Segunda parte: La ciudad de México y el descrecimiento

¡Descrecimiento urbano o colapsos!
El Distrito Federal en los años 80
A 40 años del 19 de septiembre de 1985
A partir de los años 80 del siglo pasado las secuelas de las grandes crisis de los años 70 empiezan a dañar mucho a México, y por supuesto a la ciudad de México:
- el shock petrolero de los años 70; la primera gran crisis petrolera mundial producto de un conjunto de factores; de fondo: el agotamiento del petróleo convencional en EU y de coyuntura, tales como: el embargo petrolero de la OPEP, por la guerra del Yom Kipur y la caída de la producción petrolera en Irán, por la revolución que derroca al Sha, provocan elevaciones radicales del precio del petróleo en el mundo y años después su desplome.
- la crisis de crecimiento económico en los países “desarrollados” y “en desarrollo”, como México, por el agotamiento de la economía keynesiana de la posguerra y los “treinta años gloriosos”
En los años 80 la economía mexicana se vuelve muy tormentosa y por ello muy pobre la gestión gubernamental en todos los aspectos, incluida la gestión del entonces Distrito Federal, debido a:
- el manejo imprudente de los asuntos financieros y petroleros del país durante el sexenio de López Portillo.
- la creciente confusión e impopularidad de los gobiernos priistas durante la gestión de Miguel de la Madrid.
- la introducción en México de las certidumbres neoliberales de Margaret Thatcher- “No hay otra alternativa” (THINA), ahora adoptadas por Ronald Reagan.
En el Distrito Federal se agudizan en esos años muchos males; aparecen nuevas vulnerabilidades y un gran malestar por el mal vivir, y cambian sus dinámicas de crecimiento; para esta ciudad, estos años son un parteaguas histórico.
En 1982, al terminar el sexenio de López Portillo, se detiene la construcción de megaproyectos en el DF, como: líneas de Metro, el sistema Cutzamala, los ejes viales y otras grandes obras, sin embargo, comienzan a sentirse mucho los efectos negativos de su excesivo crecimiento- desde el sexenio de Miguel Alemán-, en la urbanización, la industrialización y el poblamiento; los efectos calamitosos de la modernización de la posguerra en este territorio, y de la aplicación, por décadas, de las políticas para el “desarrollo” y el crecimiento económico del Banco Mundial y del FMI y los grandes subsidios a la industria y a los servicios.
Concretamente, en los años 80 del siglo pasado comienza a observarse un gran aumento en:
- el tiempo promedio diario dedicado al transporte de los trabajadores,
- el tamaño y duración de los congestionamientos de las “vías rápidas”,
- la intensidad y duración de la contaminación del aire.
- la inseguridad en las zonas centrales de la ciudad.
- el despoblamiento o expulsiones de vecinos de los barrios y colonias de las demarcaciones centrales: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Venustiano Carranza. Expulsiones de vecinos hacia las demarcaciones de la periferia del DF y hacia el Estado de México y otras entidades.
- las muertes y minusvalías de perros y otros animales, peatones, ciclistas y automovilistas, por accidentes de tránsito.
- las muertes y enfermedades por la contaminación del aire y las aguas.
- la segregación de quienes no pueden acceder al uso del auto: indígenas, campesinos, niños, mujeres, ancianos, que ahora deben utilizar mucho transporte público diariamente.
- la ocupación del suelo urbano por el transporte que pasa de un 20% a más de 40% del suelo urbanizado, provocando el alejamiento de todos los destinos y aumentando las distancias a recorrer.
- la altura permitida a los edificios que se construyen en las zonas centrales de la ciudad; de unos 7 pisos a más de 15 pisos.
- La degradación de los muchos pueblos y colonias devorados por la urbanización de la ciudad (la conglomeración), tanto en el DF, como en el Estado de México que ahora se convierten en simples suburbios de la ciudad de México.
- la virtual muerte del Centro Histórico del DF, por la casi total expulsión de sus vecinos y la invasión de comercios y bodegas y la creación de un gran Vacío Nocturno, muy peligroso por la noche.
- las invasiones de tierras de vida silvestre en las sierras al sur y al poniente del DF y de zonas lacustres de la Cuenca en: Iztapalapa, Iztacalco, Netzahualcóyotl, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Chalco, Ecatepec, Texcoco, Zumpango, así como partes altas de los cerros de la sierra de Guadalupe, al norte de la Ciudad y la sierra Santa Catarina, los pedregales del sur de la ciudad, las lomas del poniente Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa.
- el número y tamaño de industrias en Azcapotzalco, Gustavo A Madero, Iztacalco y en Naucalpan, Tlanepantla, Tultitlan, Cuautitlán.
- la gran contaminación de sus más de 30 ríos y humedales de Xochimilco y Tláhuac
- la penuria de agua en casi todas las colonias populares.
- el consumo excesivo de agua en la zona poniente de la ciudad: más de 350 litros por persona.
- el inmenso desperdicio de agua debido a las fugas en las tuberías de distribución, muchas de asbesto o muy antiguas: más de 40% del agua bombeada.
- la basura y los residuos en lugares públicos y los sumideros y “rellenos sanitarios”
- la población nacida en el DF que migra a los nuevos fraccionamientos en los municipios junto o cerca de esta entidad: Tecamachalco, La Herradura, Huixquilucan, Naucalpan, Echegaray, Satélite, San Mateo, Santa Mónica, Las Arboledas, Coacalco, Ecatepec, Aragón, La Paz, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán.
- los vecinos de esta ciudad que migran a otras ciudades del país, especialmente hacia nuevos centros turísticos, como Cancún y Baja California, o a otros países.
- los vecinos de esta ciudad que viajan los fines de semana y los días de descanso o vacaciones fuera de la ciudad hacia pueblos y ciudades de estados vecinos al Distrito Federal
- la insensibilidad de las autoridades del DF ante la gran cantidad de fallas en los servicios públicos y las grandes contaminaciones.
En estos primeros años de la década de los 80 parecía que no había en el Distrito Federal muchas personas que quisieran estar muchos días en esta ciudad o residir muchos años en ella; o que quisieran defender su riqueza natural, su medio ambiente o el arraigo de sus vecinos. El desarraigo vecinal provocado por el crecimiento económico había multiplicado los daños ambientales, sociales y económicos.
En esta terrible situación social y económica, suceden dos grandes catástrofes que conmovieron mucho a la población del DF y a su nueva gran “Zona Metropolitana” en los estados de México e Hidalgo: la explosión de grandes depósitos de gas LP y gasolinas en San Juan Ixhuatepec el 19 de noviembre de 1984 y el gran sismo del 19 de septiembre de 1985 que derribó cientos de edificios y murieron probablemente unas 30,000 personas.
La pésima respuesta del gobierno mexicano a la catástrofe del 19 de septiembre de 1985 desató en el DF una gran respuesta de solidaridad popular que en los años siguientes creó movilizaciones vecinales, ecologistas y políticas que empezaron a cambiar profundamente a esta ciudad y sus gobiernos y legislaciones. Las catástrofes enseñaron a los vecinos que poco se puede esperar de los gobiernos, para prevenirlas o mitigarlas.
Semanas después del sismo de 19 de septiembre de 1985 nacen uniones o coordinaciones de vecinos y damnificados, en Tlatelolco, los barrios del Centro Histórico, las colonias Roma, Doctores, Morelos y en otras demarcaciones; se moviliza el Movimiento Urbano Popular. Las luchas por la vivienda digna se vuelven numerosas y poderosas.
Por otra parte, en esos mismos años 80 comienzan a influir en México las críticas de los ecologistas de los países “desarrollados” a las calamidades mundiales o internacionales, creadas por las actividades de la industria, los servicios y los gobiernos:
- las crecientes contaminaciones de los suelos, las aguas y los aires;
- la gran devastación de bosques y selvas, de especies vegetales y animales y de los mares, los ríos y los humedales;
- los agroquímicos utilizados en exceso en los monocultivos de la agroindustria.
- la construcción de centrales nucleares, sumideros, rellenos sanitarios, confinamientos de residuos tóxicos o peligrosos
- el uso del automóvil y el transporte en general
- el gigantismo urbano y la urbanización concentracionaria
- los daños sociales y culturales de la educación primaria obligatoria y de la medicina institucional.
- el consumo excesivo de energía
- las desigualdades del crecimiento
- el trabajo alienado
- los efectos negativos de la productividad y de la economía de crecimiento
- las multitudes en pánico detrás de la economía.
- la deslocalización de la producción y el consumo
- la omnimercantilización del mundo.
- el culto a la ciencia y la tecnología: las ambigüedades de la tecnología.
- la anomía o mal funcionamiento de la sociedad creada por la sociedad industrial
- el consumismo y la sociedad del espectáculo.
- los reversos del progreso o el desarrollo
- la colonización del imaginario social, por la educación primaria obligatoria y la publicidad.
- el consumo excesivo de gas, carbón y petróleo en los países “desarrollados” del “primer mundo” y el aumento de la temperatura sobre la superficie de la Tierra.
- La gran insostenibilidad del modo de producción industrial.
También, empezaron a influir en México las críticas a la sociedad industrial y a la economía moderna de la Escuela de Cuernavaca, animada por Iván Illich y Valentina Borremans, por medio del Centro Intercultural de Documentación, CIDOC, que funcionó en esa ciudad entre 1969 y 1976, y posteriormente, por medio de la labor del maestro Jean Robert y el arquitecto, Cesar Añorve.
Los libros de Iván Illich: Energía y Equidad, la Convivencialidad, Alternativas, Némesis Medica, La sociedad desescolarizada, escritos en Cuernavaca en la década de los 70, tuvieron un gran impacto en Europa y fertilizaron las ideas del movimiento ecologista europeo. En México, El Colegio de México ayudó mucho a su difusión.
En 1985, con el apoyo del gobierno mexicano, nace el Pacto de Grupos Ecologistas y meses después, empieza la gran lucha contra la construcción de la central nuclear de Laguna Verde.
Al comenzar 1986, me resuelvo a realizar algunas acciones ecologistas voluntarias: comienzo mi propia campaña de varios años en contra del uso del auto particular en el Valle de México y a favor de la aplicación de un impuesto local del 30% al consumo de gasolina en la zona comprendida dentro de un círculo de 100 km de radio, con centro en el centro del Zócalo de la ciudad de México.
De ser aprobado este impuesto local, proponía que el dinero recaudado se entregara para pagar los gastos que hace el gobierno y otras instituciones con el fin de mitigar los enormes daños que crea la contaminación del aire en el DF.
Este impuesto fue aprobado en 1988, con grandes modificaciones, por el gobierno de Salinas de Gortari, y el dinero recaudado fue utilizado hasta su cancelación a final del siglo, en la eliminación de la gran cantidad de viejos tanques subterráneos perforados de muchas viejas gasolineras de la ciudad de México.
En 1987 nace la Asamblea de Barrios que unifica luchas vecinales en varias demarcaciones. Por otra parte, el Pacto de Grupos Ecologistas se divide en dos corrientes: la primera: los ecologistas cercanos al ingeniero y economista Gabriel Quadri, líder o coordinador de su grupo ejecutivo, muy ligado al grupo priista de Salinas de Gortari y la segunda: los ecologistas que condenan la actuación de Gabriel Quadri, por las declaraciones que hace en defensa de las acciones del gobierno mexicano que consideran inaceptables. Pronto Quadri abandona el Pacto y se convierte en funcionario gubernamental.
En 1988, nace la comisión del Valle de México del Pacto de Grupos Ecologistas que pronto adopta la lucha contra los megaproyectos, como reacción a la propuesta de Salinas de Gortari en su campaña como candidato a la presidencia de la República, de “construir varios megaproyectos”.
En nuestra opinión, el gigantismo de las infraestructuras multiplica exponencialmente los daños socioambientales de los proyectos. También, la comisión acuerda apoyar la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia de la Republica.
En los años 80, la población del Distrito Federal se estabiliza cerca de los 9 millones de personas y en adelante no vuelve a crecer: el crecimiento será en los municipios del Estado de México e Hidalgo en la Cuenca de México.
El Distrito Federal en los años 80
A 40 años del 19 de septiembre de 1985
Segunda parte: La ciudad de México y el descrecimiento
¡Descrecimiento urbano o colapso!
Por Miguel Valencia Mulkay
7 de septiembre de 2025