Las Locuras del Emperador
“El pueblo me silba, pero yo me aplaudo” Horacio
Recientemente tuve la inquietud, de establecer un padrón conductual en el manejo de las problemáticas del país por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Fuera de la ficción y lo surrealistas que se han convertido las presentaciones mañaneras, es evidente que no son producto de la casualidad.
Ni el “fuchi caca” ni la canción “los caminos de la vida”, son ni serán objeto de delirio o falta de inteligencia por parte del Presidente, todo lo contrario; están diseñadas cada palabra que emite al generar tendencia: siendo una herramienta distractora que aleja a la población de los temas de interés.
La capacidad en el manejo de masas de López Obrador, lo convierte en un experto en control del pensamiento del mexicano. Toda vez que el mandatario se ha presentado en conferencia, las respuestas hacia los cuestionamientos sobre sus decisiones al frente de la administración, logran obtener no más del 15% de contenido real en sus comentarios. Sin embargo, si se encuentran presentes modismos, palabras cotidianas y la mención de hechos circunstanciales en el país que generan mofa en el público. Protagonista de diversos memes y encabezados que hacen referencia a lo segundo y no a lo primero.
Es decir que, a pesar de que no dice nada, está presente en los medios de comunicación, y sin ser su gestión un tema principal. Una vez analizados estos factores, podríamos decir que incluso el Presidente se burla de la gente, se beneficia del gran porcentaje de ignorancia que permea aún; en los rincones del territorio nacional.
El propio Voltaire refirió alguna vez que: el pueblo cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor, mientras esté feliz. Haciendo alusión a ello, podemos concebir las estratagemas de comunicación de quién ocupa la silla del águila, como un mecanismo de encubrimiento de la realidad.
Amables lectores, como siempre, serán ustedes quienes determinen si la realidad ha superado la ficción en estos tres años de gobierno. Las locuras del emperador son prueba de que más allá de ser buen político, de ser el Presidente de los resultados, lo único que ha demostrado ser; es un mercadólogo funcional.