Mónica Rangel, pieza desechable de la política negra

Mónica Rangel, pieza desechable de la política negra

El caso de Mónica Liliana Rangel está envuelto en un entramado político que daría a Maquiavelo materia para otro libro, que modernizaría los métodos y artilugios para llegar al poder, o como perderlo, mantenerlo, trascender o caer estrepitosamente.

Excandidata perdedora de Morena al gobierno del estado y extitular de los Servicios de salud del sexenio priista anterior, Liliana Rangel, fue detenida presuntamente por acusaciones relacionadas con irregularidades en el ejercicio presupuestario de la dependencia que encabezó.

Acusaciones que se venían señalando desde que Mónica estuvo al frente de la Secretaría de Salud del gobierno del Estado, ya que estuvo involucrada en los contratos leoninos, se habla de una malversación de más de 20 mil millones de pesos, que entregó al motivador y dueño de múltiples empresas fachada, Gabriel Salazar Soto, ahora recluido en la penitenciaría potosina de La Pila.

Por ese entonces tanto médicos como residentes y pacientes de los entonces hospitales estatales General de Valles y el Morones Prieto de la ciudad de San Luis Potosí se quejaban de falta de material, sobre todo en el área de urgencias y de especialidades,

Cuando algunos pacientes pedían atención, el director del Hospital, por órdenes de Mónica Liliana Rangel, argumentaba que no había dinero, ni tampoco recursos materiales para atender a los enfermos graves, ya que el presidente Andrés Manuel López Obrador había dejado sin recursos al Sistema de Salud de San Luis Potosí.

La organización Ciudadanos Observando del estado de San Luís Potosí, que venía denunciando múltiples anomalías financieras en los hospitales durante la gestión de la detenida, expresó que espera se proceda legalmente y se haga justicia, pues lo que se le hizo a San Luis Potosí con recursos destinados a la salud, “fue algo verdaderamente brutal, nunca antes visto a esas dimensiones y no puede haber impunidad”.

Pese a todos estos antecedentes recordemos que con fecha del primero de febrero de 2021, Mónica Liliana Rangel Martínez, presentó su renuncia a la Secretaría de Salud de San Luis Potosí, ya que había solicitado licencia para participar en la contienda interna de Morena para la candidatura a la gubernatura. De esa manera inicio la revuelta que se generó no solo en el seno de los morenistas potosinos, sino en los partidos de la coalición (PRI, PAN, PRD) y el partido local Conciencia Popular, que vieron en ese acto sorpresivo negociaciones con Morena de una ala del priismo.

Insurrección que se agudizó en el seno de la 4T local cuando desde sus oficinas, en la Ciudad de México, el Comité Ejecutivo Nacional de Morena decidió que su candidata a la gubernatura potosina era la doctora dejando a las demás aspirantes, todas ellas mujeres por la cuota de género, olímpicamente fuera de la contienda.

La mayoría de la militancia se disciplinó no así la dirigente sindical Francisca Reséndiz, Secretaria General del Sindicato Independiente de las Trabajadoras y Trabajadores de Gobierno del Estado y la actual delegada del ISSSTE Marcelina Oviedo, que realizaron marchas y acciones legales para trasparentar el proceso y llevarlo por canales institucionales; todas ella sin buen puerto. Se impuso la candidatura del Mónica Rangel, llevando a Morena al declive, a la división interna y abriendo la llegada a la gobernatura del estado el candidato del verde, y los diputados de éste al Congreso Local

A esto Julio Hernández López en su columna Astillero escribió: “El batidillo potosino tiene como referencia los pactos entre la llamada 4T en su vertiente legislativa coordinada en San Lázaro por Delgado, ahora comisionado ebrardista para el manejo del partido-movimiento, que originalmente postulaba la Regeneración Nacional.”

Refiriéndose al actual gobernador del Estado Ricardo Gallardo Cardona, Astillero escribía:

“diputado a nombre del Partido de la Revolución Democrática que renunció a dicha organización y a la coordinación de la bancada del sol azteca, y se comprometió, junto a otros impresentables, a votar en el sentido que Morena definiera, a cambio (se dijo oportunamente en las frecuencias astilladas periodísticas) de la candidatura a gobernador de San Luis Potosí en alianza con el Partido Verde Ecologista de México al que se pasó el citado Gallardo, siempre referido en su estado como pieza del rompecabezas violento y corrupto que usa la política como mecanismo de protección y expansión.”

Por lo pronto El fiscal general del Estado, José Luis Ruiz Contreras, reveló que Mónica Rangel Martínez, extitular de los Servicios de Salud, del sexenio priista de Juan Manuel Carreras López, podría enfrentar hasta 27 años de prisión.

Ello debido a los delitos de uso abusivo de las funciones públicas, asociación delictuosa en su modalidad de pandillerismo y fraude específico, que en conjunto suman alrededor de 22 millones de pesos de fraude al erario y hasta 27 años de prisión, según la clasificación jurídica.

Veremos en que termina toda esta novela negra política y policiaca, cuántos involucrados más aparecen y que hay en el fondo de las coladeras del poder. Estos son sus principios. Si no les gustan, tiene otros, parafraseando a Groucho Marx.

 

Pedro Antonio García

Pedro Antonio García

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