LA CORTE DEMONIACA CONTRA EL CLERO
En redes sociales ha fluido desinformación en la que se menciona que existe una Iniciativa del Presidente de la República para prohibir la colocación de pesebres o nacimientos en todo el país. Nada más falso que tales afirmaciones.
Lo cierto es que el próximo 09 de noviembre se tiene prevista la discusión, por parte de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de un proyecto que pretende prohibir la colocación de símbolos religiosos en las calles.
Dicho proyecto se elaboró para resolver la interposición de un amparo en contra del municipio de Chocholá, en Yucatán, para impedirle la colocación de símbolos religiosos en espacios públicos, así como la erogación de recursos con el mismo fin.
Por supuesto, fanáticos ultraderechistas lo miran como un atentado en su contra, pues es propio de estos mirar como una transgresión todo aquello que no complazca plenamente sus convicciones y creencias.
No se trata de prohibir celebraciones religiosas en las calles ni la colocación de altares o nacimientos en la vía pública, como de forma mal informada o mal intencionada, algunos han hecho creer; el proyecto simplemente prevé que el municipio deberá abstenerse de colocar en espacios públicos y erogar recursos en “signos que hagan alusión a una convicción religiosa específica”.
Es altamente probable que dicho proyecto prospere, pues la separación Iglesia-Estado es un pilar fundamental en la constitución política del país y el solo hecho de que el Estado gaste recursos en signos religiosos, es una clara violación a la laicidad establecida en la Carta Magna mexicana.
Sabemos que una amplia mayoría de mexicanos se declara como católica, pero quienes desean que se mantenga la tradición de colocar nacimientos y adornos religiosos, olvidan u omiten que la responsabilidad del Estado es gobernar para todos; de otra forma, en una visión de justicia e igualdad, se debería invertir en colocar símbolos para celebrar al sol, la cosecha, Huitzilopochtli, hanukkah o cualquier otra festividad no católica que se le ocurra. Claro está, ambas opciones no deben ser en la visión de un Estado laico.
Si la Suprema Corte concede el amparo en cuestión y declara como inconstitucional el acto reclamado, se abrirá la puerta a que en el resto del país los jueces federales hagan lo mismo ante cualquier demanda de amparo al respecto, por lo que, en poco tiempo, la simbología religiosa desaparecería de las calles de México.