Señora X ¿Heroína o Súper Villana? Episodio 6. La Inseguridad Infernal.
Luego de buscar y revolotear entre los antiguos cajones de la Arena del Palacio de Moctezuma donde el perverso Profesor X había ocultado las mejores armas de lucha pertenecientes a los pueblos indígenas México, la Señora X sonrió.
Entre los incontables recuerdos de su paso por los escenarios de la Lucha Libre la Señora X rescató una máscara confeccionada en suave piel de ternera y entintada en contagioso color azul del mar con vistosas costuras blancas bordadas de históricas grecas chichimecas y realzadas con la dignidad de sencillos artesanos nacidos en los invencibles pueblos Toltecas originarios de México.
Al acariciar entre sus manos aquella suave máscara Tolteca y sentirla cubriendo completamente su rostro, la Señora X sonrió nuevamente. Lo hizo como lo hacen las mujeres sencillas que han nacido al ras de la tierra; las hijas descalzas de humildes campesinos que confiadas andan de día y noche por veredas inseguras pero listas para enfrentar los desafíos que entre los senderos de la violencia institucional les depara la vida.
La Señora X sonrío de muy buena gana y con enorme enjundia tomó la decisión de subir al ring para enfrentarse con dignidad a las terribles creaciones del Profesor X. Estas eran una réplica del ejército rojo y habían generado caos entre los pueblos originarios produciendo una inseguridad infernal sustentada en aquella terrorista, engañosa y cómplice estrategia de abrazos y no balazos que, al parecer, sólo protegía a los socios y financiadores de los nuevos proyectos de Poder absoluto del Profesor X.
Para subirse al ring, sin subirse, el Profesor X, patentó tres personajes con extraordinarias capacidades de lucha encaminados a terminar de una vez por todas con dos de sus enemigos históricos: el Señor X y la Señora X. Con tal perversidad propagandística y erróneo pensamiento humanista, el Profesor X creó en su fábrica las mañaneras tres contagiosos virus con los que motivó, alentó y financió la actuación de Violencia Demoledora, VD; Demonio Corrupto, DC y, de FM, Fuerza Machista, quienes con Patente de Corso juraron cumplir la misión.
Y los fanáticos del ring pronto hicieron su aparición.
Desde la tribuna izquierda entre tinieblas y soñando con impulsar una lucha de clases virtual, los idealistas del anquilosado comunismo Bolchevique, ya sin obreros a quienes acarrear, habían tomado por asalto la educación y cultura de la Infancia mexicana. Para logar su propósito, alentaban el uso de La Guillotina que era la favorita de la Máscara Roja que portaba Violencia Demoledora VD y, levantando el puño izquierdo repetían la máxima de Trotsky que por supuesto aparecía ya en los libros de texto: ¡primero la destrucción y luego la construcción!, mientras tanto, la Señora X aplicaba con maestría la llave de La Campana, y sometía a VD a la cuenta de tres.
Enfrente de ellos, irritados saltaban los tribunos del Demonio Corrupto DC, quienes exigían que La Cavernaria se aplicara y que respondiera y se librara pronto de aquella tremenda Variante Doble Nelson que la Señora X le tenía sometida por el cuello. Aquellos fans parecían más bien decepcionados; ya ni con incontables y sendos espectaculares colocados en todos los rincones de la Arena del Palacio de Moctezuma, lograban animar a sus alicaídos acarreados que no mostraban intención alguna de seguir el ritmo de sus bailes populistas.
Alrededor del enorme Ring Side de la Arena del Palacio de Moctezuma, cuadrilátero que medía 4.90 x 6.90 metros con 1.20 metros de altura, sólo accedían fanáticos con boletos VIP pagados por el Profesor X. Esos cercanos seguidores y aduladores de Fuerza Machista FM, sufrían un tremendo rictus de dolor cuando le aplicaban la fatal Desnucadora propinada por la fantástica Señora X. Frente a la evidencia, las autoridades del ring tenían la obligación de aplicar los reglamentos de la contienda y ante las protestas de la afición, sin más remedio lo hicieron. Justo cuando se aplicaba estrictamente el reglamento, Fuerza Machista golpeaba furiosa las cuerdas de su total inconformidad y pedía con gritos desesperados que DC y VD subieran al ring y ayudaran; fatalmente para su causa, el desánimo y pánico habían cundido en sus esquinas; la Señora X, había sometido fatalmente FM con la sencilla llave de El Tirabuzón.
Continuará, lo prometo…. davidperezcalleja@gmail.com