“JUSTICIA IMPLACABLE” (“WRATH OF MAN”)
Cuán grato es testificar por la rectificación de un director que pretende enmendar camino después de ofrendar su talento a la maquinaria hollywoodense con resultados mediocres. En este caso, el cineasta inglés Guy Ritchie es quien decide retomar su línea idioléctica, aquella donde desmembraba los supuestos de la moral y la ética humanos mediante sagas criminales donde nada o nadie era exactamente lo que parecía con aderezos de humor negro e ironía, después de suplantarla por grandes presupuestos e historias de incorregible memez como sus “Sherlock Holmes”, “Insólito Destino”, “El Rey Arturo” o, peor aún, la versión en carne, hueso y CGI de “Aladdin”. Con “Los Caballeros “, el maltrecho Ritchie comenzaba un camino redentor potable pero aún infectado por el virus industrial que ahora corrige de maravilla con “Justicia Implacable”, un remake de la película francesa “Le Convoyeur” (2004) manejado con pericia e incluso me atrevo a escribir con ribetes propositivos primero porque, aun siendo un proyecto estelarizado por su gran amigo Jason Statham el filme no termina siendo una sinfonía de patadas al por mayor (aunque sí rebosa la violencia en varias escenas, pero con un propósito muy claro) y segundo, la estructura narrativa es sensata, compleja y muy reminiscente a la estructura dramática en ritmo y cadencia a los thrillers de John Frankenheimer o William Friedkin de los 70’s, consolidando a este trabajo como uno de los mejores en la filmografía de su director.
Statham interpreta a “H”, un hombre monosilábico que comienza un trabajo en una compañía de camiones blindados donde se transporta cuantioso capital. El personaje es reservado y, según sus exámenes de ingreso, apenas apto en el manejo de armas y defensa personal, pero cuando un día él y su compañero y mentor apodado “Bala” (Holt McCallany) son asaltados, “H” muestra una increíble pericia con su pistola, asesinando con un solo tiro a cada rufián, lo que despierta la admiración de “Bala” y sus compañeros y la sospechas de su jefe inmediato sobre la verdadera identidad de este inescrutable sujeto. Posteriormente, veremos cómo en una narrativa análoga un grupo de ladrones se va conformando para dar un gran golpe, el cual culmina en la estación central donde se concentra todo el dinero que transportan los vehículos blindados y donde se encuentra “H”. Esta es la versión lineal de lo que sucede en la película, y decir más sería atentar contra los muy sutiles pero potentes giros que ofrece este pulido guion de Marn Davies, Ivan Atkinson y el mismo Ritchie, quienes urden una trama en capítulos fortificada por personajes excelentemente trazados y motivaciones muy personales y reales que no puedo revelar so pena de arruinar su intrincado –y sorpresivo- desglose para el espectador, mas puedo recalcar la compacta estructura en cada episodio (con títulos como “Un Espíritu Oscuro” o “Animales Malos, Malos”) que refina la presentación de situaciones y sobre todo a los personajes alterando incluso la cronología de eventos para un efecto de agrado intelectual. “Justicia Implacable” saca de la rutina sociópata a Statham y nos demuestra que Guy Ritchie aún guarda algunos efectivos juegos y trampas bajo su manga.