El Congreso nacional de Morena y los efectos colaterales
La formación en todos los ámbitos de la ciencia proporciona herramientas para el quehacer que resulta insospechable.
No solamente la curiosidad sino una formación que permite localizar algo que puede contribuir a comprender y emprender con mejor eficiencia y eficacia la actividad debe convertirse en compañía en la construcción del saber, el pensamiento y el proyecto de vida.
“El pensamiento crítico promueve un entusiasmo por el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Imbuida por esta percepción, la sabiduría práctica nos ayuda a recordar que las ideas no son fijas y estáticas, sino que siempre están sujetas al cambio”.
«Un elemento de sabiduría práctica que acompaña al pensamiento crítico consciente es la continua experiencia de sentirse maravillado. La capacidad de asombro, emoción e inspiración frente a las ideas es una práctica que abre de forma radical la mente”.
La convocatoria al III Congreso Nacional Ordinario de Morena no es una casualidad, por lo que el presente artículo nos obliga a delimitar cuál es nuestra pretensión con estas líneas. La cual sintetizaría con un planteamiento de Jacques Le Goff cuando plantea que “nuestra ambición es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quienes construyen y construirán Europa, y a todos los que se interesan por ello en el mundo: «¿Quiénes son los europeos? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van?».
O sea, nuestra ambición es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quiénes construyen y construirán MORENA.
El III Tercer Congreso Nacional Ordinario de Morena ofrece elementos suficientes para entender las mediaciones que los dirigentes nacionales y quienes aspiran a formar parte del Consejo planteen para alcanzar el propósito.
Bueno sería, en este sentido, que los aspirantes y los dirigentes incluyeran en las tareas que realicen explicar qué es la convocatoria, cuáles son sus posturas al respecto y si en este sentido sostienen que la línea de organización y política esbozada proyecta la dirección correcta.
Sin embargo, van a estar lejos de dar respuesta a las preguntas planteadas. Y no es porque la dinámica del proceso se imponga, sino porque el pragmatismo les resulta más eficiente que decir y argumentar al proyecto del partido.
Dicen algunos analistas que la convocatoria no es con el fin de construir y fortalecer el partido, sino con el propósito de mantener la estructura actual y asegurar que una minoría detente las decisiones políticas en el partido.
Se recurre al movimiento para establecerse en la dirección política o ejecutiva del partido y a éste se le deja al amparo de las fuerzas del mercado para el día de mañana, sin mayor compromiso ni contratiempo.
El resultado es una desarticulación; más si consideramos que el movimiento social no es el que se asume divergente a una política pública activa por los colonos, campesinos, empresarios, jóvenes, mujeres; es también el que, desde el terreno del estudio y análisis de la realidad plantea propuestas que se tienen que ir organizando, dialogando y construyendo con anticipación y la interrelación con la sociedad civil.
Se llama a lo anterior crear una formación política, social, cultural, productiva alterna que permita emerger una nueva mayoría.
Como no quiero abusar del lector, escogeré la lateralidad para seguir por esta ruta, sin pasar por alto lo que escribí en las páginas de Cardenche en mi artículo anterior.
Allí decía:
Una pregunta que se debe hacer es si la tarea de plantear la línea de organización de morena se le debe dejar al presidente de la república y grupo gobernante, o al presidente de la organización y las instancias partidarias instituidas estatutariamente, o a las instituidas al margen del estatuto.
El esquematismo no me gana y menos la inflexibilidad para hacer el planteamiento en torno a los actores rectores del curso de los trabajos correspondientes, lo que sí es importante conocer es cuál es el concepto que se tiene de las cosas para explicar lo que ha sucedido y lo que se debe proyectar para seguir caminando en la dirección política que se ponga en la mesa de la discusión y para la acción.
La respuesta está en el viento
Bob Dylan y la letra de su canción crea certidumbre porque como dice Umberto Eco:
“… el sueño de una lengua perfecta o universal siempre se ha perfilado precisamente como respuesta al drama de las divisiones religiosas y políticas, o incluso solamente como respuesta a las dificultades de las relaciones económicas; …Ahora bien, aunque esta será la historia de una serie de fracasos, veremos cómo a cada fracaso le ha seguido un «efecto colateral»: los distintos proyectos no se han mantenido, pero han dejado como una estela de consecuencias benéficas. Cada proyecto podrá ser juzgado como un ejemplo de feliz culpa: …”.
Finalmente, al analizar los vicios de las lenguas perfectas, nacidas para eliminar los vicios de las lenguas naturales, descubriremos no pocas virtudes de nuestras lenguas naturales. Lo cual no deja de ser un modo de conciliarnos con la maldición babélica.”
Este escenario es un figura que cuando se recrea en la literatura adquiere formas y expresiones de singular ironía y Mariano Azuela no faltó a la cita con “Los de Abajo”, sitio donde las lenguas perfectas discurren por el texto sobre la Revolución Mexicana, que le da la razón a Umberto Eco, con el protagonista de la obra, el doctor Luis Cervantes, la realpolitik y el efecto colateral.