Notas acerca de las ideas políticas XLVIII Hegel 6/6. El Hegel de Marx Sociedad civil, arena de la lucha de clases
En la Crítica a la Filosofía del Estado de Hegel (Ed. Grijalbo, 1968) Marx expone “la contradicción” en la cual incurre Hegel al establecer el Estado “como esfera de la razón y de lo universal, y los intereses particulares vinculados a la propiedad privada. El Estado real prusiano, se le presenta como esfera del interés privado en contraste con la esfera racional del Estado del interés universal”. (5-6)
“En su crítica de la religión, Feuerbach había sostenido que el verdadero sujeto –el hombre—se había convertido en predicado de Dios, cuando éste no era sino producto o creación suya… esta relación invertida se daba también en Hegel, al aparecer la Idea Absoluta como sujeto, mientras que el hombre y la naturaleza no son más que predicados de ella” (6)
Marx cuestiona la “dicotomía entre Estado, como sociedad conforme a la razón o esfera verdaderamente espiritual”, en la cual los individuos se someten conscientemente “a los fines supremos del Espíritu que el Estado encarna, y ‘sociedad civil’ o esfera de los intereses privados, o Estado puramente utilitario. Los intereses que son inconciliables en la ‘sociedad civil’ se reconcilian en el Estado” … Así, “la vida económica y social tiene una realidad inferior con respecto a la del Estado, que es el verdadero sujeto, del cual la sociedad civil –la vida material— no es sino su fenómeno”. Con ello, Marx exhibe “la inversión de las verdaderas relaciones entre Estado y sociedad civil”. Es decir, “en la filosofía idealista hegeliana todo se halla al revés … Marx denuncia la mistificación hegeliana en virtud de la cual la verdadera realidad se convierte en una determinación de la Idea”. (6-7)
“Al poner en su verdadero plano las relaciones entre el Estado y la sociedad civil, o entre la vida espiritual y la vida material de la sociedad … al señalar las verdaderas relaciones entre lo económico y lo político, Marx abre un ancho cauce a la concepción futura del Estado, como esfera de los intereses de clase…” (8) Marx, así, establece que “el Estado seguirá siendo el régimen de la propiedad privada”.
Todo ello expresa “la contradicción entre lo universal y lo particular. Esta contradicción se da también en cada hombre concreto, como desgarramiento [escisión psico-social] entre lo que hay en él de ciudadano y hombre privado … Pero el fundamento de esta contradicción es el mismo que el de la contradicción entre Estado y sociedad civil: el régimen de la propiedad privada que convierte a la sociedad civil en un campo de batalla [lucha de clases] …” (9-10)
Estas reflexiones críticas de Marx –explica Sánchez Vázquez– “le llevará a una de las tesis capitales del materialismo histórico: la relación entre las ideas y los intereses sociales de clase”. (10)
Al interpretar el parágrafo 262 de la Filosofía del Estado de Hegel, Marx critica el “misticismo lógico, panteísta”, ya que “la familia y la sociedad civil son concebidas [según Hegel] como esferas ideales del Estado, como las esferas de su finitud, como su finitud … La idea llamada ‘Idea real’ (el Espíritu en tanto que Espíritu infinito real) está representada como si actuase de acuerdo a un principio determinado y en una intención determinada … La relación real de la familia y de la sociedad civil con el Estado es concebida como su actividad interior imaginaria … La diferencia no reside en el contenido, sino en la manera de considerar o en la manera de hablar. Es una historia doble, esotérica y exotérica. El contenido radica en la parte exotérica [externa, accesible, entendible, de conocimiento público]. El interés de la parte esotérica [misteriosa, para “iniciados”] consiste en encontrar siempre en el Estado la historia del concepto lógico. Pero al aspecto exotérico le corresponde la tarea de que se realice el desarrollo propiamente dicho” [en la realidad material, no en la espiritual]. (Pp. 14-15)
Para Marx, “la familia y la sociedad civil son partes reales del Estado … modos de existencia del Estado … Lo real llega a ser fenoménico, pero la Idea no tiene otro contenido que ese fenómeno. Tampoco la Idea tiene otra finalidad que la finalidad lógica: ‘de ser para sí Espíritu real infinito’. En este parágrafo se encuentra todo el misterio de la filosofía del derecho y de la filosofía hegeliana en general” (16-17)
“Este organismo [el Estado] es la transformación de la Idea en sus diferencias y en su realidad objetiva”, afirma Hegel. Ante lo cual Marx, sostiene que “el verdadero pensamiento es: la transformación del Estado o de la constitución política en sus diferencias y en su realidad, es una transformación orgánica” (19), es decir material no espiritual.
Para Hegel, “el Estado no es institución de seguros, ni ha sido creado, en absoluto, como garantía que salvaguarde la libertad de la persona y de la propiedad. El Estado no es un medio que sirva a los intereses de las diversas personas. Tal interpretación de la esencia del Estado, disminuye su valor. El Estado no sirve, sino que impera, no es medio sino fin, un fin en sí, superior a todos los demás”. (Historia de las ideas Políticas, V. S. Pokrovski, Ed. Grijalbo, 1966, p. 308) ¿Maquiavelo? Y concluye: “la existencia del Estado es el cortejo de Dios en el mundo” (p. 309).
Al argumentar la moral de la clase dominante como obligatoria para todos, según Hegel, no se fundamenta en las relaciones sociales, sino en el Espíritu. La teología convertida en la filosofía de los buenos –los de arriba— y la de los de abajo, malos si no se sujetan a la moral de los buenos. (Pokrovski, p. 308)
Según Hegel, “el Estado se ve expuesto a un peligro cuando las mujeres se encuentran al frente del gobierno” (Loc. Cit) No comparto esa opinión, pero la cito porque es faceta poco conocida de Hegel. Tal vez lo dedujo al observar la jerarquía del clero católico y luterano: no hay sacerdotisas ni obispas. Y les ha funcionado.