GAMIFICACIÓN es más que un juego.
El ser humano es por naturaleza curioso desde su nacimiento. Lo percibimos desde los primeros meses en su desenvolvimiento donde claramente está presente la necesidad de explorar el entorno con un deseo por conocer todo aquello atractivo a los sentidos. Luego de adulto, ese mismo niño, va tomando otro matiz, a través de actividades deportivas o juegos de mesa, cuando efectivamente el deseo es crear la conexión consigo mismo por medio del flujo –tiempo invertido sin ser consiente-. Ya sea a nivel competitivo, colaborativo o por pura diversión el adulto comprende mejor y se desarrolla en un entorno a través del juego.
-.[bctt tweet=»Luego de adulto, ese mismo niño, va tomando otro matiz, a través de actividades deportivas o juegos de mesa, cuando efectivamente el deseo es crear la conexión consigo mismo por medio del flujo –tiempo invertido sin ser consiente-.» username=»»]
En nuestros días el juego serio es una metodología para el aprendizaje estricto para los adultos, sin embargo, la gamificación utiliza herramientas lúdicas para comprender y desarrollar mejor una tarea cualquiera que sea ésta sin tener estrictamente que ceñirse a un método, simplemente añade valores de las herramientas de juego para enriquecer la experiencia, motivando emociones y comportamientos de los involucrados.
El trabajo a distancia llegó para quedarse, en la nueva enseñanza es muy necesario preparar a todos aquellos que usan la tecnología para aprender y trabajar, herramientas digitales para abatir primero la apatía y en segundo lugar el enfado por el cúmulo de horas invertidas frente a una pantalla. Lo importante es transmitir con intuición y facilidad las herramientas, el reto del juego es fundamental para saber motivar a todos los presentes y no caer en la monotonía una vez dominado el juego.
El lugar exacto para generar expectación es exhibir al juego desde un sentido donde todos podemos jugarlo y emplearlo más allá del escritorio y del área común. Es como una suerte de democracia participativa donde existe un árbitro o mejor dicho un moderador para moderar las intervenciones a través del juego. Este proceso de gamificación ya sea en la oficina, en el aula o en taller llega a formar parte de una sinergia con el ánimo de ser más productivos y con fortuna aprender mejor todos.