relacionan con las otras energías en un sistema complejo adaptativo.
La energía física es fundamental ya que de ella provienen el sol y la lluvia que no sólo son indispensables para la energía biológica sino también para la electricidad y los combustibles. La electricidad es hoy fundamental, no sólo es la luz eléctrica de noche, hay que tomar en cuenta el teléfono, la televisión, el radio, la música y sobre todo actualmente, la computadora, que son elementos todos ellos indispensables para la vida moderna sino en las ciudades y en casi todos los poblados medianos y muchos pequeños. Se requieren combustibles para cocinar y calentar el agua. Es fundamental que el agua llegue ahí en donde hay seres humanos no sólo para beber, la limpieza o la cocina, sino también para el drenaje y cañerías vitales para la salud. Hay que agregar que el hombre necesita transportarse para su trabajo o educación y atención de salud, sino también por el transporte de una enorme cantidad de productos que adquiere y además, para su diversión y socialización.
La energía biológica es vital no solamente porque necesitamos alimentos, requerimos que nuestro organismo funcione adecuadamente para poder generar energía humana y social. Requerimos de un medio ambiente adecuado para poder vivir; ni alimentos ni organismos pueden existir sin un medio ambiente que les favorezca o que se puedan adaptar al medio ambiente adecuado, es el resultado de una combinación de elementos energéticos propicios. Durante milenios, el transporte para los humanos tuvo como una de sus bases en determinados animales. Es factible que si en Mesoamérica hubiese habido burros y caballos, su avance civilizatorio hubiese sido mucho más adelantado del alcanzado.
La energía físico-biológica, es el resultado de la interacción de la energía física con la biológica y de ella surge la biodiversidad, el medio ambiente (recordar por ejemplo que las plantas absorben CO2). Lluvia, ríos y mares no sólo están ampliamente ligados al clima, a los peces y a la biodiversidad, sino que se usan para desalojar todo tipo de residuos que hasta cierto límite, pueden ser regenerados por la naturaleza. Las medicinas en general, son el producto de una interacción físico-química-biológica. Además,tanto la producción de bienes y servicios hace uso de la energía físico-biológica además de la energía organizativa; los cuales son bienes y servicios para la diversión de los seres humanos.
El ser humano es un organismo biológico muy complejo que requiere, como se ha visto en los párrafos anteriores, de una variedad importante de energías. Estas fuentes de energía se transforman por medio de procesos complejos, en los cuales cuerpo y cerebro forman un todo interactuante, en energía humana que es a la vez, individual y social. Individual, porque nos permite crecer y mantener la vida, y socialmente, porque el hombre aislado no existe ni puede existir; toda la gestación en el seno materno, reclama alimentos, cuidados, limpieza, medicamentos, etcétera, sin los cuales no habría nacimiento; luego la atención familiar, la vestimenta, los alimentos, los juegos, la educación que no provienen únicamente de una relación múltiple y compleja que es la familia sino de la integración de la familia en un conjunto múltiple de procesos sociales. Se requiere además dinero y para ello, los padres tienen que contar con un empleo; por otro lado, las personas, las familias y las empresas, viven en el interior de un Estado con leyes y reglamentos; el ser individual sólo existe en el interior de una estructura social. La comunicación, la reflexión y la vida humana necesitan de un lenguaje y éste se hereda de la sociedad en que se nace; además la vida y la convivencia implican una cultura, hábitos e instituciones todas ellas surgidas de los procesos sociales. El cerebro y sobre todo la corteza prefrontal, es la que nos diferencia del resto de simios y nos hace humanos. El cerebro es según muchos neurocientíficos, el sistema más complejo que conocemos hasta la fecha y contiene redes neuronales y mapeos sinápticos muy amplios y complejos, de hecho no hay dos cerebros iguales y eso nos hace individuos, pero los individuos existen en el seno de una sociedad, por eso somos a la vez totalmente individuos y totalmente sociales. La relación compleja y retroactiva individuo-sociedad, requiere de mucha energía y a la vez, es fuente de muchos procesos energéticos. La energía humana individual y social genera servicios, educación salud, trabajo etc.; pero nada de esto sería posible sin reflexión y cultura. La reflexión y la cultura son producto de la evolución y del uso de la energía en sus distintas formas, pero en relación recursiva, la reflexión y la cultura son fundamentales par el uso e innovación de la energía. La vida social en la actualidad tiende a desarrollarse cada vez más, en comunidades urbanas que requieren un conjunto de servicios los cuales a su vez, son consumidores de energía.
Energía organizativa. La vida integra un conjunto de elementos diversos que para mantenerla y conservarla, se necesita que se encuentren en relación entre sí en forma organizada. No por casualidad a nuestro cuerpo le denominamos organismo ya que integra y organiza a millones de células de diferente especie. De hecho, con toda razón, a los seres vivos se les denomina organismos. Pero la clave a subrayar es que la vida individual y social se desarrolla al interior de distintas organizaciones: la familia, la escuela, el transporte, las diversiones, la salud, todos los procesos comunicativos e incluso las estructuras de poder y del estado.
En este momento se puede formular una hipótesis: el ser humano como producto de la evolución, es una estructura energética que vive de la energía y transforma diversas energías en energías humanas y sociales; somos energía transformada y transformadores de energía.
Recordemos las dos primeras leyes de la energía. Primera: la energía no se crea ni se destruye sólo se transforma. La energía tiende a la entropía, es decir, a la disipación. Por eso, el uso de la energía implica residuos, los cuales tienden a ser contaminantes y generadores del cambio climático. Como la energía depende del sol y del clima, la contaminación puede conducir, como lo hace en la actualidad, a modificar el clima y así, modificar todos los procesos energéticos de los que depende la vida humana. Hoy día o modificamos sustancialmente el uso de energía o simplemente, tendemos a desaparecer lo que da sustento a la vida humana en la actualidad. Las fuentes y usos de energía no se pueden reducir al cambio de uso de automóviles de combustión interna por automóviles eléctricos o que usan hidrógeno; la lucha contra el cambio climático nos conduce a transformaciones mucho más fuertes y profundas y nos obliga a otra forma de sociedad, de economía y de poder.
