Entrevista con Omar Cervantes Fraire: La Fazenda de la Esperanza y la lucha contra la drogadicción (II parte)

Entrevista con Omar Cervantes Fraire: La Fazenda de la Esperanza y la lucha contra la drogadicción (II parte)

Cuando fui a la Fazenda de la Esperanza, en el municipio de Rincón de Romos, me dio la impresión de estar en un oasis, no sólo por ser un lugar verde, limpio y ordenado, sino también por ser un oasis de esperanza. Allí, el Padre Neftalí me presentó a Omar Cervantes Fraire, quien generosamente me compartió su historia de vida y, con ella, nos dio testimonio sobre cómo ha dejado de estar atrapado por las drogas y cómo le ha ayudado la Fazenda de la Esperanza. En esta segunda parte veremos la continuación de la entrevista con Omar, en la que nos relata a detalle el estilo de vida que llevan en la Fazenda, basado en tres pilares: trabajo, convivencia, espiritualidad.

Hombre sentado en una silla Descripción generada automáticamente con confianza media

Omar, testimonio de lucha y esperanza

¿En qué se basa el éxito de la Fazenda en la lucha contra las adicciones? Para entender esto me di a la tarea de leer un libro sobre la historia, el carisma y la espiritualidad de la Fazenda de la Esperanza. Allí encontré que, en este lugar, el secreto para salir de la adicción está en vivir el Evangelio, y no tanto en los apoyos de la psicología y de otro tipo. En palabras de sus fundadores el punto central de la recuperación es “el encuentro del joven con Cristo… el encuentro con Dios amor, elección de Dios, hacer la Voluntad de Dios, vivir la Palabra, tener a Jesús en medio, vivir en unidad, abrazar a Jesús abandonado” (1). Continuemos entonces con un testimonio de este encuentro, de esta recuperación. Dice Omar lo siguiente:

Lo primero: orden y limpieza.

Durante los primeros tres meses en la Fazenda, estamos en el trabajo de la armonía, que es hacer la limpieza de todas las casas, la oficina, la capilla, o sea, es un aspecto tanto físico como espiritual. Físicamente, como personas necesitamos de una higiene, de estar siempre limpios y presentables, para que cuando llegue gente, perciba esa armonía, que encuentre todo en orden, que no haya zapatos tirados ni ropa sucia. Eso que yo aprendo aquí, limpieza y orden, me va a servir para mi vida, lo llevaré a mi casa, a mi trabajo. Y esto influye en nuestra parte psicológica y espiritual. Nuestra vida es como un cuarto: si llegas y está la cama destendida, hay ropa sobre las sillas y está todo tirado, pues quiere decir que así está mi persona, toda revuelta. Entonces, debes poner orden a tu aspecto físico y así estás ordenando tu vida, todos esos pensamientos, esas ideas. Si te levantas en un cuarto limpio, así se levanta tu mente en orden, sabes dónde están tus pensamientos y la clase de pensamientos que tienes, y sabes que aún hay cosas que debes hacer, como tirar la basura todos los días. Así nos llenamos de basura diariamente y hay que limpiarnos totalmente.

El trabajo

Luego existen más trabajos, como lo que es el campo. Ahorita estamos dando mantenimiento a las milpas de maíz y de frijol. Tenemos los huertos, donde se cultivan nopales, frutales, rábanos. Así vas avanzando en el proceso, se te van asignando los trabajos, algunos requieren de más responsabilidad, pero todos son importantes. Uno de los principales objetivos de los trabajos es la obediencia porque, cuando tú estás en las drogas, tú llegas a estar en un estado de ocio total, donde queremos recibirlo todo y no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. Lo primero que debemos tener es obediencia, porque cuando tú aprendes a ser obediente aquí, el día de mañana vamos a obedecer, tanto a la ley y a la autoridad, como a tu trabajo.

Una sala de estar

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“Vivir la Palabra, tener a Jesús en medio”.

Aquí también hay trabajo en la construcción, que es uno de los más pesados. Estamos haciendo una banqueta, que va a estar delimitando todo lo que es La Fazenda. Lo padre de aquí es que es una comunidad pequeña y no vas a decir “háblale al maistro para que venga” o “háblale al agricultor que venga a cultivar”, no, aquí tú llegas sin saber nada y vas aprendiendo oficios. Por ejemplo, ahorita mis compañeros están haciendo lo que va a ser la guarnición para la entrada de los carros. Yo sé un poquito dibujar, hay gente que llega sabiendo de la construcción, entonces son los pilares de Luz que Dios usa para los demás. Hay gente que ya llega sabiendo del campo y los que estamos sin saber, pues decimos: “¿qué pasa cuando le empieza a crecer hierba al maíz?” Uno, sin saber, pues se le va a echar a perder la cosecha. Sin embargo, pues siempre Dios ha puesto a una persona que sabe en el momento correcto, y es quien nos dice: “hay que echarle fertilizante, hay que regar, hay que mover la tierra”. Y se comienza a hacer divertida tu estancia aquí, porque te sientes útil; de venir de un mundo en el que te sientes inútil, de que la gente te dice: “no sirves para nada”, llegas a un punto en el que eres indispensable para las actividades del día de hoy.

Otro de los roles que me gusta es hacer la comida. Se van turnando por semana, por cuartos, hacer de almorzar. Ahora, por ejemplo, a mi casa nos está tocando despertar a las 5 de la mañana para preparar el desayuno para mis compañeros. Es bueno someterse a ese hábito de despertar temprano, porque antes, cuando uno andaba en la activa, no dormía en 2, 3, 4 días, pero luego durabas dormido otros días sin hacer nada, no tenías una secuencia de decir: “voy a hacer esto, o voy a hacer esto otro”. Ahora hay planes y dices: “mañana nos toca levantarnos temprano para hacer esto” y se reparte el trabajo, tú picas cebolla, tu bate el huevo… o sea, empiezas a convivir. Y ahí comienza otro de los pilares que es la convivencia.

Convivencia

Se desarrolla más en los momentos después del trabajo. Aquí las actividades comienzan a las 8 y media de la mañana, pero antes, a las 7, nos toca ir a misa o rezar el rosario, después ya comenzamos a almorzar. Cada uno tiene la responsabilidad de limpiar su plato. No es como en casa de mamá, que llegas y avientas todos los trastes para que los lave la señora ¿verdad? No. Aquí tú llegas y comienzas a adquirir buenos hábitos. De ahí, todos corren al cuarto de herramienta donde está toda la ropa de trabajo, que son botas, ropa vieja que se puede manchar de tierra, que se puede manchar de mezcla para no meter nuestra ropa limpia. Terminamos a las 11, se hace una breve pausa para una merienda, que es un pequeño momento de 15 minutos, donde convives con los compañeros, vienes y comes una fruta, un pan; después, se regresa a las labores. Con todo esto se nos va dando una formación, o esa reprogramación de nuestro reloj biológico, de decir “hay un tiempo para trabajar, hay un tiempo para ir a comer, hay un tiempo para descansar”, y ya no tenemos un tiempo revuelto ¿verdad? A las 2 de la tarde es la comida, después tenemos tiempo libre hasta las 3, ya sea para lavar la ropa o para dormir un rato. Y volvemos otra vez a nuestros trabajos de 3 a 5. De las 5 de la tarde en delante, nosotros lo usamos para la convivencia deportiva, jugamos volibol, futbol o beisbol, o hacemos ejercicio. A las 7, nos incorporamos a un momento espiritual, que es el rosario, la Palabra o meditación de la misma. Después preparamos lo que es la cena, a las 7.30 u 8, ya estamos cenando.

Grupo de personas caminando en la tierra

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El trabajo te disciplina y te dignifica

Vida cotidiana y espiritualidad

Hay diferentes actividades dependiendo del día, por ejemplo, los lunes, después de la cena es la comunión de experiencias. Nos sentamos en círculo todos los compañeros y compartimos nuestra experiencia en los tres pilares de este centro: trabajo, espiritualidad y convivencia. Son participaciones breves, de 5 a 10 minutos, en donde tú compartes cómo te has sentido en el trabajo, qué cosas nuevas has aprendido, cómo te la has llevado con tus compañeros, cómo te ha ido en la convivencia y en tu espiritualidad, lo que hayas vivido en tus momentos espirituales, en la misa, en el Santísimo, en el rosario, y eso es todos los lunes. Los miércoles en la noche, después de la cena, se llama lo que es el momento de película formativa. Se escoge una película, por parte de los coordinadores o del encargado, que comúnmente tiene un mensaje cristiano, un mensaje que nos deje un aprendizaje, por eso se le llama película formativa, la cual, si la acabamos de ver ese mismo día, compartimos: ¿qué aprendiste de la película? ¿Qué experiencia te dejó? Y es uno de los días en los que ves lágrimas en los compañeros, porque comienzas a darte cuenta de que te conviertes en una persona sensible, ya no tienes el corazón de piedra que la droga te puso, de que ya no te importaba si tu familia lloraba por ti, si tu mamá se preocupaba por ti, entonces llegas aquí y comienzas a ver eso en una película, y la dificultad de cuando se trasciende un problema, y comienzas a decir: “a ver, yo podría hacer eso en mi vida”. Comienzas a sensibilizarte, y comienza ese lagrimeo, y la moquera de aquí para allá, y aprendes de la película.

Un grupo de personas junto a un árbol

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Cultivar y crecer como persona

El jueve es día de Adoración. Al momento en que terminamos la misa, a las 7 de la mañana, está expuesto el Santísimo y nos asignan una hora en pareja, en la cual pasamos a la custodia del Santísimo, es una hora que le regalamos al Señor, ya sea para estar con Él, escuchar su Palabra, o meditar sobre algo. Por la tarde, nos acompañan los Grupos de Esperanza Viva, que son las familias de nosotros, que son externos a este lugar, pero que siguen siendo parte de la misma familia…

Sábados y domingos.

El domingo es descanso, pero lo que es el sábado es la armonía general. Los sábados, todas las cuadrillas de las diferentes actividades nos dedicamos a la armonía más profunda, ya no nomás es barrer, trapear y limpiar muebles, es, por ejemplo, recoger la basura alrededor de toda la Fazenda, sacar todos los utensilios de cocina, la estufa, tallar, quitar grasa. Después de esto tenemos un descanso para bañarnos y después ver películas. Se ve la lista y cada uno va escogiendo su película. Obviamente, tratamos de cuidar de no poner películas muy violentas y de contenido de droga, para que no nos empiece a mover.

También tenemos un bienhechor demasiado grande en la Isla del Cristo roto. El encargado de esta Fazenda es el padre Neftalí, que oficia misas en San José de Gracia. Algunos compañeros que ya tienen más tiempo aquí son los servidores que acompañan al padre. Se dan de tres a cuatro misas, tanto en la capilla como en el santuario. Me faltó mencionar que aquí fabricamos rosarios artesanales. Llegas aquí y te enseñan la manera de hacer un nudo, como formar un rosario, escoger el color; pero, luego, tú comienzas a hacerlo con libertad, tú escoges el color, el tamaño. Todos lo rosarios que fabricamos van y se venden el domingo allá en el santuario del Cristo roto. Los que nos quedamos aquí, nos levantamos ya más tarde, a comparación de los demás días. Ese día tú tienes completamente el día libre, tú sabes si te duermes o si te pones a lavar ropa, si vas a hacer ejercicio o si ves películas. Cuando llega el padre de la isla también hacemos nuestra misa de domingo a las 7 de la tarde. Después cenamos y, si hay tiempo de ver películas, las vemos, pero después de las 10 de la noche ya no podemos tener actividades.

Hacienda de la Esperanza - Fazenda de la Esperanza Aguascalientes

La familia es fundamental

Las visitas

Las visitas son cada mes, pero cuando recién ingresar se te dice que tu primera visita se te libera hasta los dos meses. Así fue conmigo. Cuando llegué aquí, le dije a mi madre, porque fue la que me acompañó a internarme: “si no les es posible o si no vienen a verme, no pasa nada”. Porque yo me di cuenta que venir a Aguascalientes es caro, es un gasto grande para venir a verme cada mes. Por eso le dije: “si no quieren venir, no me pasa nada, yo voy a estar bien, estoy en buenas manos”. Llegas aquí y aprendes a dejarle todo a Dios, completamente a Dios, porque a lo mejor yo puedo decir, “que no me vengan a ver”, pero en el plan de Dios está que me vengan a ver.

El domingo pasado fue mi primera visita. Verdaderamente no me lo esperaba. Yo ya estaba el sábado preparándome para el domingo acompañar al padre a la isla del Cristo Roto, cuando me dicen: “te vamos a pedir que te quedes para que nos ayudes en las visitas”. Ya más noche, el coordinador se acerca y me dice: “vas a tener visita”, y son momentos en los que comienzas a hacerte sensible, de que lo primero que va y hace uno es agradecerle a Dios. Me llené de alegría. Pregunté que quién iba a venir. En esta ocasión no pudieron venir ni mi mamá ni mi papá, pero pudo venir mi pareja y mi hijo. Entonces, aquí tengo otro testimonio para compartir, que es el hecho de que yo, al consumir drogas y todo eso, lastimé demasiado a mi esposa y demasiado a mi hijo, tanto física como verbalmente. Cuando comenzaba a consumir drogas, me desaparecía por semanas y meses de la casa, no era una persona responsable que aportara monetariamente, eso a una mujer la cansa, nadie quiere a una persona que no se haga responsable de sus cosas. Mi esposa tiene la carrera de psicología, es una persona muy madura. Cuando yo venía para acá hablé con ella y me dijo: “¿sabes qué? el día que tú te fuiste de la casa lo nuestro se acabó, yo te di la oportunidad de que regresaras y la desaprovechaste, pues para mí ya no somos nada”. Realmente me quedé solo. Cuando sé que van a venir a verme, estoy emocionado, pero a la vez tengo ese miedo de que va a venir a reclamarme. Pero, literalmente me dijo: “yo nomás venía para que vieras a tu hijo, porque él te extraña mucho, pero en el camino para acá me dije, ‘pues date la oportunidad de ver si realmente ya no sientes nada por él’». Entonces venía así, como a ver si definitivamente ya no quería saber nada de mí o todavía estaba conmigo, y dijo que en cuanto me vio, fue como volverse a enamorar, porque vio a otra persona, tanto física como espiritualmente, con otra manera de pensar. Ahora me doy cuenta de que no es tan feo llegar y no tener tu visita hasta los dos meses, sino que, al contrario, te da tiempo para que te enfoques y realmente estés en tu proceso de recuperación.

Mi esposa me preguntó que por qué me había venido hasta acá y le respondí: “antes yo busqué la ayuda en un grupo de AA con un padrino, a quien le dije: ‘tengo la opción de irme a un anexo a donde ya estuve antes, o a este centro en Aguascalientes’”. Él me dijo: “donde estuviste antes ya te conocen, vas a llegar y no vas a mejorar nada, el que está en Aguascalientes, a lo que veo, no te gusta y no quieres, pero es el que necesitas. Vas a estar lejos de tu familia, no vas a saber si te van a ir a visitar o no, vas a estar cerca de personas que no conoces, pero realmente es lo que necesitas”. Y así como mi esposa me dijo: “yo iba a ver si aún sentía algo por ti”. Todo esto es para ponerse a pensar si estoy dispuesto a cambiar mi vida por los demás y por mí mismo. Muchos dicen que se mueven mucho con la visita, de que “ay, me quiero ir con mi familia”, pero para mí no fue así, para mí fue que los vi y me dieron más ganas de quedarme y decir: “estos nueve meses que me faltan los voy a vivir al máximo, porque hoy sí tengo un motivo más por el cual salir adelante”.

Mensaje a los jóvenes en peligro de caer en las drogas

Primero que nada, quiero mandarles un abrazo a los jóvenes, porque cuando uno se encuentra en ese mundo, aunque no lo demuestren, lo que más necesitas es una muestra de amor y de cariño. Entonces, lo primero que tienen que hacer para encontrar una motivación en su vida es sentirse amados, por ellos mismos, por Dios, por sus familias. Después tienen que encontrar una identidad, porque la droga te da una identidad como delincuente, como criminal, como persona que no encajas en la sociedad, entonces tienes que encontrar la verdadera identidad dentro de ti, saber realmente quién eres, qué es lo que quieres hacer y hasta dónde quieres llegar. Hay que preguntarse: ¿quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿a dónde quiero llegar? No es necesario que uno, como persona que está en recuperación, le eche tanto choro a los de afuera, porque lo menos que quieren escuchar es: “échale ganas”. Mi esposa lo sabe, es una de las frases que más me caen gordas, porque yo decía: “¿dónde las echo?” La gente decía: “échale ganas”. Es mejor decir ponle todo tu empeño y toda tu dedicación para que puedas salir de ese mundo en el que estás, con lo que yo llamo “las 5 D”, que son: Disposición, Decisión, Disciplina, Determinación y Dominio de sí mismo. Lo primero es que quieras salir de ese mundo en el que estás. Después, decide hacerlo, comienza con la acción. Después disciplínate, deja de frecuentar amigos, deja de frecuentar los lugares donde consumes drogas. Luego, hay que ser determinante en lo que haces, y decir: “ya no voy a consumir”, no dos meses, no, sólo por hoy no lo voy a hacer, y el día de mañana igual, siempre muy determinante en lo que te propongas. Y, por último, hay que tener el dominio propio de que ya solamente tú vas a poder decidir sobre tus acciones. Alguien va a ofrecerte una cerveza, una dosis de droga, pero tu dominio propio te va a obligar a decir, “yo no lo quiero”. Esto me lo enseñó un consejero espiritual que tuve allá en Durango, se llama Carlos Ibarra. Esto lo viví hace más de cuatro o cinco años, y es algo que me sigue ayudando, como una herramienta fuerte, que se puede aplicar en este proceso y fuera de él. Lo he compartido con mis compañeros de aquí. Como la mayoría hemos estado en otros procesos, en anexos donde hay golpes, donde hay maltrato, nada que ver con lo de aquí. De hecho, aquí es una esperanza, una Fazenda de esperanza, una casa de vida.

Hacer rosarios con libertad

*Se agradece el apoyo de Yolanda Padilla Rangel y María Guadalupe Contreras Cervantes.

(1) Dos Santos, César Alberto. ¡Ya sucedió… y se propagó! La historia, el carisma y la espiritualidad de La Fazenda de la Esperanza. Fazenda da Esperanza, Guaratinguetá, Brazil, 2010. p. 96.

Omar, testimonio de lucha y esperanza

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Un comentario en «Entrevista con Omar Cervantes Fraire: La Fazenda de la Esperanza y la lucha contra la drogadicción (II parte)»

  1. ¡Excelente trabajo de investigación! Esta es la manera de que el mundo conozcamos experiencias exitosas y ejemplos de vida que hacen mantener la esperanza de que sí es posible la edificación de un mundo mejor.
    Felicidades al Dr. Camacho, a Omar y a Diálogos en Pluralidad.

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