¿La sociedad mató a Ociel? Quizás…

¿La sociedad mató a Ociel? Quizás…

Pero no lo mató ayer. Lo mato en todo caso desde hace muchos meses en el momento en el que, en lugar de poner atención a su excéntrico comportamiento, decidimos ignorarlo y dejarlo alimentar una mentira y un personaje fundados en una peligrosa ideología. Festejando en público lo que daba espacio a todo tipo de escarnio en privado, muchos fueron los que empujaron su psicología a comportamientos más y más erráticos. ¿Qué efecto tiene en la psicología de un individuo recibir de golpe toda esa falsa validación? ¿Que efecto tiene en su vida privada? ¿En su relación de pareja?

Conocí a Ociel hace más de 10 años, en la universidad, ambos dábamos clases de derecho electoral. No dire que fue mi amigo porque no lo fue, pero en general por muchos años el trato fue coordial y respetuoso. De hecho, durante los primeros años en el tribunal su comportamiento fue en general muy correcto. El era secretario general y yo abogado. Yo pedía audiencias y él las agendaba, yo pedía expedientes y el los facilitaba. Respecto a ese tiempo yo mentiría si dijera que su trato no fue profesional.

El cambio que yo noté vino hace un año y medio o quizás dos años. Cuando Ociel se declaró “no binario”, empezó a pintarse los labios y a usar tacones. Y entonces, poco a poco me empezaron a llegar rumores y chismes sobre cosas y comportamientos perversos (mentiras y manipulaciones) en el Tribunal y el IEEA, chismes que en un primer momento yo asocié a las grillas de Salvador Hernandez, de cuya deshonestidad hace años que no tengo dudas. Pero pues tampoco les puse atención, yo me dediqué a mis asuntos y no me preocupe por investigar más.

Y luego vino la aparición de “Le magistradE”. Y ahí si ya me incomodo el tema. Y no por la E (aunque ciertamente es sabido que no pruebo la ideología de género), sino por la manipulación de la institución. Ociel no era y nunca fue magistrado ni “magistradE”, Ociel era secretario del tribunal y sólo suplía las funciones mientras el senado nombraba al nuevo magistrado. Pero Ociel decidió -vio la oportunidad- de convertir esa breve suplencia en una mentira que le sirviera de camino al estrellato mediático. Y la aprovecho….

Después, la historia es conocida. El protagonismo mediático en redes sociales, con la evidente necesidad de escandalizar su sexualidad y su identidad para llamar la atención y el uso de la imagen institucional para su provecho personal (cosa que el sabía bien que era ilegal). Todo con la finalidad evidente de alimentar esa fama que muchos le proporcionaron festejando en público lo que daba espacio a la burla en privado.

¿Y como vivió Ociel esta etapa de su vida? ¿Y que significó para el? Eso es algo que sin duda se llevo a la tumba. Lo que si es un hecho es que a partir de ese momento noté como su comportamiento se volvió más errático, más inescrupuloso y también mas ilegal. Se esforzaba más y más por llamar la atención y por retorcer las sentencias de los asuntos que tenia a mano con la finalidad de hacerlas instrumentos de su activismo ideológico. Pero la justicia -y la vida de las personas en un tribunal- no es ni puede ser un instrumento ideológico para el engrandecimiento mediático personal. Fue ahí donde verdaderamente le termine de perder el respeto como abogado y funcionario público. Eso y la trama ridícula con la que, para mantener el control político de tribunal, Salvador y Ociel intentaron destruir la vida de Edgar y terminaron fastidiando también la de Vanessa.

Y no, no negaré que Ociel tenía los méritos académicos formales para ser secretario e incluso para aspirar legítimamente a ser magistrado. Independiente de que no me convenciera su trabajo, esos méritos formal y sobradamente los cumplía con sus maestrías y su doctorado. De hecho, partiendo de esa base objetiva, el seguramente tenía las mejores condiciones de inicio en la competencia entre quienes nos inscribimos para buscar ser magistrado. Y además, siendo ya secretario del tribunal, la magistratura (la verdadera magistratura) estaba al alcance de su mano. Pero pues el decidió dejarse llevar por un espejismo.

En mi opinión. El problema fue que la sociedad del espectáculo (tik tok) le dio más reconocimiento público, por su identidad y su orientación sexual, que ningún título académico. El conjunto de la sociedad, con nuestro morbo y complacencia con sus primeros excesos, le mandamos el mensaje equivocado. Le hicimos creer que el escándalo era el camino y ahí fue cuando lo matamos. El naturalmente tomo sus decisiones (equivocadas). Aunque también es cierto que fuimos todos nosotros quienes creeamos todos los espejismos que lo indujeron en ese camino.

Ningún ser humano merece morir violentamente y mucho menos de esa forma. Y la responsabilidad directa del hecho sólo pueden recaer en el asesino. Pero el que trágicamente murió ayer fue le magistradE. Ociel murió desde mucho antes….

Alan D Capetillo
Alan D Capetillo

Alan D Capetillo

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