Mayor discriminación menos democracia
El pasado 25 de mayo el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022, financiada por el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (CONAPRED), resultados que poco se analizaron en los medios y que me parece necesario llevar a cabo por la relevancia del tema para la democracia. Desde que se fundara el CONAPRED en abril de 2003 (impulsado principalmente por Gilberto Rincón Gallardo, a quien recordamos como uno de los constructores de una democracia más allá de lo electoral), se vio la necesidad de una agenda que previniera y combatiera todo tipo de exclusión (por origen étnico, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, de salud, embarazo, religión, opiniones, preferencias sexuales, etc.) y que implicara la ampliación de derechos y libertades de diferentes grupos que tradicionalmente han padecido prácticas discriminatorias.
La fundación de dicho Consejo fue resultado de una clara agenda impulsada por Gilberto Rincón Gallardo como lo hemos comentado, quien había sido candidato a la presidencia en el 2000 por un efímero partido socialdemócrata, tan necesario en estos momentos por su impulso de una izquierda democrática. Debo decir, contra la idea del voto útil y en clara oposición de mis amigos en ese momento, que sigo pensando que haber votado por Democracia Social en ese año 2000 me sigue pareciendo un acto que confirma que nuestra transición democrática quedó trunca. Cuando se empezó a decir que ya vivíamos en plena democracia, se nos olvidó que junto con el fortalecimiento del INE era necesario ampliar y consolidar otras instancias que podrían jugar un papel igual o más relevante en la realización de una democracia social.
La definición de discriminación de la que parte la ENADIS tiene que ver “con el rechazo social basado en estereotipos, prejuicios, estigmas y valores culturales de acuerdo con lo que una sociedad o grupo considera características aceptables”, es decir que considera los consensos sociales en la materia. En otro momento reflexionaré sobre las diferencias entre discriminación y racismo, cuestión que el propio CONAPRED ha desarrollado, pero por lo pronto baste decir que al igualar toda discriminación como racismo, como lo han dicho incluso historiadores profesionales, puede terminar por impedir reformas específicas que siguen pendientes en nuestra frágil democracia.
Los resultados de la ENADIS muestran en prácticamente todos los grupos seleccionados (indígenas, afrodescendientes, con discapacidad, migrantes, diversidad religiosa, adultos mayores de 60 años, adolescentes y jóvenes, mujeres de 18 años y más, trabajadoras del hogar, diversidad sexual y de género y población de 18 años y más) un crecimiento de la percepción de discriminación. No hay datos comparativos para diversidad sexual y de género y afrodescendientes, pero estos grupos claramente han manifestado en 2022 ser los más discriminados en el país con 37.3% y 35.6% respectivamente. Le siguen con mayor discriminación las trabajadoras del hogar (de 28.8% a 34.6% entre 2017 y 2022), las personas discapacitadas (creció de 24.6% a 33.8% entre 2017 y 2022) y los adolescentes y jóvenes (la percepción creció de 21.4 a 28.5%).
Entre la población de 18 años y más de la diversidad sexual y de género que declaró haber sido discriminada en los últimos 12 meses, el principal motivo y sexo se encuentra por ser mujer (47.7%) y por su forma de vestir o arreglo personal (44.8%). En el mismo sentido, entre personas afrodescendientes de 12 años y más (40.5% entre mujeres), así como entre adolescentes y jóvenes (43.2%), la percepción de discriminación creció más entre las mujeres. Mujeres y jóvenes en general son grupos que requieren mayor atención, de acuerdo a esta Encuesta.
Más allá de la información específica que pueda analizarse, el riesgo de que se siga incrementando la percepción de discriminación, particularmente entre grupos que reivindican la diversidad sexual y de género, así como mujeres y jóvenes, nos alerta de que las demandas que formaron parte de nuestra transición a la democracia no han sido suficientemente atendidas, tanto a nivel nacional como estatal. No obstante, existe un incremento por ejemplo en el porcentaje de aceptación de que parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio civil, lo que nos habla de que existe un terreno fértil para llevar a cabo una agenda política de nueva generación.
La muestra de la ENADIS fue diseñada para dar resultados a nivel nacional, sin embargo la misma ofrece algunas comparaciones por estado. Los datos específicamente para Aguascalientes, siguiendo este último indicador que es especialmente sensible, el acuerdo de la población de 18 años y más de que personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio civil es del 63% en el estado, muy similar al nacional 65.3%, por lo que se requieren esfuerzos más allá de las fuerzas vivas y las buenas conciencias desde los gobiernos para incrementar y hacer respetar los derechos ciudadanos en el estado.
De acuerdo a lo anterior, la transición a la democracia sigue siendo una tarea pendiente, hasta consolidar una agende que amplíe derechos y libertades a los grupos tradicionalmente discriminados y lamentablemente muchas veces racializados. Frecuentemente escuchamos o leemos por diferentes medios el uso de términos discriminatorios o francamente racistas, lo que nos advierte de algo que la última Encuesta sobre discriminación ha tratado de advertirnos: que la ruptura y por momentos franca confrontación política de los últimos años lo que ha propiciado es agudizar nuestra percepción sobre la discriminación, en lugar de estar ocupados cómo combatirla.
Fuentes consultadas:
INEGI ENCUESTA NACIONAL SOBRE DISCRIMINACIÓN (ENADIS) 2022
INEGI Encuesta nacional Sobre Discriminación ENADIS 2022
