“HUESERA”: Horror sin osteoporosis.

“HUESERA”: Horror sin osteoporosis.

El canon de películas de horror dirigidas por mujeres que exploran la ambivalencia u hostilidad sobre la maternidad ha crecido exponencialmente en cantidad, calidad y dimensiones geográficas desde el tremendo éxito de “El Babadook” (Jennifer Kent, Australia, 2014) probablemente por su carácter subversivo en cuanto a la desacralización de una institución tan sagrada o por su directa confrontación a la visceralidad implícita en un momento que rebasa toda lógica corpórea como lo es el acto de dar a luz.

“Huesera”, filme mexicano dirigido espléndidamente por la debutante Michelle Garza Cervera que tuvo la oportunidad de llevarse un par de importantes premios en el Festival de Tribeca el verano pasado se cuela en ése subgénero sobre el embarazo como una experiencia digna de Cronenberg con la bondad de un sutil trazo dramático que ciñe al filme en ésos lineamientos ya trabajados por otras cintas similares (dese “El Bebé de Rosemary” de Polanski hasta “Al Interior” de Alexandre Bustillo y Julien Maury) pero añadiendo ligeras capaz de lectura inteligente con tonos socioculturales cortesía de un guion primorosamente escrito por la misma directora en conjunto con Abia Castillo y Patricio Saiz.

En ésta cinta, el hilo conductor será Valeria (Natalia Solián), una joven mujer de pasado rebelde con nexos al movimiento punk capitalino cuando tuvo una relación amorosa con Octavia (Mayra Batalla) hasta que se casa con Raúl (Alfonso Dosal), relación que desemboca en un anhelado embarazo que hace de Val –como la llaman sus amigos- una mujer feliz. Al inicio su gozo es sobrecogedor pero una misteriosa presencia que sólo se vislumbra desde puntos lejanos y que sólo se manifiesta bajo grotescas contorsiones comienza a sembrar pavor e inseguridades en ella, afectando sus actividades en preparación a la llegada del bebé a los que Val se aplica con devoción siendo ella una fabricante de muebles y diseñadora. Las apariciones llevan una recurrencia in crescendo hasta que la misma protagonista se ve comprometida en situaciones que la afectan a nivel interpersonal con Raúl y a nivel familiar, afectando la ya de por sí fracturada relación que lleva con su hermana y padres. La única forma de escapar será mediante un anónimo ritual donde las Sabinas del barrio tratarán de salvarla de dicha aparición que la compromete junto a su bebé pero a un riesgo espiritual que deberá afrontar.

Natalia Solián realiza una maravillosa labor como actriz llevando a cuestas todo el peso dramático de la cinta sin aflojar ningún momento el ritmo convenciendo al respetable sobre el convulso proceso psicológico y emocional que atraviesa mientras la faceta sobrenatural de la historia se expresa como una abierta alegoría sobre el temor inherente que produce la espera de un nonato, pues la entidad que la atormenta e incluso la ceremonia diseñada para librarla de eso carece son anónimas para su libre interpretación. Este reconocimiento al lado oscuro de la maternidad es esencial para la narrativa que plantea la directora Cervera como elemento dramático, desenvuelto con mucha astucia y mediante una selección cromática y acústica que crea escenas sin desperdicio empleando colores al gusto de la sensibilidad millenial sin condescender y empleando una técnica sobria, artesanal y muy maciza.

Así los huesos que crujen, figuras fantasmales y cuerpos retorcidos se traducen en metáforas orgánicas con fatales resultados para el discurso sobre la heteronormatividad que rige la ideología nacional, lo que hace de “Huesera” un filme de profundas intenciones que supera a los triviales esfuerzos de proyectos sobrevalorados como “Está Detrás De Ti” (“It Folows”) u otras aberraciones anexas.

Correo: corte-yqueda@hotmail.com

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!