De cuentos, historietas y tebeos (Segunda parte)

De cuentos, historietas y tebeos (Segunda parte)

[bctt tweet=»Imposible no mencionar a la reina de las historias cursi: Lágrimas, risas y amor, de la prolífica Yolanda Vargas Dulché,» username=»crisolhoy»]

 

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La familia Burrón

 

En la entrega pasada mencionaba de la españolización de algunos personajes de los comic americanos reproducidos por Editorial Novaro. Todavía se conoce al personaje del Joker, enemigo de Batman, como El Guasón, y eso también es culpa de Novaro. En todo caso podría haber sido bautizado como El Arlequín, que tal es el dibujo de la carta Joker en la baraja americana, pero bueno; eso era del capítulo anterior.

Ahora hablaremos de las historietas creadas enteramente en México, y de todas ellas nadie puede arrebatarle el cetro a Kalimán, el hombre increíble, del cual se tiraban más de un millón de ejemplares cada semana, en historias continuadas que, ya casi al terminar, empezaban una nueva historia, de tal manera que al concluir la de turno, el público ya estaba enganchado en la siguiente. Esta revista era monocromática en sepia y editada por Editora K. Cabe mencionar que antes que en papel, el personaje fue conocido en la radio, en voz de Luis Manuel Pelayo. Dio también origen a dos películas de menos que mediano éxito, con el actor Jeff Cooper.

La historieta mexicana más longeva, lo fue La Familia Burrón, que escribía Don Gabriel Vargas y que se publicó de forma ininterrumpida desde 1948, hasta agosto de 2009. Era publicada por GyG. En la década de los 60’ tuvo un breve paso por la televisión, con las actuaciones de Chucho Salinas como Don Regino Burrón, Leonorilda Ochoa como Doña Borola Tacuche, y un muy joven César Bono como Reginito.

Editormex (Compañía Editora Mexicana) publicaba la revista Las aventuras de Viruta y Capulina, y luego de la separación del dueto, quedó en Las Aventuras de Capulina, a la que luego se agregó el Capulinita, un mini libro de bolsillo. Esta editora tenía una revista llamada Brujerías, de la cual se desprendieron ya en solitario: Hermelinda Linda, primero a dos tintas y luego a color, Burrerías y Las Andanzas de Aniceto, con sus respectivos mini Burrerías y mini Hermelinda Linda y luego ya en los 80’ un nuevo personaje: El Transas, inmerso en el ‘barrio bravo’ del entonces DF. Hubo otros títulos de esta editorial, pero con mucha menos trascendencia, como Zor y los Invencibles, y una fugaz Chabelo y sus cuates. De Hermelinda Linda se hicieron dos o tres películas con Evita Muñoz, Chachita, que no valen ni el material que se usó para su filmación.

 

El chavo del 8

 

Editorial Televisa no pudo evitar hacer historieta de sus programas más exitosos, y así el público infantil pudo tener en sus manos las revistas de El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, y antes, el público no tan  joven, la revista, casi apología, de Sube, Pelayo, sube.

Tal como sucede ahora, los universos de DC comics y Marvel estaban muy distanciados, y como Editorial Novaro tenía los derechos de todos los personajes de DC, La Prensa, una editorial multifacética que los mismo tenía un diario de circulación nacional, que libros de interés general, (por libros de bolsillo de esa editorial, conocí a Julio Verne, y leí la crónica de la Batalla de Midway) y, desde luego, historietas. La Prensa editaba las revistas de los héroes de Marvel: El sorprendente Hombre Araña, Los 4 Fantásticos, y Capitán Marvel, que luego pasó al universo de DC bajo el nombre de Zhazam. Además gracias a La Prensa se conocieron en México episodios medio reales, medio ficticios de la II Guerra Mundial, con el personaje de El Sargento Furia. Hubo otros títulos más genéricos como novelas de misterios, historias de “la vida real” (más falsas que un billete de $7.50) etc. También había revistas para adultos que hoy día matarían de risa a cualquier adolescente por el candor de las historias.

 

Lágrimas y risas

 

Imposible no mencionar a la reina de las historias cursi: Lágrimas, risas y amor, de la prolífica Yolanda Vargas Dulché, autora de muchas de las historias llevadas a la televisión como: Yesenia, El pecado de Oyuki, Rubí, María Isabel, entre otras. Es además la creadora del personaje del que ya hablábamos en la primera parte: Memín Pinguín, que ¡hágame el favor! Hoy es mal visto por ser “políticamente incorrecto” (¿Recuerda que hasta un panecillo tuvo que cambiar el nombre de “Negrito” por “Nito”?)

La pionera de las historietas mexicanas fue: Los Supersabios, creados por Germán Butze, y que nacieron como tira dominical en Novedades, en 1936. Luego de adquirir personalidad de historieta, se publicó periódicamente, y el último número se publicó el 16 de febrero de 1968. La historieta narra las aventuras de tres jóvenes amigos: Paco, Pepe y Panza. Los dos primeros son científicos que, aunque aficionados, crean los más insólitos inventos y se enfrentan al temible científico loco Solomillo y a Don Seve, el abusivo abuelo de Panza. Debo reconocer que nunca tuve en mis manos algún ejemplar de esta revista.

Y ya que hablamos de Novedades, que formaba parte del consorcio Publicaciones Herrerías, imposible no mencionar a la joya de esta editorial: Chanoc, aventuras de mar y selva. La historia de Chanoc se ubica en el imaginario puerto de Ixtac, frente al mar Caribe, donde se suceden las absurdas pero emocionantes aventuras de Chanoc, su padrino Tsekub Baloyán y sus amigos Puk y Suk, Patalarga, Nimbus, etc., que pasan la vida pescando en El Maley, y bebiendo cañabar. Era frecuente la visita de famosos como Carlos Monsivais, y todos los famosos de la televisión mexicana de entonces. Tuvo un reintento de edición, pero sin éxito.

Capítulo aparte merecerían las dos revistas creadas por Eduardo del Río, Rius: Los Supermachos, revista de la que fue despojado, y la posterior Los Agachados. Siempre tratando temas de interés general, principalmente la denuncia política, aunque también trató de temas de Salud, Educación, etc., siempre con algo de acidez y con mucho humor. Si dos características tuvo Rius, fueron: ser ateo a ultranza e izquierdista, también a ultranza. Retrata la hegemonía partidista del PRI de entonces en su personaje Don Perpetuo del Rosal; Da vida al sufrido pueblo en su personaje de Calzonzin, que obviamente hace referencia a un pueblo “sin calzón”, para luego pasar la estafeta al personaje de Los Agachados, Chon Prieto. Aquí la alegoría del pueblo ya trae calzón, pero muy renegrido.

Las fotonovelas tuvieron un papel muy importante en la época que nos ocupa, pero ese es un tema que no trataré.

También importante fue la historieta de Condorito, pero aunque se editaba en México, eran sólo reproducciones del original chileno, del autor Pepo.

Por último, pero no menos importante, cada uno defenderá las historietas de su añoranza, están las historietas de luchadores, las más conocidas: Santo, el enmascarado de plata (que por cierto, esta leyenda fue creada por José G. Cruz para la historieta, y que luego Rodolfo Guzmán se la llevó a las arenas de lucha) y Blue Demon.

El libro vaquero será tema de otro artículo.

Sé que dejo en el tintero muchas más revistas que quizá fueron importantes para alguno, pero son tantas que elegí sólo las que considero más importantes para este recuento.

Si  usted, amable lector, nació después de 1985 y llegó hasta este punto, habrá encontrado en este artículo información, sin duda, intrascendente. ¡Ah! pero si usted, como yo, nació antes de, digamos, 1975, sin duda esta lectura le habrá traído recuerdos entrañables, y, cómo no, se vale llorar.

 

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https://dialogosenpluralidad.com/2019/06/15/de-cuentos-historietas-y-tebeos/

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

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