“MATILDA, DE ROALD DAHL: EL MUSICAL” (“ROALD DAHL´S MATILDA: THE
MUSICAL”) – NETFLIX
Matilda Wormwood (Alisha Weir) es una niña brillante, bondadosa y muy lectora que vive en el
seno de la familia equivocada pues sus padres, el Sr. y la Sra. Wormwood (Stephen Graham y
Andrea Riseborough, respectivamente) la repudian desde su nacimiento llevando además una vida
disoluta y hedonista donde él se dedica a la estafa automotriz mientras ella sólo haraganea en casa,
hasta que ambos se percatan de que la niña no va a la escuela por lo que es inscrita en la tenebrosa
Academia “Apachúrralos” dirigido por la imponente, malhumorada y sardónica Señorita
Tronchatoro (Emma Thompson con un irreconocible maquillaje) que les hace ver su suerte a todos
los niños que integran el liceo y quienes llevan una existencia miserable y gris debido a que maneja
el recinto con mano de hierro.
La única luz esperanzadora en la vida de Matilda es una maestra
bondadosa e interesada en el cuidado de los pequeños de nombre Miel (Lashana Lynch), a la postre
su mejor amiga y mentora en el uso de los emergentes poderes mentales de la inteligente niña quien
elucubra la manera de que su maestra Miel y todos sus compañeros se libren de una vez por todas
de la temible Tronchatoro.
De este modo la trama sigue fielmente tanto el texto de Dahl como la
popular cinta de 1996 estelarizada por Mara Wilson y Danny de Vito (quien también dirigió y narró
la cinta) procurando un seguimiento a la tesis de la novela original en cuanto a enunciar un himno a
la libertad partiendo de una perspectiva relativamente oscura (todos los miedos infantiles se
condensan en éste relato como el abandono, el rechazo familiar, prospectos de orfandad, figuras de
autoridad pavorosas, etc.) pero con la novedad de realizar una exploración más a fondo al respecto
utilizando canciones y numerosas coreografías adaptando la obra de teatro de Tim Minchin y alguna
vez dirigida por Matthew Warchus, quien también se encarga de ésta lid para la iteración
cinematográfica.
Matilda será aquí un conducto para el derrumbe y posterior reedificación de los
procesos de inocencia infantiles estableciendo un rol más activo y complejo que en la cinta
noventera expandiendo sus niveles psicológicos a través de un cincelado más detallado de su
personalidad y relatando historias que nos hablan más de su condición existencial que de una mera
condición fabulista ( su crónica de una ficticia pareja de trapecistas es trágica y mágica
simultáneamente) dependiendo mucho de la interpretación de la muy madura para su edad Alisha
Weir para que esto funcione.
Y así ocurre gracias a su excelente desempeño como ente protagónico
apoyada perfectamente por todo el reparto mientras que la historia, si bien desalentará a quienes
aborrecen el formato musical y descorazonará a quienes aprecian al filme original por su candor y
sencillez narrativa ( ésta versión sumerge a su trama, situaciones y personajes en aguas más densas
y siniestras), logra un desarrollo claro y atractivo gracias a su correcta y muy colorida puesta en
escena que traspola las atmósferas en momentos surreales de Dahl en una coherente realidad.
Ésta puesta al día de “Matilda” funciona por méritos propios y lo mejor es que jamás busca derribar el
pedestal de su predecesora, logrando a su vez erigirse uno propio que sólo el tiempo y el público
dirán si se sostiene con la misma fortaleza que la cinta del ’96.