Es Claudia
De acuerdo con todos los sondeos al momento (sí, todos), la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es la figura más notable y competitiva rumbo a la sucesión presidencial del 2024. Si bien la irrupción de Xóchitl Gálvez causó buenas expectativas entre la opinión y su nombre se ha mantenido en la conversión mediática (y de redes sociales), parece haber más resistencias a lo interior que continúan restándole fuerza y complicándole el camino, en lo que se ha querido mostrar como un proceso democrático y justo para los partidos que integran el Frente Amplio por México.
Mientras eso pasa, la ex jefa del gobierno capitalino avanza sin mayores complicaciones en la carrera interna de Morena e incluso ha dado muestras impecables de su interlocución política, sentándose con la clase empresarial del país a quienes ya está consultando para armar su proyecto económico rumbo a los próximos años. Las amenazas y denuncias de Marcelo Ebrard, quien ocupa la segunda posición en las encuestas, también confirman que la candidata será Sheinbaum, pues sin duda alguna está anticipando su derrota.
Claudia ha venido trabajando la candidatura desde hace años y cuenta hoy con el respaldo de los principales operadores políticos del partido. Nada más y nada menos que trece gobernadores morenistas apoyan su causa. Su ventaja es amplia y su arraigo al interior del movimiento lopezobradorista muy profundo. Que a muchos disgusten sus formas o que incluso la califiquen de desangelada, no le restan los diferentes méritos y talentos que la han colocado donde está. Su trayectoria política y académica. Sus logros al frente del Gobierno de la Ciudad de México (seguridad pública, movilidad, económica y desarrollo social por citar algunos rubros). Su estrategia de tierra para posicionarse.
Es cierto que en política todo puede pasar. Así apareció Xóchitl y así se está colando Beatriz Paredes. Incluso cualquiera de ellas podría crecer con una buena campaña. Pero sí hoy fueran las elecciones y Claudia Sheinbaum fuera la candidata de Morena, el triunfo sería contundente. Las razones: el amplio padrón de beneficiarios de programas sociales, la aprobación del presidente López Obrador (superior al 50%), las veintidós gubernaturas que gobierna el partido guinda, la falta de un discurso sólido por parte de la oposición y por supuesto, el nivel de conocimiento de la ex mandataria de la CDMX.
Y así, mientras todo apunta que el próximo 6 de septiembre será Claudia Sheinbaum quien encabezará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, en el frente opositor siguen los «coletazos» del último reducto del priísmo, encabezado por Alito Moreno, peleando la candidatura presidencial con una figura como Beatriz Paredes, a quien si bien no se le niega su elocuencia, inteligencia y talento político; parecer estar fuera del momento generacional que estamos viviendo en México. Del otro lado, repito, le siguen complicando el camino a Xóchitl, mientras Claudia avanza en caballo de hacienda hacia el arranque de las campañas para renovar la Presidencia de la República.