Cuestión de Formas
[bctt tweet=»Se sucedieron varias manifestaciones que abrirían una nueva etapa protocolaria o mejor dicho, antiprotocolaria.» username=»crisolhoy»]
Tradicionalmente cuando transcurre un informe presidencial, dedicamos el tiempo a valorar los contenidos, lo más significativo, las afirmaciones que no corresponden a la realidad o son presentadas desde una visión del vaso medio lleno. Pero en esta ocasión no lo vamos a hacer así. En mucho lo afirmado por López Obrador el pasado domingo primero de septiembre, lo habíamos escuchado de manera reiterada durante las conferencias mañaneras.
De tal manera que ahora mejor destinamos el espacio a valorar las cuestiones de forma, trastocadas a lo que habíamos podido considerar como convencionales o propias de ceremonias, como la que presenciamos en patios del Palacio Nacional. Se sucedieron varias manifestaciones que abrirían una nueva etapa protocolaria o mejor dicho, antiprotocolaria.
Primero, como ya lo había señalado el propio Presidente de la república, se presenta al informe sin portar la banda tricolor, que tradicionalmente llevan los mandatarios en situaciones como la señalada. Quizá se refería al carácter del acto que presidió, el cual no era ante el pleno del Congreso de la Unión, sino de quinientos invitados que él mismo definió.
[bctt tweet=»…la pantalla posterior del evento dejaba asentado que era el Tercer informe, no el primero.» username=»crisolhoy»]
Segundo, la pantalla posterior del evento dejaba asentado que era el Tercer informe, no el primero. La respuesta de ello es obvia. El evento no correspondía estrictamente a la derivación formal del documento que se presentaría esa tarde en el Congreso de la Unión, a través de la Secretaria de Gobernación, sino a la tercera ocasión que se presentaba un informe al pueblo de México, en tanto los dos anteriores correspondieron al presentado por los primeros cien días de gobierno y el segundo, cuando se cumplió un año del triunfo electoral.
De paso esto también respondió a aquellos que criticaron que el informe presentado por la mañana del domingo en Palacio Nacional, fuera antes de la entrega formal ante el Congreso de la Unión, como se había hecho en el anterior periodo presidencial. Recordemos que Olga Sánchez, Secretaria de Gobernación, se presentó a las cinco de la tarde de ese día al Congreso de la Unión, a entregar el documento formal.
Choca un poco la presentación de un informe al pueblo, encerrado en el patio del Palacio Nacional y ante medio millar de invitados, que más eran parte de la clase política mexicana, más representaciones diplomáticas, que la ciudadanía en general, más cuando los otros dos si habían sido ante una multitud concentrada en el Zócalo capitalino.
[bctt tweet=»El Presidente no corrió la cortesía de saludar la presencia de los representantes del Poder Legislativo» username=»crisolhoy»]
Dicen que en el evento El Presidente no corrió la cortesía de saludar la presencia de los representantes del Poder Legislativo, concretamente la Senadora Balboa y el Diputado Muñoz Ledo, ambos pertenecientes a los grupos parlamentarios de Morena.
Eso sí, como algunos columnistas lo señalaron después, el discurso estuvo en cierto sentido, carente de frías cifras que siempre veíamos en los informes presidenciales, que los hacían inseguibles y aburridos. Esta no fue así, el mensaje estaba hecho a la medida y gusto de la mayoría de seguidores del Presidente de la república, con lo cual, como dijeran otros periodistas, el informe correspondió a una mañanera más grandota.
Lo que si se mantuvo la práctica del aplausómetro, contabilizándose 45 ocasiones en que el Presidente de la república fue interrumpido por las palmas de los asistentes, aunque sobresalió que el dueño de Televisa, Azcárraga Jean, aplaudió sólo en pocas ocasiones.
[bctt tweet=»… mientras el conservadurismo manifiesta que se han hecho mal las cosas, el índice de aprobación de AMLO está arriba del sesenta por ciento.» username=»crisolhoy»]
Esto no quiere decir que lo dicho estuviese a la altura de lo esperado, sobre todo por la oposición, la misma que había fomentado movilizaciones en varias capitales de estados, bajo la consigna de Informe de mentiras (asumida también por el PAN) y que finalmente tuvo resultados malos. Cabe esta consideración pues mientras el conservadurismo manifiesta que se han hecho mal las cosas, el índice de aprobación de AMLO está arriba del sesenta por ciento.
Con todos estos elementos podemos concluir que se abre un periodo también diferente en los informes presidenciales. Más sobrio y menos tieso, también menos solemne y sin besamanos, con discursos incluso coloquiales, lo que no lo aleja del contenido político. Lo que creo que si debiera reconsiderarse es el regreso al Congreso de la Unión, para facilitar la confrontación franca, abierta pero respetuosa de los poderes, en tanto es desde mi punto de vista insuficiente, la glosa y/o comparecencia de los secretarios de Estado.
Lo importante es el mayor acercamiento con la gente, erradicar la concepción olímpica en la presentación de los informes, para que se conviertan en actos más mundanos, transparentes y al alcance de la gente. López Obrador ha dicho al inicio de su mensaje que el actual no es sólo nuevo gobierno sino un cambio de régimen. Esperemos que esto sea un rasgo donde eso se empiece a manifestar.