Los Luchadores Extraviados De La Justicia Social IV

Los Luchadores Extraviados De La Justicia Social IV

Justicia Social

[bctt tweet=»Gobiernos anteriores demostraron ser títeres del capital, este supongo piensan «no lo será», pero con ¿Cuál estrategia dejará de serlo?» username=»crisolhoy»]

Virgil Georghiu

 

La hora 25.

¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?

José Saramago

Conversaba con un nuevo amigo que  consideró mucho más sabio que yo. Me habló de  la hora 25, sonreí, pues es la hora inexistente en nuestra medición ordinaria del tiempo.

Me dijo una frase breve, de esas oraciones que resultan la metáfora perfecta de  un bosque abigarrado de pinos por la cantidad de pensamientos que se pueden extraer  de la misma cuando piensas dos o más veces lo que dice, los pensamientos se vuelven incontables como la vista de los pinos, recuerdo me dijo:

-Tu pensamiento se parece al del griego Virgil Georghiu,  ni Dios mismo podrá salvarnos de las garras del gran capital-.

Mi amigo intuye de forma excelsa  mi terror, perdón quise decir mi reflexión. No he leído de Virgil, pero si he leído  sobre el desastre Griego postmoderno, supongo por eso se encuentran una especie de huellas del trauma en dos escritores que viven y mueren en  economías colapsadas, en el siniestro tercer mundo.

Y es que si existe un terror universal  en esta época es precisamente: “ser pobre.” José Luis Sampedro decía que existen dos clases de economistas, los que defienden a los ricos y los que defienden a los pobres. Y vaya que creo llevaba razón el brillante economista.

Cuando no se recuerda que Marx era burgués, se comete una falacia al interpretarlo, ni al mismo Marx le gustaría que Stalin le arrestara  por disidente, o lo asesinara como a Trotsky, o lo forzará de por vida a trabajos forzados. Siguiendo a Hegel, la antítesis del Marxismo sería aparentemente el afirmar la libertad sobre lo que necesita la comunidad, uno necesita libertad antes que trabajar en lo que demande el poder en turno.

Pero esta sería una antítesis miope ¿La libertad sólo se ejerce consumiendo, trabajando en lo que supuestamente quiero,  acumulando dinero y gastándolo como me venga en gana? ¿A esto se reduce la definición del concepto más profundo del alma humana? Si, parece ser que la principal discusión es sobre la libertad, pero de los mercados, no de los humanos. Aquí es donde arde el infierno.

El amo paga, el esclavo sirve La libertad  la tienen los mercados no los individuos, aquí creo inicia la deconstrucción del “perfecto “capitalismo, su principal grieta con efectos secundarios en toda la estructura, el daño estructural parece irremediable ¿Qué país del primer mundo no entiende a la migración como una plaga? ¿Cuántos países conforman el tercer mundo decadente?

La dictadura del capital se expresa  por medio de su ideología ¿Cuál libertad tiene el proletario que no tiene recursos para salir del tercer mundo? Aunque se parta el lomo trabajando, jamás tendrá las mismas oportunidades que un Finlandés bien educado por el Estado, la libertad del proletario termina donde se acaba su ingreso. No creo que a Marx le hubiera gustado lo que hicieron en su nombre, todas las dictaduras son atroces, incluyendo la del capital.

Desde 1989 el capitalismo  es absoluto decía el Hegeliano  Francis Fukuyama, no tiene antítesis, se derrumbó en Berlín. Mi hipótesis va más allá:

El triunfo no se manifestó en un muro, sino en lo más íntimo de la psique humana, el deseo, Kojeve otro Hegeliano, decía que el yo es antes deseo.

Es la misma máquina de deseos dentro de nosotros, la ideología capitalista, yo afirmó este es el triunfo, reflejado en gran parte de nuestra psique, somos el mejor producto de  la ideología, los adolescentes adquieren la violencia ejercida en los videojuegos en su enferma y traumática mente, el nihilismo de la sobre información diluye identidades, la ambición llega al punto que la crueldad se expresa en cada calle, la competitividad hace a los bípedos máquinas deseantes y crueles, su auto realización es inalcanzable puesto que nunca salen de su ego.

El maestro Enrique Quintana hablaba en su columna del pasado  viernes titulada No entienden la 4T   de una caída de varios países, una caída del libre mercado y su ideología, es lo que entendí celebra en su reflexión.

Asume  que la regulación de los capitales será la  gran lección a entender de esta oleada populista y democrática en todo el mundo. Empero, creo se subestima al poder invisible del capital. Los mercados no van a ser benevolentes  con medidas nacionalistas; «la banca sigue siendo independiente», tenemos la lección histórica de 1994: -una sola bofetada del poder del capital al «glorioso Estado Mexicano», y esto se puso a punto de quiebre en todo el país.

Me interesa ¿Dónde ve el maestro que el capitalismo no tenga una potestad cuasi absoluta como argumentaba Fukuyama? ¿A qué Estado nación del tercer mundo le encuentra una ventaja sobre las trasnacionales que simplemente se pueden mudar con todo y dólares? El poder popular ¿Le puede hacer algo al poder del capital?

Me gustaría poner énfasis que el capital puede moverse de países y las oleadas emigrantes son muy mal vistas y recibidas hasta en nuestra querida  Tijuana. Nadie quiere gente sin dinero que gastar, es uno de los síntomas de la dictadura del capital. El dinero no tiene Visa, los emigrantes si. Atisbo un peligro en la sentencia:  «no entienden como se regulará la cuestión del capital ahora .»

Gobiernos anteriores demostraron ser títeres del capital, este supongo piensan «no lo será», pero con ¿Cuál estrategia dejará de serlo?

La estrategia de los hidrocarburos pinta  fatal dejando de explotar tus ríos y comprando carbón. Estrategia encabezada por cierto; por el  ex Secretario que se le caen sistemas electorales el día de las votaciones y culpa a otros, cuando era la segunda persona más poderosa del país.

Y es que cuando del concepto de libertad se trata, la filosofía es un campo de batalla, las interpretaciones de la historia son las armas, y los vencidos son los dominados por la ideología.

Y la ideología se manifiesta precisamente cuando no cuestionamos  nada de lo que le llamamos: “un hecho real», la ideología busca alimentarse de interpretaciones de hechos y usarlos a su favor, nada más ideológico que la era de la post verdad.

La hora 25 es cuando las oportunidades se desperdiciaron, cuando lo que se podía hacer se hizo demasiado tarde o no se hizo nunca, y recuerden que lo que no pasa en esta vida quizás nunca suceda en la eternidad,  o lo que pase en esta vida quizás sea la misma eternidad como nos enseñaba Nietzsche con su: Eterno Retorno De Lo Mismo.

La hora fuera de las manecillas del reloj, la hora 25, la hora en la que sabemos que  nada es peor en la vida que un: ¡Demasiado tarde! Como decía el sabio y agrio Bukowski.

Pero ¿Porque soy un pesimista del carajo como mi admirado Saramago? Bueno, la respuesta es simple, la decía el mismo: – Los optimistas están muy contentos conmigo que hay.

Dejo esta ignominiosa advertencia para muchos creyentes de izquierda, para mi Saramago es más de izquierda que muchos dictadores que juraron ser  la re encarnación Carlos Marx , pero terminaron hundiendo a su pueblo y perdiendo su dignidad por poder. Finalizó citando al comunista pensante de José Saramago:

“No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.”

*Perdonen mi escepticismo político y religioso, mi Revolución consiste en que la única superioridad entre dos  seres humanos, es la bondad, como decía mi amado Beethoven. Si la especie no abandona su crueldad, su odio, su podredumbre, sus guerras, nunca tuvo sentido la palabra progreso.

Alejandro Marengo

Mendigo de sueños, distópico, surrealista.   La enajeción desiderativa a la mercancía dinero, se paga siempre con libertad.

Alejandro Marengo

Mendigo de sueños, distópico, surrealista.   La enajeción desiderativa a la mercancía dinero, se paga siempre con libertad.

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