Hacia un nuevo sistema
Hace algunas semanas en una conferencia personal, opté por analizar las distintas problemáticas que aquejan y fragmentan la opinión pública en el país. La elección presidencial se aproxima y el rumbo del país pronto será encabezado por un nuevo representante, sin embargo mucho antes de definir el nombre es prioritario consolidar un proyecto que independientemente de quien resulte electo el 1 de julio; sea empleado y llevado a la práctica.
Estoy consciente de que no le hacen falta ni críticas ni críticos al sistema político, sin embargo, quién sería yo si no aceptase que en su mayoría, las mismas provienen de sectores totalmente ligados a la opinión. El sistema que tanto necesita el país, que tanto le urge y que tanto le exige la realidad en el entorno global: exige una implicación social.
Desde mi punto de vista existen diversos problemas que debilitan el crecimiento del país, pero es la educación donde está el mayor de ellos. En México tal parece que hablar de “empleabilidad”, es hablar de empleadores ¿qué quiero decir con esto?
El liderazgo es vital para el desarrollo, pero el sistema educativo lo promueve poco, siempre formando empleados antes que emprendedores. Quienes han discutido sobre éste tema únicamente opinan sobre el producto final, no se analiza la base de los mismos.
<<Un edificio no se construye iniciando por el último piso>>
Según Ken Robinson:“Hemos basado el sistema educativo en el modelo de las cadenas de comida rápida: procesos estandarizados, búsqueda de la homogeneidad en conocimientos y actitudes”
Es difícil lograr cambios en el sistema si las escuelas son lugares donde se percibe una dinámica de trabajo similar a la utilizada al menos en los últimos 20 años, si en verdad se quiere realizar una inversión orientada a la tan mencionada calidad, no solamente se deben orientar los esfuerzos hacia el equipamiento tecnológico de las aulas y mejorar los espacios geográficos donde se encuentran las escuelas, se debe considerar en esa misma dimensión la parte humana, de formación inicial y continua de los docentes encargados de llevar en sus hombros esta magna responsabilidad que es la de formar personas de bien, con la capacidad de generar ambientes de aprendizaje adecuados y acordes a una sociedad dinámica que requiere de espacios focalizados al desarrollo de la creatividad.
De habilidades académicas a económicas
El emprendedor es aquel que tiene en mente resolver problemas, gastar su tiempo en hacer lo conveniente para crear, innovar y que esto le permita ser competente ante la sociedad. Emprender no únicamente es hacer empresas, la educación financiera va más allá. En el diseño de educación emprendedora se encuentran 3 piezas clave: detección de talento a temprana edad, enfoque y desarrollo.
La clave está en hallar un diseño que ponga en práctica el deseo de nación que estoy seguro, después de todo, el país tanto reclama. La política debe buscar en este diseño nuevos liderazgos, donde el sentido común tenga como eje principal la construcción de una nueva mentalidad que beneficie de manera sistemática el progreso social.
Un diseño donde la iniciativa privada, ciudadana y gobierno mantengan una relación cordial en pro del futuro. De esta forma se resolverá el problema de la calidad de la educación. En México al Inadem se le ha dejado solo y en cuánto a los apoyos en Pymes los resultados son prácticamente nulos por su nivel tan bajo.
Según las cifras de la OCDE México tiene una inversión por estudiante en educación superior de siete mil 900 dólares o 121 mil 660 pesos según datos de la OCDE. Para competir con países que en política de promoción de empresas como Israel son primeros lugares, necesitamos invertir en educación financiera. El Inadem solo no podrá con la carga, de ahí la importancia de la inclusión del nuevo diseño de sistema. Si queremos la revolución emprendedora tendrán que sumarse políticas de fortalecimiento al insumo nacional, acción de manera coordinada.
Dejo constancia de mi deseo de ver a México en el concierto de las naciones, distinguirse por su capacidad de superar retos y adversidades. El camino del progreso es largo –estoy seguro que con constancia y compromiso, cada vez será más corto-.
La juventud a la cuál pertenezco día con día se manifiesta con ideas, con propuestas, pero aún más importante con soluciones. Son muchas las ventajas de ser mexicano, que el patriotismo nos lleve a velar siempre por el bienestar de nuestra gente, de nuestro país, de nuestra riqueza –he dicho-.
