Sin Oferta Política para el Progresismo

Sin Oferta Política para el Progresismo

Desde muy jóvenes, aprendemos conceptos básicos del mercado; al crecer, aprendemos un poco más sobre su complejo funcionamiento y poco a poco nos acercamos a algunas teorías al respecto. Probablemente la más conocida es la Ley de la Oferta y la Demanda, acuñada por Adam Smith en el libro popularmente conocido como La riqueza de las naciones.

En otro orden de ideas, durante el paso del último siglo, las ideas progresistas han avanzado a pasos agigantados en la agenda social (y prometen avanzar aún más rápido), a lo cual se han ido adaptando, con mayor o menor resistencia, los agentes económicos. Así, a medida que la diversidad sexual comenzó a tomar terreno, la demanda de servicios para esta parte de la población también se volvió un tema económico; de esta manera, surgieron los primeros centros nocturnos gay y el turismo con enfoque para este sector social, por ejemplo.

La televisión y su evolución, los servicios de streaming, evidentemente no escapan a la ley de la oferta y la demanda. Los contenidos que nos ofrecen las distintas plataformas de entretenimiento no responden a caprichos de los productores, sino a lo que los consumidores (el mercado) demandan. De esta forma, aparecen ofertas de consumo para todo público y, finalmente, la exigencia cada vez más creciente de ver en la pantalla a personajes más diversos, obligaron a la industria del entretenimiento a darle al mercado lo que este demandaba: inclusión.

Netflix entendió muy rápido la tendencia y se volvió pionero en la inclusión de personajes LGBTTTIQ en sus contenidos y recientemente nos ofreció su mayor apuesta hasta el momento: HEARTSTOPPER.

HEARTSTOPPER es el ejemplo perfecto de lo mucho que ha avanzado la agenda LGBTTTIQ. La sociedad claramente se encamina hacia la inclusión, de forma que la plataforma de streaming más popular, nos cuenta el romance de dos adolescentes varones y la historia se coloca en el top 10 de series más vistas en México hoy; es decir, el público la está aceptando y le está gustando.

Ahora, si como sociedad ya podemos hablar abiertamente de diversidad (racial, étnica, sexual, cultural e ideológica) e incluso se consume, con mucho éxito, este tipo de contenidos en la televisión e internet; si los propios partidos políticos ya han abordado el tema e incluso los más conservadores ya lo ha aceptado y han comenzado a destinar recursos para ello ¿por qué en las campañas el tema aparece tan desdibujado?

Puedo entender que el partido que aglutina la mayor parte del electorado conservador, no esté dispuesto a colocarlo en la agenda; también, resulta obvio que la izquierda que aventaja con cerca de 20 puntos en la mayoría de los estados en los que se elegirá gobernador, tampoco quiera tomar riesgos innecesarios, pero ¿qué pasa con la izquierda que está perdiendo en Aguascalientes por más de 20 o 40 puntos?1 o ¿dónde está el impulso de la agenda progre que de paso force a la puntera a hablar de lo que no quiere hablar ?

Para el caso de Aguascalientes, ni siquiera se aprecia un esfuerzo por poner en aprietos a la candidata puntera, pues colocar en la agenda un tema tan delicado para el partido de derecha (que además está coaligado uno de izquierda progresista) seguramente no sería algo cómodo ¿dónde quedó el debate sobre la fiesta brava y el maltrato animal? ¿de matrimonio igualitario y despenalización del aborto? Esos temas cada vez más aceptados por un creciente sector de la población y a los que la derecha no le conviene que se hable, porque históricamente se ha opuesto a ellos. Ni siquiera hay un intento por capta los votos liberales que se están quedando sin opción que los represente.

Ahora, no solo hablo en términos estratégicos, sino ideológicos. La izquierda proclama tanto el progresismo, que esperaríamos que deliberadamente colocara en la agenda esos temas y defendiera sus postulados. Si hablar de corrupción no está funcionando ¿no deberían intentar con otro plot? Si hay un momento para arriesgar, es cuando vas perdiendo por dos dígitos…

En el caso nacional, tenemos partidos minoritarios de autoproclamada izquierda progresista y su comunicación permanente ha apuntado constantemente para allá, pero ¿cómo van a generar una marca y cómo el electorado les va a creer, si en el periodo electoral, dejan de lado su agenda? Es ya tan evidente hacia dónde camina la sociedad que sorprende que ni siquiera por ello exista un atrevimiento por generar una marca bien identificada, a largo plazo. No cabe duda que los políticos son siempre los últimos en adoptar los cambios en la sociedad.

1https://www.polls.mx/?gclid=CjwKCAjw9KTBhBcEiwAr19ig3PX0QN1ZbGF5S9OXqPCIk3tIhP8XeJnsO4Ifka55k0L6eg1LQof9BoC618QAvD_BwE

Antonio Beltrán Rodríguez

Es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y Magíster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por el Centro Internacional de Gobierno y Marketing Política de la Universidad Camilo José Cela. Ha sido asesor parlamentario en múltiples ocasiones, coordinador general de campaña y es socio fundador y director de Stralitycs Consultoría Política y de Imagen Pública.

Antonio Beltrán Rodríguez

Es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y Magíster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por el Centro Internacional de Gobierno y Marketing Política de la Universidad Camilo José Cela. Ha sido asesor parlamentario en múltiples ocasiones, coordinador general de campaña y es socio fundador y director de Stralitycs Consultoría Política y de Imagen Pública.

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