El Laberinto de la Necedad Parte I

“Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública.” Thomas Jefferson

A lo largo de muchos años, la humanidad ha sido testigo de los vestigios del poder y de quienes lo ejercen: Su ascenso, su inestabilidad y por tanto la decadencia de los mismos. Es por ello que he decidido, ahondar en el acontecer histórico sobre las fallas comunes en quienes no logran concebir el arte de gobernar. Si dentro de las mencionadas, encuentran similitud con los errores del Gobierno Federal, será mera coincidencia amables lectores.

El sentimiento de ausencia en muchos de los casos, genera desesperación, ira y desequilibrio, siendo este apenas el comienzo de cometer errores. La vida pública y el tan llamado escrutinio público, es quizás, la principal adherencia al estilo de vida de quienes incursionan en la política. En principio, para algunos crea molestia, pérdida de la ecuanimidad, etc. Pero con el paso del tiempo, el querer estar en boca de todos se fusiona con las más grandes ambiciones de los mismos, por esa razón al sentirse ausentes, comienzan a perder formalidad y denigrar la imagen que un inicio les llevó al triunfo.
Para un Gobierno exitoso, no se debe de replicar teoría o doctrina establecida, simplemente se debe de adaptar. Muchos de los problemas al inicio de las administraciones, es que se piensa que en administración pública existen recetas, todo lo contrario, cada pueblo y cada gobierno es distinto, una cohesión entre ambos es lo que debe de garantizar una prevalencia.
La conformación del equipo político debe estar conformado por aptitudes multidisciplinarias, no por afinidad con su líder (aquí no es necesario explicar a qué me refiero amable lector).
En un equipo político, los intelectuales y sabios abundan, pero los hombres de acción escasean.

A simple vista, se ven sencillos estos 4 factores, pero son las principales miserias gubernamentales que quienes las cometen: Terminan en el olvido, en el odio y en algunos casos tras las rejas.

Como inspiración de “El arte de la Guerra” y “Meditaciones”. Sun Tzu y Marco Aurelio formarán parte de esta propuesta de compendio. Me despido de este dialogo plural, dejando una máxima de un servidor, que será el inicio de nuestro intercambio de ideas de la siguiente semana: