Teleología de la Historia
A pesar de su rigor lógico y metodológico, Kant hace referencias a la mano del Dios cristiano en los asuntos del hombre. No obstante, aporta interpretaciones significativas en el pensamiento político. En “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita” menciona varios “principios” que tratan de explicar “los designios de la naturaleza”:
1) ésta posee un carácter teleológico: responde a una finalidad [la voluntad celestial];
2) la naturaleza racional del hombre no se desarrolla en un individuo, sino en la especie [proceso histórico. Idea que Marx desarrollará ampliamente];
3) debido a su problemática libertad, la naturaleza obliga al hombre a vincularse recíprocamente mediante la sociedad civil y el Derecho, de la validez universal;
4) la historia es la ejecución del plan oculto de la Naturaleza que poco a poco va emergiendo en la Ilustración;
5) el uso práctico de esas intenciones de la Naturaleza como “hilo conductor que alumbra el caminar, como una construcción utópica válida y necesaria” (López Barrientos menciona nueve principios, pero me permití reproducir sólo algunos).
Asume las ideas de libertad (fuente de derechos civiles, igualdad y autonomía) provenientes de la Ilustración y la Revolución Francesa. Correlaciona ética y derecho como sustanciales a la actividad política del individuo y del Estado, sobre la base de preeminencia de libertad e independencia de la persona, si bien insertos en el proceso trascendente del universo. Consideraba “la independencia económica como requisito para la atribución de derechos políticos, excluía del derecho de voto y de la categoría de ciudadanos a los operarii [trabajadores], es decir, a los asalariados, a los trabajadores subordinados, a quienes desarrollaban una actividad regulada por un contrato de locatio operarum” [arreglo de trabajo], así como a las mujeres. (Bobbio, Estudios de historia de la filosofía, 1991)
En “Ideas para una historia en clave cosmopolita”, Kant explica el antagonismo social [Marx le llamó lucha de clases] como “motor de la historia”. Según Kant la historia posee fines trascendentes inspirados por la deidad. Marx explica la historia como producto de luchas sociales y clasistas, ajenas a la merced divina. Tanto López Barrientos, como Hassner y Miguel Rossi (Aproximaciones al pensamiento político de Kant), destacan la idea de Kant sobre “la insaciable sociabilidad de los hombres”, pero la hostilidad amenaza disolver la sociedad. No obstante, ello “despierta todas las fuerzas del ser humano y las desarrolla … [abandona la pereza y es impulsado] a la ambición, al afán de dominio o a la codicia … y se ha desarrollado a través de guerras y competencia, hasta alcanzar la ilustración y el discernimiento ético”. [Esta reflexión es Rousseau en palabras de Kant]
Kant considera el Estado civil como fin en sí mismo, es decir la “la sociedad no es una suma de individuos, sino comunidad” [política]. Los principios “a priori” de este Estado son libertad, igualdad e independencia individual. Todos los individuos se ven sujetos a la misma coacción del Estado, igualdad jurídica que es compatible con las desigualdades económicas y culturales (López Barrientos). Esta postura liberal es precisamente la ideología burguesa que prevalece en la Ilustración. Y es cuanto Kant ambicionaba para Alemania, sumida todavía en esa época en condiciones políticas y socioeconómicas propias del feudalismo.
Marx afirmó en “La Sagrada Familia” que Alemania llegaba tarde a la historia, refiriéndose a su rezago ante las revoluciones liberales y desarrollo capitalista e imperialista de Inglaterra y Francia. Octavio Paz en “El laberinto de la soledad” y “Postdata” parafrasea esta idea de Marx, sin citarlo, al señalar que México también llegó tarde a la historia, de ahí, infiero, las tensiones con EU, intervencionismos, dependencia tecnológico-financiera y desigualdad crónica, la cual, pese a dos siglos de rebeliones y revoluciones, dos imperios, dictaduras, “nacionalismo revolucionario” y democracia contrahecha, no ha sido posible erradicar, por lo que la inconformidad y hasta rabia social, así como violencia criminal, son una constante en la vida nacional.
En la Metafísica de las costumbres, Kant establece identidad y sumisión del derecho a la ética, pero en un sentido amplio como teoría de la virtud (Rossi). Concibe la autonomía del derecho en relación a la moral, “tanto como Maquiavelo lo hizo respecto a la política”, lo cual dejó implícito en la naturaleza y límites de la actividad política. “De esta forma el liberalismo encontraría en Kant su forma jurídica, tal como habría encontrado en Locke y Smith en su forma política y económica respectivamente”. (Rossi)
Según Kant, la democracia es más proclive al despotismo, “porque crea un poder ejecutivo en el que todos deciden sobre uno, a veces hasta contra uno, si no da su consentimiento; por tanto, todos deciden sin ser en verdad todos, lo cual es una contradicción de la voluntad general consigo misma y con la libertad”. En un razonamiento paradójico, plantea que “una forma de gobierno no representativa … puede ser que adopte una forma de gobierno adecuada al espíritu del sistema representativo … lo cual no puede ocurrir en una constitución democrática, porque todos quieren mandar”.
Con ello Kant quiso expresar, según análisis de Salazar Mallén, “cuanto menor sea el grupo gobernante o número de los que mandan, cuanto mayor sea la representación de los que gobiernan, tanto mejor estará de acuerdo la constitución del Estado con la posibilidad del republicanismo”.