“65: AL BORDE DE LA EXTINCIÓN” (“65”)
Hubo una época en que una premisa como la que posee ésta cinta pudo funcionar, pero eso fue hace muchos años cuando la narrativa cinematográfica aún se encontraba en ese proceso de exploración sobre sus posibilidades o alcances en la imaginación de la audiencia y ésta a su vez tenía un espectro mayor en su capacidad de asombro.
Pero ahora, ésta película sobre un explorador espacial llamado Mills (Adam Driver) quien al abandonar su planeta en una misión de transporte donde varios pasajeros lo acompañan en estado de animación suspendida debe aterrizar de emergencia en la Tierra de hace 65 millones de años viéndose forzado a combatir extraños dinosaurios que jamás aparecieron en alguna de las cintas de “Parque Jurásico” junto a la única sobreviviente de su carga humana –una niña llamada Koa (Ariana Greenblatt)- realmente resulta mucho más difícil de tragar, sobre todo porque los directores Scott Beck y Bryan Woods no sólo hacen cero esfuerzo por dimensionar la trama a rumbos más lejanos que ésta premisa de la serie “B” clásica sino además lucran con nuestras emociones al presentar a Mills como un padre en estado de abandono emocional debido a una hija enferma que dejó en su planeta natal y a quien sólo logra ver mediante hologramas del pasado mientras afianza su predecible rol de padre sustituto de Koa quien no habla su idioma y a quien debe salvar constantemente de las amenazas naturales de nuestro salvaje entorno prehistórico.
Curiosamente, Adam Driver –quien tuvo que leer éste guion en algún momento y aún así aceptó estelarizarlo- quiere investir a su personaje de realismo y humanidad y actúa como si todo esto fuera en serio, añadiendo sendas dosis de humor involuntario al proceso mientras que la pequeña Ariana Greenblatt ya puede ir buscando alternativas laborales o dedicarse al estudio porque como actriz no logra funcionar, por lo menos en ésta cinta.
“65” luce y huele a cine de matinée, y si acaso así se hubiera trabajado su narrativa arrebatándole pretensiones o desfiguros dramáticos pudo funcionar, pero éste resultado es algo que queda en cuanto a alcances argumentales o pieza de ciencia ficción muy, pero muy atrasada.
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