“GRITA” (“SCREAM”)

“GRITA” (“SCREAM”)

Parecía difícil, pero por fin arriba una cinta slasher ceñida a la sensibilidad millenial a la vez que le da algo con qué entretenerse a los fanáticos del cine de cuchilladas convencional en la forma de “Grita”, la quinta parte de la saga “Scream” que lejos de revolcarse en la marinada autorreferencial con sazón de posmodernidad facilona conjuga una trama que no reniega de sus raíces a la Agatha Christie (tal cual lo hicieron todas las cintas anteriores) sobre el homicida oculto a plena vista entre el reparto coral de sospechosos mientras conforma el corolario sobre el suspenso producto de un homicida con máscara de fantasma (“Ghostface”) que ataca bajo una circunstancia personal a los protagonistas. Igualmente difícil resultaba el concebir una cinta en esta serie no llevada a puerto por su desaparecido capitán Wes Craven, quien falleciera en el 2015 y a quien le deberemos gran parte de ese resurgimiento del cine de horror con todo y su set de reglas a seguir durante los 80’s y 90’s, pero la dupla de directores conformada por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillette (“Boda Sangrienta”) lograron no solo sublimar la esencia del cine de Craven sino además aportar su propia visión sobre lo que es un slasher mediante una historia conjurada por el guionista original Kevin Williamson que, sin ser una maravilla, sí mantiene atento al espectador sobre todo por el buen ojo técnico del dueto cineasta.

Neve Campbell & Courteney Cox
Neve Campbell & Courteney Cox

En esta ocasión el protagonismo recaerá en las hermanas Carpenter, Sam (Melissa Barrera) y Tara (Jenna Ortega) una vez que Ghostface resurge para atormentarlas por teléfono y en persona, sobre todo por un secreto que Sam guarda y la atormenta: es la hija ilegítima de Billy Loomis (Skeet Ulrich), uno de los asesinos principales de la primera película. Los personajes restantes de las cintas originales, Sidney Prescott (Neve Campbell), Gale Weathers (Courtney Cox) y el oficial Dewey (David Arquette) se verán involucrados cuando Sam junto con su novio Richie (Jack Quaid) acuden a Dewey por ayuda, consolidando un reparto que cohesiona lo viejo y lo nuevo.

La idea aquí, al igual que sus predecesoras, es la de invocar una reflexión sobre l estado del cine de horror contemporáneo, ahora enclavado en una línea intelectual que se aleja de la visceralidad de antaño así como la desvinculación de la nueva generación hacia el terror realista por su apego a las fantasías narcisistas de las redes sociales y el YouTube, por lo que según se nos explica (en las cintas de “Scream”, siempre habrá algún personaje que conduce al espectador por la línea de pensamiento del guionista especificando las reglas de turno) esto es una “Recuela”, una mezcla de secuela y reinicio (reboot) donde todo se vale con tal de mantener fresca la serie. Este estado metalingüístico de la trama y los constantes señalamientos sobre la condición ficticia en la que viven estos personajes desarrollará, por fortuna, una fresca perspectiva a una fórmula desgastada que pide a gritos su jubilación, pero que gracias al éxito de esta secuela, seguro seguirán encontrando la faceta correcta para mantenerlas con vida.

Por lo pronto, éste nuevo eslabón a la cadena de asesinatos sí entretiene ya sea por la sólida dirección, las muertes sangrientas o el evidente entusiasmo con que todos adoptan sus papeles, sobre todo los veteranos quienes de seguro no querrán que el cheque asegurado que significa esta serie se termine.

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

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