“LA CIUDAD PERDIDA” (“THE LOST CITY”) Dos zopencos tras la corona perdida.
Después de la muerte de su esposo, una arqueóloga llamada Loretta Sage (Sandra Bullock) se transforma en novelista en la línea de Corín Tellado escribiendo romances rosas protagonizadas por una intrépida mujer llamada Lovemore y su amante que resultan ser un éxito entre el público femenino, el intrépido Dash. Un bloqueo creativo la tiene en jaque para terminar su más reciente libro, por lo que mantiene una reclusión absoluta que la aleja del ojo público hasta que es engatusada por su agente Beth (Da’Vine Joy Randolph) para que realiza algunas apariciones personales en eventos para fans en compañía de Alan (Channing Tatum), el musculoso y bien parecido modelo en que se basan los portadistas para realizar las carátulas de las noveletas. A regañadientes, Loretta accede y termina por confirmar que su prosa es lo de menos, pues las damas lo que quieren es desnudar a Alan o siquiera obtener un trozo de su larga y blonda cabellera (en realidad una peluca). Harta, decide marcharse del evento sólo para sr secuestrada por un plutócrata de los medios (Daniel Radcliffe) que está convencido ha localizado un fabulado tesoro en una isla tropical que corresponde a la ubicación geográfica y tribus descritas por Loretta en su último libro. Sabiendo que ella era antropóloga, pretende obligarla a descifrar un trozo de pergamino que encontró en dicho lugar, hasta que Alan y un valeroso entrenador físico (Brad Pitt) acuden a rescatarla a instancias de Beth, quien también se sumará a la aventura.
Y así tenemos una vez más la fórmula que en los ochentas diera tan buenos resultados sobre una pareja dispareja que posee tensión sexual y se enfrascan en una serie de peripecias selváticas tal cual y como “Dos Bribones Tras La Esmeralda Perdida” (Zemeckis, E.U., 1984) pusiera como muestra hace casi 40 años. Channing Tatum resulta casi adorable como el torpísimo intento de salvador mientras que Sandra Bullock hace lo mismo de siempre, que es poner cara de compungida cada vez que la cámara la capta mostrando cuán incómoda le resulta esto de ser una damisela en peligro en medio de peligros y lejos de las comodidades de su casota burguesa mientras de su boca brotan diálogos inútiles y trillados, lo que indica que la labor de los guionistas Adam y Aaron Nee (quienes también dirigen) es el resultado de una inercia producto de los componentes más arquetípicos de la cinta de Zemckis y no aprendieron o supieron cómo actualizarla, dejando a su suerte a los actores con personajes churriguerescos (o sea, recargados) que son pan con lo mismo en una trama ídem. Lo único rescatable es el encomiable empeño de Radcliffe como el villano de la historia, que si bien lo hemos visto antes en muchos lugares (sobre todo en caricaturas de la Hannah-Barbera de los 70’s) el otrora Harry Potter le da matices a su rol mostrándose como el mejor histrión en ésta jugarreta de gran presupuesto. “La Ciudad Perdida” quiere emular los bastiones de la comedia aventurera de los 80’s, pero lo mejor será que permanezca como el título lo indica.
Correo: corte-yqueda@hotmail.com