¿De verdad estamos mejor con López Obrador?

La gente quiere creer cuando se trata de un gobernante. Eso me dijo un día un buen amigo, conocedor del entramado político y del quehacer gubernamental.

La frase me viene a la mente cuando escucho a las personas hablando de lo “bien” que López Obrador está haciendo las cosas. “Son cambios profundos que llevan tiempo”, dicen algunos. Y mientras tanto yo increpo: ¿será que nos tocará verlos al final del sexenio o llevarán mucho más tiempo?

Lo cierto es que hoy por hoy muchas áreas de la vida pública nacional no están precisamente en su mejor momento. La economía, de la cual quiero hablar hoy, es una de ellas. Aunque la promesa de crecer al seis o cuatro por ciento anual ya quedó atrás, sepultada bajo el descalabro económico del primer y segundo año de gobierno, las finanzas de millones de mexicanos no han mejorado durante esta administración.

Si nos vamos a los números fríos podemos hacer afirmaciones concretas que dibujan el fracaso económico al que me refiero. La pobreza, por ejemplo, ha aumentado durante este sexenio, de acuerdo con las mediciones del CONEVAL y de la CEPAL. Cuando López Obrador asumió la Presidencia de la República, había aproximadamente 52 millones de mexicanos en situación de pobreza. Hoy, de acuerdo con estos organismos, se estiman 58.1 millones de pobres en el país.

Ahora bien, si hablamos de crecimiento económico, las cifras también son desalentadoras. Cálculos del Banco Mundial (BM) señalan que la economía nacional crecerá apenas 1.5% en promedio, durante este sexenio. Se trata del crecimiento económico más bajo en los últimos 30 años, únicamente comparado con el periodo de Miguel De la Madrid. Aquí uno podría preguntarse, ¿de qué manera se refleja este bajo crecimiento en el bolsillo de la gente?, sencillo: a menor crecimiento económico, menores oportunidades de empleo, menos capital circulando y menos ingresos para todos.

Si bien no todo ha sido culpa de la administración de López Obrador, pues hay que considerar el impacto brutal de la pandemia de Covid19 y actualmente situaciones geopolíticas como el conflicto en Ucrania, lo cierto es que las malas decisiones en el terreno financiero han abonado a la penosa situación que atraviesa la economía mexicana.

En términos inflacionarios, por ejemplo, los precios de productos y servicios se han disparado hasta en un veinte por ciento, sin que el gobierno de la 4T pueda (o quiera) contener la escalada. Se trata de la inflación más alta en los últimos 20 años. Esta situación, por cierto, ha terminado por comerse el incremento al salario mínimo que ha impulsado esta administración.

Con el aumento de las tasas de interés y el aumento de los precios de los bienes vale la pena preguntarnos: ¿cuántos mexicanos pueden cubrir sus necesidades básicas sin complicaciones?, ¿cuántos realmente tienen la capacidad de adquirir un automóvil nuevo o una casa en estos tiempos?, ¿cuántos sienten que su situación económica familiar ha mejorado en los últimos 4 años?

La precariedad laboral adereza esta situación, pues actualmente el sesenta por ciento de los mexicanos se encuentra en la informalidad. Lo que sí ha aumentado en este sexenio, es el número de familias y de personas que reciben apoyo a través de los programas sociales del gobierno federal. El propio López Obrador afirma que cuando menos el 70% de la población mexicana recibe algún apoyo por parte de este gobierno y esto nos hace reflexionar sobre una tesis: ¿más mexicanos recibiendo apoyos del gobierno significa una mejor situación económica en general?

Cerraremos este 2022 con muchos pendientes y muchos retos, pero sin duda alguna el tema financiero es uno de los más importantes y con mayores focos rojos. Veremos que viene para el próximo año. Por lo pronto cada quién tendrá herramientas para responder, con honestidad, la pregunta inicial de esta colaboración.