El Debate, compartir con los otros y el 24

El Debate, compartir con los otros y el 24

Marcelo Ebrard aportó un elemento por demás enriquecedor para que el proceso de selección de quien participará en la contienda del 2024 sea una manifestación del nuevo rostro democrático en el país.

La propuesta es una señal que se recorre más allá de la conceptualización que se ha construido en Morena sobre el proceso de elección interna de sus candidatos a los cargos de elección de representación popular.

La encuesta como un recurso requiere que le anteceda un proceso de posicionamiento de los candidatos que permita a todos los sectores de dentro y fuera del partido identificar el perfil, el ideario político y el proyecto con base en el cual se pretende, lo que Marcelo Ebrard ha retomado del propio Andrés Manuel, que es la visualización de la continuidad con cambio.

El recorrido por el país para confluir con algunos sectores del partido y la sociedad civil es insuficiente cuando quienes desean contender forman parte del partido gobernante que cuenta con una militancia ávida de que se amplíen las relaciones democráticas al interior de la institución y se consoliden nuevos mecanismos de participación partidaria.

Es a todas luces que la participación actual de la militancia en los procesos internos de selección es deficitaria, tiene una fuerte dosis de exógena porque las fracciones que participan en el grupo gobernante despliegan recursos de toda índole para incidir en la instrumentación de la designación, mientras que la militancia es relegada al papel desorganizado, desarticulado y con un contenido orientado a legitimar lo que “otros “ tienen capacidad y aparato para desempeñar, como si la dirección de la organización no pudiera dotar de canales institucionales a los protagonistas del cambio verdadero para que puedan ir más allá de esos campos de acción actual.

Para decirlo como lo apunta John Ackerman, fundador de la Convención Nacional Morenista, “el proyecto de la Cuarta Transformación es más importante que las ambiciones políticas de una persona. “

Por eso respaldamos el planteamiento de que “No podemos comportarnos como seguidores de uno u otro nombre o apellido, sino como promotores de la continuidad y de la radicalización del proyecto de la Cuarta Transformación durante el próximo sexenio», compartió Ackerman a través de su cuenta de Twitter

Por supuesto, hay que combatir la autodenigración o el trato de inferioridad al solamente asignarle a la militancia la función de seguidor, despreciar la importancia del proyecto y la necesidad de que quienes quieran participar para coordinar en el 24 los comités de defensa de la cuarta transformación mantengan una relación institucional con el partido, con el proceso, con la convocatoria y que la militancia, antes que nada, cuente con el cuerpo del proyecto que puede hacer factible la continuidad y cambio.

Lo anterior, por supuesto, es limitado y se requiere la construcción de un andamiaje democrático en el que participantes, partido y militancia realicen un conjunto de actividades que aseguren que la organización y el trabajo realizado con la sociedad los vacunará contra la feroz campaña que la llamada oposición desatará a través de su postura mediática, fundamentada en la postverdad, entiéndase: en el cinismo.

Algo que se le olvida a MORENA es que no estaba preparada para desempeñarse como partido en el gobierno, como tampoco lo está para funcionar como partido gobernante. De ahí que, parte del problema que resulta es que no se ha impulsado una plataforma cultural que permita entablar una relación democrática entre ambos entes, que contribuya a superar lo que Samuel Ramos llama sentimiento de inferioridad.

Es hora de abonar y convertir en una fiesta democrática el proceso de elección interna de la mal llamada corcholata. Por eso, sea bienvenida la propuesta de Marcelo Ebrard, que debe incluir otras iniciativas más, pero que en el caso de los debates deben programarse temática y regionalmente, con un gran despliegue de actores, que permitan acumular fuerzas y presentar propuestas que compartan los “otros”.

Marco Vinicio Saldaña

Marco Vinicio Saldaña

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