CUANTA CAPACIDAD DE INCERTIDUMBRE SE PUDE SOPORTAR

El ser humano se ha enfrentado a una serie de vicisitudes desde su origen remoto contra elementos de la naturaleza. Estos mismos elementos servirían más tarde como alianza para su evolución. Cada mecanismo de su exterior estaba allí para darle la oportunidad de vencer y de superarse. La incertidumbre era, es y será parte de la existencia humana. A esta capacidad de hacer y rehacerse se le ha añadido la supervivencia para encontrar en sí mismo motivos de su creación en el universo.

El comportamiento de superación se da en sí mismo cuando existe el convencimiento de la victoria propia. Lo incierto llega a cada momento, a cada paso. Sin embargo y por el contrario, el cerebro y la ansiedad humana están más cómodas con sus certezas, aunque la vida sea completamente un mar de sobresaltos, sorpresas y cambios fuera de control.

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Entonces, ¿por qué no deberíamos temer la incertidumbre? La realidad de todo contexto (promedio) es movimiento. Todo lo que nos rodea y conforma nuestras vidas está amenazado por el azar y el cambio, y sin embargo, la especie humana siempre ha intentado buscar una lógica y un orden en el universo. Es lo que nos define como especie y lo que nos ha permitido evolucionar y progresar hasta hoy.

No aceptamos que las cosas puedan ocurrir, o ser, por un motivo azaroso, necesitamos ver un orden y sentido en ellas. Aquello que no conseguimos entender, lo caótico, nos produce una sensación de intranquilidad y frustración.

El filósofo austriaco Kant consideraba que “la inteligencia de un individuo se mide por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar”, esto es, entre más aventurado sea el destino es mayor el músculo de la adaptación cognitiva-emocional para superarlo y estar listo todos los días para lo que sigue –aunque este fuera del plan de vuelo-.

Así que el orden de la nueva realidad del año 2020, es el hito más grande de la historia de la humanidad. Este es el nuevo nivel de incertidumbre que lidiar, sufrir y eventualmente saber gozar. Al final de todo vendrá la anécdota entre lo trágico y lo cómico que fue al pasar los momentos inciertos para recordar en la memoria esta enorme capacidad de superación.