Buenos o malos, honestos o deshonestos, blancos o negros

Cortos o largos, no pasarán más de unos cinco meses para que queden definidos y revelados los nombres de los aspirantes a ocupar la gubernatura de Aguascalientes para el periodo 2022-2028, aunque por estos días con mayor insistencia suenan los nombres de quienes llevan la delantera para encabezar las fórmulas de los partidos.

Poner o quitar nombres o tratar de dibujar escenarios lo dejamos para un ejercicio que sirva de algo cuando la elección interna de cada una de las formaciones con registro haya dado por firme las listas, y a partir de ello, de arriba a bajo se puedan entresacar proyecciones, acuerdos traducidos en alianzas sobre el papel, y además ausencias que puedan significar alejamientos o fracturas, y por supuesto, fugas y alambrismo de un partido hacia otro, que también dejarán en claro la verdadera alineación de los actores dentro de las élites de poder locales, y cuya significación representará además efectos de diversos volúmenes en la caja de resonancia nacional con miras al otro proceso, 2024.

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Queda esperar, ojalá, que en los tiempos que corren y en los más intensos por venir, las otras aristas de la competencia política dejen algo más que el ruido mediático que ya resuena en la vida pública. Ya días cortos como el amor, o largos como el olvido, esperamos por lo menos tener una jornada de real oportunidad de evaluar, y por supuesto de participar de manera ciudadana en la construcción de esos caminos transitables que nos permitan seguir andando entre este berenjenal.

Habrá que demandar de todos y de cada uno de los aspirantes la mayor capacidad de sumar ideas y esfuerzos más allá de sus colores, porque la única certeza que ahora tenemos como sociedad, es justo que los desafíos que tenemos frente a nosotros, más lo que viene por delante, requieren del consenso social más amplio y de todas las voluntades, empeñadas en salir de este atolladero, que hay que repetirlo, no es cualquier atolladero.

Y es que solo así, mediante un consenso amplio y un trabajo organizado y constante, más allá de ganadores, estaremos en condiciones de en verdad zanjar obstáculos y emprender las nuevas tareas tan diversas que la realidad nos impone. Requerimos mucha seriedad, ideas, argumentos, debate serio, y sobre todo desterrar del diálogo público esta desgastante polarización que ha acabado por dividirnos a secas, entre buenos o malos, honestos deshonestos, blancos o negros.

De igual manera hay que pedir a los ciudadanos el quehacer de la reflexión necesaria, el ánimo calmo, para distinguir a la hora de seleccionar, entre proyectos que puedan ser comunes, o de mera aventura en pos de fortunas y glorias personales. Estar por estar.

Desde ya demandar que los ofrecimientos tengan carne y hueso, que se nos den rutas y programas viables, de gran ambición y potencial transformador en lo social. y que hasta en las raciones de esperanza que se nos lleguen a repartir podamos probar un poco de razonada esperanza, nada más, pero nada menos.

Batallas imaginarias

Cordura, serenidad, algo de altura de miras habrá que pedir desde ahora, cuando desde las redes sociales se aceleran los golpeteos y las perversas campañas de estiércol van proliferando, ya encubiertas o ya representadas sin recato alguno por personajes de toda condición y ralea, empeñados en ganar desde ahora posicionamiento en encuestas sospechosistas, o imaginarias batallas, de esas que aún cuando no sean capaces de derribar adversarios, puedan llegar a ser de alguna manera instrumento de negociación y chantaje, en tanto la comunicación y su sentido social se tergiversan en beneficio de, para quienes una vez si y otra también, se dan a pescar en el río revuelto.

En lo más serio. Lo próximo deberá significar movernos de manera segura en el tránsito a una economía más circular, menos intensiva en recursos naturales, para poder acceder a un programa masivo de rehabilitación de ciudades y viviendas que apuesten por la movilidad sostenible e inteligente; una estrategia de conservación de la biodiversidad y la reforma de la agricultura y del uso del suelo, con estrategias innovadoras. En concreto señalar que a nada bueno arribaremos sin el recurso que ahora estamos dilapidando, el agua, y que tampoco tendremos buen camino si las asimetrías sociales se siguen ensanchando.

Nuestra democracia no aguanta más la cargas impuesta por las luchas facciosas y las decisiones verticales al ejercer el poder político, muy por el contrario, el poder emanado de la democracia en sociedades de masas -hay que repetirlo-, como bien dice Bobbio; debe ser argumentado en decisiones eficaces; “tomadas por un número suficientemente pequeño de personas en nombre del mayor número”.

Lo que estará por agendarse en Aguascalientes deberá ser una convocatoria amplia, de fondo y horizontal para enfrentar los gravísimos problemas que padecemos.

Publicado en “Hidrocálido”. 06.10.2021