La Gran Apuesta: Los Jóvenes

La Gran Apuesta: Los Jóvenes

“Tiempos de inquietud social en los que gente de todas las edades ve amenazada la democracia, mientras que prácticas comunes e incluso palabras como: impunidad, injusticia, corrupción y fraude se convierten en el pan de cada día” (Monedero, política para gente decente, 2013)

El acceso a la oportunidad política es la principal exigencia de los jóvenes del país, y lo admito –una juventud en búsqueda de la ocasión, pero los espacios tiene que salir a ganarlos día con día-. A pesar de que Enrique Krauze afirme que “la generación joven es la principal ausente en el escenario político” pienso que la realidad es distinta.

La juventud sale a manifestarse de manera directa en plataformas y en espacios de participación donde se pueden dirimir las diferencias, para así lograr cambios de trascendencia. Entre todos tenemos que visualizar horizontes concretos para sacar a la luz los caminos del progreso.

Los jóvenes constituyen un sector importante porque conforman más del 50% de la población en México. Y a pesar del gran número de población la segunda Encuesta Nacional de la Juventud del año 2010, arrojó que el 22.3% de los jóvenes muestran un interés nulo por la política y las elecciones; el 38 % dice no estar interesado en ver noticias sobre política. La razón argumentada fue que los políticos no eran honestos, respuesta que claro, denota la problemática de la participación política.

En el transcurso de la vida política de nuestro país hemos observado el deterioro en la imagen de nuestros funcionarios, una herencia que lamentablemente ha juzgado a todos por igual, frases como: “todos son iguales”, “para que voto si nada va a cambiar” “prefiero que ahora el candidato X me robe”. La percepción de esta realidad es sin duda la principal causa del desinterés de la mayoría en los asuntos públicos, la política se percibe lejana e incomprensible; la falta de acceso a ella tiende a incrementar aún más su desigualdad social.

“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica” -Salvador Allende-

La juventud revolucionaria no es aquella que busca el conflicto, la discusión y la exaltación para obtener atención, todo lo contrario. Ser revolucionario requiere partir de un adecuado bagaje de conocimientos para salir de la fragmentación y convertirse en voluntad política de transformación.

El cambio político, tradicionalmente se ha vinculado únicamente con el cambio generacional, un cambio de superficie y no de contenido. La renovación democrática institucionalizará una nueva declaración de pensamientos y acciones que favorezcan las necesidades de la gente. Debemos incidir de igual manera en una mayor participación con enfoque de género e incluyente de grupos tradicionalmente desfavorecidos, solo así lograríamos expandir aún más la participación.

La juventud mexicana conoce sus carencias, sus virtudes y sus defectos. Lograr que existan referentes emanados de la misma serán la gran apuesta de este 2018, yo la denominaría como: iuvenes virtute (el poder joven).

Reconozco el sistema político mexicano, sus instituciones, sin embargo, los cuestionamientos surgen dentro de mi cabeza sin lograr obtener respuesta. Amable lector la pregunta es para ti, con ejercicio de autocrítica ¿En qué hemos fallado como personas y como funcionarios?

Bibliografía:
http://www.filos.unam.mx/CNEPJ/categoriaA/Los_jovenes_y_su_participacion_politica.pdf (Consultado el 19 de abril de 2018)

Juan Carlos Monedero, Política para gente decente, 2013

Carlos Sinoe Rodríguez Medina

Joven políticamente apasionado, intelectualmente productivo. Estudiante de Derecho en la Escuela Bancaria y Comercial Aguascalientes

Carlos Sinoe Rodríguez Medina

Joven políticamente apasionado, intelectualmente productivo. Estudiante de Derecho en la Escuela Bancaria y Comercial Aguascalientes

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