Auge y declive de la vitivinicultura en Aguascalientes, 1940-1990

Auge y declive de la vitivinicultura en Aguascalientes, 1940-1990

Nota introductoria

    Uno de los privilegios académicos que tenemos algunos profesores universitarios es conocer y acompañar procesos de investigación de estudiantes de posgrado. Este es el caso de la tesis de María del Carmen López Sánchez, del Doctorado en Estudios Socioculturales de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Su trabajo lleva como título “Evolución Territorial de la agroindustria vitivinícola en Aguascalientes 1940-1990”, y fue asesorado por el Dr. Víctor González Esparza. Como parte del sínodo en el examen de grado, conocí la investigación y compartí la propuesta de que, con algunos cambios, sus resultados fueran publicados en un libro. La ahora doctora López Sánchez nos comparte algunos rasgos de su estudio.

    Ante la pregunta que le formulé sobre los factores que la motivaron para investigar sobre esta etapa de la historia del estado, mencionó que, al no ser originaria de estas tierras hidrocálidas, el acercamiento al conocimiento de una parte de su pasado cercano le brindó la oportunidad de sentirse parte de su nuevo lugar de residencia. A esta circunstancia se unieron los recuerdos de infancia en casa de sus abuelos maternos, en donde se acostumbraba acompañar las celebraciones familiares con una copa de vino. Oporto y moscatel eran los preferidos. “Tales recuerdos –nos comenta- se convirtieron en el aspecto sensible que enamora al investigador, en este caso historiadora, para realizar su trabajo”.

    Como estudiante del doctorado, María del Carmen hizo lecturas de textos especializados y buscó información en archivos y en periódicos de la época. El Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes fue apoyo invaluable. Más aun, ella recurrió a mapas realizados por el INEGI, en donde es posible observar el uso que del suelo se hizo; así también, entre otras actividades, revisó la información contenida en los censos agrícolas, ejidales e industriales encontrados en la biblioteca de la mencionada institución.

    La información de este estudio dio bases suficientes para ubicar el desarrollo de la agroindustria vitivinícola en Aguascalientes, como parte de un proceso más amplio a nivel nacional. Y en esta importante historia, el nombre de Nazario Ortiz Garza es importante.

    El lugar y la historia de un gran proyecto

    Para la doctora María del Carmen López la expresión “evolución territorial” se refiere a un lugar y a su historia. En este estudio, el lugar es la región central del estado de Aguascalientes, de norte a sur, o de sur a norte, conocido como valle de Aguascalientes. Tal lugar cuenta con dos características medulares para el desarrollo de la agricultura: suelos de la mejor calidad y agua, que hasta hace algunas décadas era suficiente para regar extensas áreas de cultivo. Ahora, desgraciadamente, tenemos un grave problema de este preciado líquido.

    La uva, como es sabido, constituye el elemento fundamental para elaborar vinos y brandis, ambos son los principales productos de la industria vinícola, luego entonces, el cultivo de vid, planta que produce la uva, fruto cuyo jugo es industrializado, se vincula estrechamente a la agroindustria vitivinícola, misma que para poder desarrollarse requiere de suelo agrícola de buena calidad y agua, entre otros elementos.

    Este desarrollo siguió una evolución, es decir, una serie de cambios mostrándose cada vez más fuerte, de tal forma que a inicios de los años cuarenta del siglo XX la agroindustria vitivinícola principió su evolución, fortaleciéndose poco a poco hasta que entró en crisis y cerró en bancarrota. Por lo tanto, señala la autora, la evolución llevó a esta agroindustria a un punto máximo de desarrollo para después entrar en declive.

    En este proyecto, se requirió de otros elementos, como el financiero, la mano de obra y la tecnología, por mencionar sólo algunos. Para asegurarse de contar con estos recursos, conforme su demanda iba en ascenso, esta agroindustria debió ejercer un control sobre ellos valiéndose de un factor clave que cubriera tales necesidades, este componente fundamental es identificado como Poder, el cual fue ejercido por personas con nombres y apellidos en este territorio.

    La herencia hispánica

    Antes de continuar con los actores involucrados, acota la doctora María del Carmen López. viene bien recordar que el cultivo de vid ha sido considerado uno de los más característicos en Aguascalientes, puesto que hay evidencias de que fue uno de los primeros en llevarse a cabo al ser fundada la villa de Nuestra Señora de las Aguas Calientes en 1575, población que al paso del tiempo dio lugar a la actual ciudad de Aguascalientes, “semilla” del estado del mismo nombre.

    A pesar de ello, no existe evidencia de que en algún momento de los más de 400 años de existencia de esta población la uva haya tenido el auge logrado en la segunda mitad del siglo XX. Con todo, la vid y el vino fueron introducidos por los españoles durante la conquista, dedicando parte de sus esfuerzos colonizadores a iniciar el cultivo en prácticamente todos los lugares en donde se asentaban, y esto refiriéndonos no solo a la conquista armada en sí misma, sino a la “conquista espiritual”, dado que la presencia de vino era y es indispensable para realizar el rito de la consagración en la religión cristiana.

    Es así que el significado religioso del vino y de las uvas, así como la costumbre arraigada de los españoles de consumir vino de forma habitual, como parte de sus costumbres, tanto en la cotidianidad como en las celebraciones, por solo mencionar un par de ejemplos, se aunó a la dificultad de conseguir vino en las tierras recién conquistadas.

    Tal situación es de considerar dado que los medios de transporte y las vías de comunicación representaban largos y cansados viajes, que, tratándose del vino, las posibilidades de que llegase a su destino en buenas condiciones para ser consumido no eran muy altas. Lo que sí llegaba a niveles elevados era el precio; por lo tanto, los viñedos empezaron a aparecer y aumentar constantemente, aunque, justo es decirlo, no en todas partes fructificaba la vid, o bien su fruto.

    Muchos años tendrían que pasar para que, en ciertos lugares como Parras, Coahuila, y Aguascalientes, los resultados fueran satisfactorios, en cuanto a la uva, y, por consiguiente, al vino. Es así que la larga historia de permanencia de viñedos y pequeñas industrias artesanales de vino en Aguascalientes no había registrado importancia tan evidente como lo fue en la época que abarca el estudio que aquí referimos.

    El emporio de Ortiz Garza

    En el contexto internacional de la posguerra, el gobierno mexicano, particularmente durante el gobierno de Miguel Alemán Valdés (1946-1952), impulsó un proyecto económico denominado Sustitución de Importaciones, y los vinos y brandis formaron parte de los productos que fueron sustituidos por los importados. En este nuevo escenario, no pocos políticos supieron tomar ventaja, siendo para el caso de la vitivinicultura, el exgobernador y exsenador por Coahuila Nazario Ortiz Garza, que creó dos empresas muy importantes en Aguascalientes: Viñedos Ribier, instalados en 1947, y Compañía Vinícola de Aguascalientes, fundada en 1954.

    El empresario siguió un modelo productivo intensivo y fue apoyado por los gobiernos federal y estatal. Pertenecía a la “familia revolucionaria” y se benefició de ello. Antes de instalarse en Aguascalientes, ya se había iniciado como vitivinicultor en su natal Saltillo, desde los años treinta. Su liderazgo permitió que los productores locales accedieran a crear una organización que les ayudara a mejorar su producción, puesto que se trataba de un negocio prometedor, y creó la Asociación de Vitivinicultores de Aguascalientes en 1954.

    Con este impulso, se creó la Feria de la Uva, evento anual que dio lucimiento a la agroindustria y que atrajo la inversión. Además, fue un proyecto cultural y artístico que involucró a los habitantes de Aguascalientes y atrajo a artistas famosos de la época, como María Félix y Mario Moreno “Cantinflas”, entre otros.

    La organización pertenecía a la Asociación Nacional de Vitivinicultores, que varias veces dirigió Nazario Ortiz. En la asociación local y/o en el negocio estaban gobernadores, que usaban su poder para sacar provecho: Jesús María Rodríguez, Luis Ortega Douglas, Enrique Olivares Santana, Rodolfo Landeros Gallegos y Miguel Ángel Barberena Vega. Ellos tenían dinero e influencias, y los viñedos y plantas vinícolas requerían de una gran inversión.

    También figuraron comerciantes como Filemón Alonso, y agricultores como los hermanos Valdés, e incluso el general de división, ex revolucionario Simón Díaz Estrada, y José Aceves Díaz de Sandi, funcionario público. Destacaron viñedos como los Cariñan, La Trinidad, El Carmen y Cuatro Ciénegas. Otro tipo de inversionistas fueron toreros como los hermanos Armilla o quienes ocuparon algún cargo público a nivel federal como Octaviano Campos Salas, secretario de Industria y Comercio en el gobierno de Adolfo López Mateos.

    En los años setenta el sector vitivinícola involucró a los ejidatarios como productores. La política económica del gobierno de Luis Echeverría (1970-1976) le dio un fuerte impulso a la fruticultura a través de CONAFRUT. La uva, entonces, obtuvo un mayor impulso en el país, destacando Aguascalientes como primer productor nacional. El acelerado crecimiento continuó hasta 1979-1980, cuando el número de hectáreas ocupadas con viñedos llegó a más de diez mil y la cantidad de plantas vinícolas a más de treinta, representando un alto porcentaje de la industria instalada en todo el país. En este contexto, destacó la presencia de dos de las más grandes empresas del momento: Casa Pedro Domecq y Vinícola Vergel.

    El declive

    Según la investigación de la Dra. María del Carmen López, al iniciar los años ochenta se fueron gestando o acentuando conflictos internos entre los productores de uva y las empresas vinícolas, conflictos originados principalmente por el precio que tales empresas imponían a la uva y que no redituaban a los viticultores. Los precios de producción eran altos, tomando en cuenta los múltiples problemas que los viticultores enfrentaban, como, por ejemplo, el agua, que fue escaseando y que presentaba altos contenidos de sales, y el alto costo de la energía eléctrica que movía las bombas instaladas en los pozos para el riego.

    Otro problema eran las enfermedades y plagas, para las que no siempre y no todos los viticultores estaban preparados para combatir. A esta problemática se sumó el desprestigio de los brandis, no sólo de los producidos en Aguascalientes, sino en todo el país, debido al uso excesivo que los vinicultores hicieron del azúcar. Es decir, en un afán de bajar los costos de producción y elevar las ganancias, las empresas vinícolas sustituían jugo de uva por azúcar, adulterando el brandy, su principal producto. Denuncias y protestas por la baja calidad del producto lograron que tanto la Secretaría de Hacienda como la de Salubridad y Asistencia tomaran cartas en el asunto, revisando y realizando auditorías.

    El problema resultó mayúsculo, por lo que el gobierno prohibió el uso de azúcar a este sector, a partir de entonces las vinícolas decayeron tan rápido como se habían fortalecido, la quiebra no se hizo esperar. También se detectaron malos manejos en los negocios, según nos cuenta la doctora María del Carmen López. Los vinicultores solían facturar amparando una cantidad de uva mayor a la que en realidad adquirían, además de que no pagaban completo ni en efectivo por la uva a los viticultores. Les pagaban una parte en efectivo y otra en vales a tres o seis meses, u otro plazo.

    Como resultado, desaparecieron viñedos y vinícolas, cambiando no solo el paisaje, el uso del suelo, sino dejando sin trabajo a miles de personas que subsistían gracias a esta actividad. Si antes tenían trabajo mal pagado, ahora tenían que buscar otras formas de subsistencia.

    Según comenta la autora de la tesis, a principios de los años ochenta, además, la política económica del país cambió dando paso al neoliberalismo, el cual llevó a una crisis económica que afectó a múltiples sectores productivos y de servicios. Con este nuevo proyecto se terminó el proteccionismo para algunos productores y se abrieron las fronteras a los productos de importación, entre ellos los vinos. Por ello, los brandis mexicanos no pudieron competir con los que se compraban de fuera.

    La época de auge vitivinícola terminó dando fin también al territorio que formó. Se impulsó la industria y en el campo aparecieron otros cultivos. Sin embargo, esta etapa vitivinícola queda en la memoria del estado y del país, resguardada por los historiadores y por personas mayores que vivieron aquellos años.

    En la actualidad, la actividad vitivinícola en Aguascalientes ha revivido de otra forma, con otra vocación productiva, privilegiando la producción de vinos, de esa bebida fermentada que ha conservado significado cultural universal. Pero, esta nueva experiencia que ahora, en 2024, vivimos los aguascalentenses es, ciertamente, otra historia.

    Dra. María del Carmen López Sánchez
    Dra. María del Carmen López Sánchez

    Carmen Valdés, primera reina de la Feria de la Uva, entrega el cetro a María Luisa Díaz Torre, segunda reina de la Feria, agosto 1955.
    Carmen Valdés, primera reina de la Feria de la Uva, entrega el cetro a María Luisa Díaz Torre, segunda reina de la Feria, agosto 1955.

    María Félix y Nazario Ortiz Garza
    María Félix y Nazario Ortiz Garza

    María Félix y Nazario Ortiz Garza
    María Félix y Nazario Ortiz Garza
    Mario Moreno “Cantinflas” en Aguascalientes
    Mario Moreno “Cantinflas” en Aguascalientes

    Ceremonia en el Congreso del Estado declarando Ciudadano Distinguido a Ortiz Garza, 1958.
    Ceremonia en el Congreso del Estado declarando Ciudadano Distinguido a Ortiz Garza, 1958.

    En los Viñedos Ribier [1956].
    En los Viñedos Ribier [1956].

    La otra cara de la vitivinicultura
    La otra cara de la vitivinicultura

    Aguascalientes, Ags. México. - Viñedos Rivier Aguascalientes.  #AguascalientesAgsMéxico #ViñedosRivierAguascalientes Adrian Lopez  Valenzuela Les comparto 4 fotografías de la recolección de uva en los Viñedos  Rivier, (Las fotos son propiedad de la Familia
    El fin de una empresa
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    Salvador Camacho Sandoval

    Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

    Salvador Camacho Sandoval

    Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

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