Balance de las precampañas

Balance de las precampañas

La ficción se evidenció con la conclusión de la llamada precampaña, preludio de un periodo de limbo electoral, raro y bizarro,

No entiendo la lógica de los legisladores al aprobar una rebuscada reforma electoral, que en los hechos no logró acortar el periodo de campaña como supuestamente pretendían. La ficción se evidenció con la conclusión de la llamada precampaña, preludio de un periodo de limbo electoral, raro y bizarro, que al parecer no es debidamente comprendido por partidos y candidatos, que la normatividad electoral llama intercampaña. Etapas que por cierto no corresponden a la del proselitismo formal, que empezaría inmediatamente después de la conclusión de ambas. Para qué tienen que complicarse tanto la vida.

Quién creyó que el periodo de precampañas (que por cierto ha concluido hace algunos días), no fue una verdadera campaña proselitista, ni se circunscribió como formalmente se debía a acciones de convencimiento al interior de los partidos, está fuera de la realidad.

El Instituto Nacional Electoral es el responsable de vigilar que se siga y respete la ley correspondiente y aquí, en el tema que nos ocupa, se sigan las reglas en cuanto a estas tres etapas señaladas. Y esto no es simplemente por anotarlo, sino para que se hubiese actuado en consecuencia, de tal manera que no se solape la ficción y simulación con la cual han actuado los tres frentes conformados en el actual proceso electoral. El organismo electoral se ha hecho de la vista gorda.

Porqué señalamos esto. Los tres hasta hace poco precandidatos, dígase Meade, Anaya y López Obrador, prácticamente eran los candidatos de sus correspondientes frentes, no requerían convencer al interior de los partidos que en los hechos ya habían determinado su postulación, sólo faltaba la formalización. Pero tampoco lo hicieron así, pues ésta se dio en la intercampaña. La realidad es que utilizaron la precampaña para hacer proselitismo hacia afuera, medir fuerzas y desplegar la guerra sucia con los demás contendientes.

Habrá que ver cuánto gastaron cada uno de los partidos y candidatos durante la precampaña, qué porcentaje representa en lo que son los topes de campaña y si siguen con el espíritu de austeridad en el gasto electoral. Lo cual adelantaría como conclusión que no fue así, el gasto seguramente fue oneroso. Y si eso es así se pone en entredicho la consideración de que la reducción del tiempo de las campañas era para abatir significativamente los costos, en un país donde las prioridades económicas son otras.
Con esa tendencia nadie puede garantizar que la etapa conocida como intercampaña, salvo sus propias particularidades, vaya a tener el criterio de la austeridad como eje. Al contrario, ya hemos visto que salvo actos presuntamente públicos o entrevistas en los medios de los ya candidatos, sus partidos siguen desplegando acciones proselitistas y de guerra sucia. Las redes sociales se han convertido en un rico semillero en este sentido.

Lo único que podríamos diferenciar es que ya en el proceso de propaganda y promoción del voto, se intensificarán las campañas, el proselitismo y el llamado a votar por sus candidatos. Podrá haber variado en forma pero no en el fondo.

Estoy de acuerdo con quien señala que, “la ley podrá haber dividido los periodos, pero en los hechos no pudo resarcir la deficiencia procedimental y las largas campañas, cuando eran de por lo menos seis meses y a veces más, en tanto las postulaciones se hacían desde octubre del año anterior a la elección, casi siempre fijada para el primer domingo de julio”.

Debemos insistir en que las campañas presidenciales deben ser cortas, sin gastos excesivos y donde se desplieguen más propuestas y alternativas, que ataques y diatribas, que ahora han convertido a la guerra sucia en la forma de hacer campaña.

Lamentablemente por ahora no podemos hacer nada, salvo llamar a los partidos y candidatos que actúen con cordura y limiten sus gastos de campaña. Pero para después de la conclusión del proceso electoral, ir viendo la necesidad de una verdadera reforma electoral, sin parches como lo han venido haciendo en las distintas legislaturas. También se requiere que, la reforma no sólo resuelva definitivamente el acortamiento de los procesos electorales, que permita disminuir los gastos excesivos de las campañas, sino también asegurar la transparencia de actividades y la equidad entre fuerzas y precandidatos.

 

Daniel Carlos García

Aguascalentense de nacimiento, comunista por convicción y médico por estudios en la UNAM. Militante activo de la izquierda marxista desde la década de los 70’s; fue miembro y dirigente de los partidos: PCM, MAUS, PSUM, PMS Y PRD. Periodista por vocación y colaborador de diversas publicaciones. Ha escrito diversos libros, entre ellos: “Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes”, “El perredismo en Aguascalientes” y el “Diccionario de la Izquierda en Aguascalientes”, “Historia y situación del cooperativismo en el DF” y “Las mujeres en la Revolución Mexicana”. Fue Director de Capacitación para el Empleo del Gobierno del Distrito Federal (2000-2005); asesor del Srio. de Gobierno del GDF y Director de Estudios y Estadísticas del Trabajo (GDF 2007-2012). Actualmente es Gerente de Saludo en CENFES, AC, así como organizador y dirigente del Movimiento Comunista Mexicano (MCM).

Daniel Carlos García

Aguascalentense de nacimiento, comunista por convicción y médico por estudios en la UNAM. Militante activo de la izquierda marxista desde la década de los 70’s; fue miembro y dirigente de los partidos: PCM, MAUS, PSUM, PMS Y PRD. Periodista por vocación y colaborador de diversas publicaciones. Ha escrito diversos libros, entre ellos: “Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes”, “El perredismo en Aguascalientes” y el “Diccionario de la Izquierda en Aguascalientes”, “Historia y situación del cooperativismo en el DF” y “Las mujeres en la Revolución Mexicana”. Fue Director de Capacitación para el Empleo del Gobierno del Distrito Federal (2000-2005); asesor del Srio. de Gobierno del GDF y Director de Estudios y Estadísticas del Trabajo (GDF 2007-2012). Actualmente es Gerente de Saludo en CENFES, AC, así como organizador y dirigente del Movimiento Comunista Mexicano (MCM).

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