“NOCHE SIN PAZ” (“VIOLENT NGHT”)

“NOCHE SIN PAZ” (“VIOLENT NGHT”)

La idea de un Santa Claus adverso a la noción general de su mito es una que ha seducido por años a productores y guionistas con el fin de aportar dosis de desacralización a la noble festividad navideña, tal cual ocurriera con “Noche de Paz, Noche de Horror” (Seller Jr.; E.U., 1984), “Un Santa No Tan Santo” (Zwigoff, E.U., 2003) o “Santa Slays” (Steiman, E.U., 2005), así que ésta producción por más que quiera vendernos el que presenta una perspectiva novedosa sobre el barrigón bonachón de traje rojo no cuaja, pero sí deja un muy ligero agradable sabor de boca ya que sí produce un efecto de escapismo adecuado en su ejercicio aunque con demasiado esfuerzo, pues el guion se devana mucho el seso por brindar una comedia de humor negro con las correctas dosis de acción, violencia y los sabidos tropos de la cultura navideña rizando tanto el rizo que en momentos termina por ser sangrona e insoportable osando incluso meterle algo de sentimentalismo a las brutalidades e incorrecciones políticas que genera, pero al final aprueba de panzazo nada más porque nunca dejará de ser gracioso ver a un Santa utilizando estrellas navideñas como shurikens o hablando como arriero.

En éste caso San Nicolás es interpretado por David Harbour (“Stranger Things”), aquí en estado de declive porque considera que la humanidad ya no merece que se le den regalos ante su ruinoso estado, pero las coincidencias que sólo existen en las películas querrán que quede atrapado en una lujosa mansión donde unos asaltantes de parafernalia militar liderados por John Leguizamo pretenden hacerse de varios millones de dólares propiedad de una insoportable magnate (Beverly D’Angelo) que se encuentra celebrando Navidad junto a sus hijos, yerno, nuera y su nieta Trudy (Leah Brady).

Será ésta última la que logre contactarse vía radio con Santa pidiéndole su ayuda que él brindará de la forma más agresiva posible mientras que él reencontrará su propósito como un ser benigno que reparte regalos a los niños cada año. Como la película la dirige Tommy Wirkola (“Zombis Nazis”, “Hansel y Gretel, Cazadores de Brujas”), es de esperar cierto desparpajo posmoderno y estilizado en cuanto al manejo de los mitos decembrinos y escenas de garantizada ultraviolencia, pero el guion se nos pone muy perezoso en cuanto al desarrollo de ideas y se conforma presentando plagios enmascarados de homenajes a los filmes de rigor, incluyendo “Duro de Matar” y “Mi Pobre Angelito”, puntos que en lugar de provocar hilaridad nos hacen ver al techo en señal de exasperación.

“Noche Sin Paz”

“Noche Sin Paz” desaprovecha sus recursos y hace todo muy fácil para su degustación pero sin el ingenio o la honrada mala leche a la que su director ya nos tenía acostumbrados, además que los personajes son un bodrio de convencionalismos así lo que único elemento redentor es Harbour partiendo cráneos con un mazo y riñendo a sus renos por defecar sin ton ni son. Y si eso es lo mejor de la cinta, podrán imaginar pues cómo estará el resto.

Correo: corte-yqueda@hotmail.com

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

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