Las muertes simbólicas

Las muertes simbólicas

La muerte es la única certeza consciente del ser humano, desde que tiene uso de su conciencia y de su raciocinio puede sentir que hay un principio y un fin. Sin embargo, no habrá que esperar a que ocurra la ausencia física, las pequeñas muertes simbólicas a través de la pérdida y el duelo de un empleo, proyecto, etapa académica o relación humana con otro.

Las reflexiones sobre la muerte han construido diferentes posturas y diferentes símbolos para representarla, desde la calavera, hasta ciertos tipos de árboles, a través del tiempo se ha construido un imaginario de símbolos que se relacionan con el tema y además han generado reflexiones sobre el tema, representaciones gráficas, y el tiempo para pensar sobre la muerte de uno mismo.

Por definición la muerte es según el diccionario, como: “el fin de la vida”, proviene del latín mortem, que significa muerte.

En Grecia, la muerte estaba representada por tres deidades hermanas (Cloto, Laquesis, y Atropos), estas deidades poseían el hilo de la vida de los hombres. La primera hilaba (el nacimiento), la segunda devanaba (el desarrollo), y la tercera, daba el corte final (la muerte), los tres estados de la vida representados por la figura de una mujer, que da vida, pero también la termina.

Desde el género de la palabra se le asocia con la identidad femenina que es dadora de vida desde el punto de vista biológico y emotivo.

En occidente la imagen de la muerte se representa como un esqueleto cubierto con una capucha, como una mujer vestida de blanco, como un ente abstracto y como un anciano, o anciana, como un símbolo del final o de un paso de una vida a otra.

Representada como temible y como una amiga, una acompañante. Un ser que comunica a dos mundos, el de los vivos, y el de los espíritus, formando la dicotomía entre la vida y la muerte. Una duda perenne entre lo conocido y lo desconocido.

El miedo, que es una sensación irracional nos mueve hacia lo desconocido, hacia la transmutación del ser. En algunas religiones como el cristianismo y el catolicismo afirman la trascendencia del ser por medio del buen comportamiento terrenal bajo el dogma de fe.

También se le representa por medio de Tánatos, el dios griego de la muerte, gemelo de Hypnos (el sueño) y prestando funciones parecidas, solo que Tánatos representaba al sueño eterno. O el dios de la muerte mexica Mictlantecuhtli , rey del Mictlán, el último nivel del camino de los muertos, a donde iban las personas comunes, era conocido como el “señor del lugar de los muertos”

(Del Moral, 2010). En cada cultura se pueden encontrar representaciones de las deidades sobre la muerte y se representan de diferentes formas y con diferentes símbolos, pero todas representan un fin y comienzo, un ciclo.

La muerte, es un lugar, una persona, un estado, que despierta la necesidad de la interpretación, simbolización, y de representación del hombre para poder personificar, simbolizar, construir, un ser que se puede racionalizar, entender, aceptar, afrontar. Es una necesidad de cuantificar y cualificar lo desconocido. Este deseo inmanente al ser humano donde ha pretendido a lo largo de sus días romper sus fronteras mentales y físicas.

A continuación, se abordaran algunos de los símbolos universales relacionados con la muerte y su interpretación del significado que encierran.

La simbología de la muerte y su interpretación

Uno de los elementos más representativos de la muerte es el de la calavera, es personificación de lo fugaz de la vida y la presencia de la muerte.  En alquimia representa a la obra menor (tierra a la tierra) y se representa la renuncia al mundo, es la impronta de lo que queda del cuerpo y permanece en el mundo terrenal.

El ataúd es una caja que contiene al cuerpo y se puede hacer una relación con el vientre materno como una representación simbólica de donde provenimos, el vientre de la madre, en donde inicia la vida y la alegoría del regreso a la caja o al vientre de la tierra o, en caso de ser incinerado, al fuego como elementos de significación de la vida, si se ve como un ciclo.

El color de la Muerte

La muerte también tiene color y sus significados cambian dependiendo del contexto en el que se encuentren, para cada cultura el color de la muerte o el color del luto varia, en Asia se le considera al color blanco, o al color anaranjado o rojo amarillento como colores para representar la muerte. En la religión católica se usa el morado como señal de luto.

El color negro en occidente es la representación de la muerte, e inclusive al color azul se la ha conferido un significado relacionado con los muertos, al representar la tranquilidad del espíritu.

La representación de la muerte a través del color guarda un significado de relación con el tema.

Cada color que se utiliza para representar o evocar a la muerte, o el luto guarda una relación con la interpretación que posee la muerte en un imaginario.

La interpretación de la muerte

Pensar en la muerte puede evocar muchas representaciones o imágenes mentales, desde el recuerdo de un ser querido (ya que la mayoría de las personas han perdido o experimentado la muerte), o sobre la muerte misma, y la muerte propia. O decía, desde las pequeñas muertes que las imágenes varían dependiendo del contexto social y cultural pero se construyen alrededor de una idea la muerte es la única certeza del ser humano.

 

Lo que podría iniciar la reflexión sobre lo incierto de la vida y la muerte, sobre el desconocimiento sobre lo que existe del otro lado y sobre lo que le ocurre al ser al momento de morir, nadie puede contar esa experiencia porque nadie ha regresado para contarla y solo es una interpretación de una forma de trascender sin más.

Todo lo que es creado por el hombre está sujeto a la transformación y a la muerte, prueba de esto es el cambio de pensamiento, de tradiciones, y de significación entorno a la muerte.

Algunos símbolos están sujetos a este cambio, pero los que se utilizan para la representación de la muerte permanecen en su mayoría intactos.

La cultura juega un factor muy importante en la elevación de la imagen a un estatus sobrenatural por la participación en algo mucho más grande que el mundo onírico de Freud.

Son estas imágenes arcaicas las que se transforman dentro del inconsciente colectivo en imágenes originarias que producen a los arquetipos, los cuales se definen según Jung- como: “una imagen que revela la dimensión inconsciente esencial de la Psique, una figuración anterior a toda experiencia”.

El final de la vida la muerte es un camino, no un destino.

Ignacio González Cervantes

es escritor, en su carrera ha escrito TRES LIBROS, el más reciente "Cambio Organizacional" la penúltima una investigación "Recetario de Empresas Familiares exitosas". Así mismo, es articulista sobre temas de arte, tecnologías, cine, cultura, educación donde aporta su punto de vista desde hace 14 años. Es también productor de vino de mesa con su reciente etiqueta "Gosaarte". Actualmente es estudiante de la licenciatura en Psicología.

Ignacio González Cervantes

es escritor, en su carrera ha escrito TRES LIBROS, el más reciente "Cambio Organizacional" la penúltima una investigación "Recetario de Empresas Familiares exitosas". Así mismo, es articulista sobre temas de arte, tecnologías, cine, cultura, educación donde aporta su punto de vista desde hace 14 años. Es también productor de vino de mesa con su reciente etiqueta "Gosaarte". Actualmente es estudiante de la licenciatura en Psicología.

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